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“La estrategia más eficaz es la prevención de la propia diabetes ya que con alimentación y actividad física adecuadas y evitando la obesidad, la diabetes tipo 2 se puede prevenir en la mayoría de las personas en riesgo de desarrollar”, indica el Dr. Antonio Pérez, presidente de la Sociedad Española de Diabetes (SEN). Así, en esta entrevista, el Dr. Pérez explica las complicaciones de la diabetes, los avances en su tratamiento, cómo controlar la enfermedad y la influencia de la pandemia en la detección de los nuevos casos.
¿Cuáles son los avances más importantes en los últimos años en el tratamiento de la diabetes?
Entre los avances más sobresalientes en la diabetes en los últimos años, resaltaría los relacionados con los avances en la tecnología y su aplicación en la asistencia de los pacientes con diabetes y el desarrollo de nuevos fármacos para el tratamiento de la hiperglucemia y las comorbilidades asociadas.
Estamos viviendo un desarrollo exponencial de las tecnologías aplicadas a la asistencia de los pacientes con diabetes, fundamentalmente con diabetes tipo 1, facilitando su control y la comunicación con el equipo sanitario mediante la telemedicina. Uno de los más relevantes es la constante evolución de los sistemas de infusión subcutánea de insulina (bombas de insulina) y más recientemente de los sistemas de motorización continua de glucosa, que permiten mejorar el control metabólico, reducir el riesgo de hipoglucemias y mejorar la calidad de vida, y que culminará a no muy largo plazo en un sistema que haga las funciones del páncreas o lo que se llama “páncreas artificial”.
La aparición en la última década de nuevos fármacos hipoglucemiantes orales e inyectables ha modificado el gran medida las estrategias de tratamiento de los pacientes con diabetes tipo 2. Ello se debe a que aportan mecanismos de acción complementarios sobre la glucemia, pero sobre todo a las grandes aportaciones de los nuevos grupos terapéuticos (agonistas de receptor de GLP1 e inhibidores de la SGLT2).
Estas nuevas familias de fármacos hipoglucemiantes no incrementan el riesgo de hipoglucemia, reducen el peso corporal y tienen efectos beneficiosos en la protección cardiovascular y renal independientes del control glucémico. La insulinoterapia sigue siendo una terapia de naturaleza invasiva y el objetivo ideal sería eliminar la necesidad de la administración exógena de insulina y recuperar la capacidad de los pacientes para producir y utilizar su propia insulina. Aunque la consecución de este objetivo en su totalidad no parece actualmente posible, se investigan las denominadas “insulinas inteligentes” o sistemas de insulina sensibles a la glucosa en los que la administración de insulina está regulada según la glucemia del paciente.
Pérdida de visión, insuficiencia renal, problemas vasculares, problemas dentales…¿Cómo se pueden evitar estas complicaciones asociadas a la diabetes?
Todas estas son potenciales complicaciones de la diabetes que, cuando no está bien controlada, puede afectar cualquier parte del cuerpo. Además del control de la glucemia, que es el principal factor para el desarrollo de las complicaciones renales y oculares, existen otros factores de riesgo, incluidos el colesterol alto y otras alteraciones de los lípidos, la hipertensión, la inactividad física y el tabaquismo, que aumentan el riesgo de las enfermedades cardiovasculares, y que también pueden empeorar las enfermedades de los ojos y de los riñones.
La estrategia más eficaz es la prevención de la propia diabetes ya que con alimentación y actividad física adecuada y evitando la obesidad, la diabetes tipo 2 se puede prevenir en las mayoría de las personas en riesgo de desarrollarla
La buena noticia es que casi todos estos problemas se pueden prevenir. La estrategia más eficaz es la prevención de la propia diabetes ya que con alimentación y actividad física adecuadas y evitando la obesidad, la diabetes tipo 2 se puede prevenir en la mayoría de las personas en riesgo de desarrollarla. En las personas que ya han desarrollado la diabetes, mantener un control adecuado de la glucemia, seguir una alimentación saludable y realizar actividad física, evitar la exposición al humo del tabaco, tener bien controlada la hipertensión y el colesterol, y hacer las pruebas de detección necesarias, permiten reducir de forma drástica el desarrollo y la progresión de las complicaciones de la diabetes.
¿Cuánta importancia tiene la adherencia al tratamiento para no perder el control de a diabetes?
La adherencia es uno de los principales condicionantes de la efectividad de los tratamientos, siendo por lo tanto fundamental para el éxito de cualquier tratamiento. Tiene un impacto apreciable en el control glucémico de forma que las personas con buena adherencia al tratamiento de la diabetes presentan mejores cifras de HbA1c. Además del efecto sobre el control glucémico, la falta de adherencia se asocia con mayor mortalidad, mayor probabilidad de hospitalización, mayor frecuencia de complicaciones propias de la diabetes, mayor gasto sanitario y peor calidad de vida.
Por su elevada frecuencia y repercusión en la salud de las personas con diabetes, la falta de adherencia se considera una de las principales causas del mal control y una de las intervenciones donde hay más margen de mejora.
La adherencia es uno de los principales condicionantes de la efectividad de los tratamientos
¿Cuáles son las complicaciones agudas asociadas a la diabetes y como pueden controlarse?
Cuando el tratamiento de la diabetes no es adecuado, por defecto o por exceso, pueden aparecer de forma rápida problemas relacionados con la hiperglucemia (exceso de glucosa en sangre) o la hipoglucemia (falta de glucosa en sangre). Estas son las que llamamos complicaciones agudas de la diabetes.
La hipoglucemia es la complicación aguda de la diabetes más frecuente y se define como un nivel de azúcar en sangre menor de 70 mg/dL. Entre las causas más frecuentes encontramos un aporte insuficiente de hidratos en las comidas, un exceso de ejercicio físico y dosis excesivas de insulina o de algunos medicamentes que aumentan la secreción de la insulina.
En la mayoría de los casos suele ser leve y se resuelve con la toma de alimentos con hidratos de carbono, pero en algunos casos puede producir déficit de glucosa a nivel cerebral y provocar alteraciones del comportamiento y de la conciencia, lo que impide o dificulta el tratamiento por parte del paciente. En estos casos es necesaria la colaboración de otra persona para administrarle el glucagón, que es una medicación específica para estas situaciones. Es esencial educar al paciente con diabetes tratado con medicaciones que pueden provocar hipoglucemias en las estrategias para prevenir, reconocer y tratar la hipoglucemia.
Cuando hablamos de complicaciones agudas hiperglucémicas nos referimos a que la hiperglucemia grave (en general >300 mg/dL) puede ser simple (hiperglucemia sola) o con alteraciones más complejas a corto plazo (cetoacidosis diabética o coma hiperosmolar) que requieren tratamiento hospitalario. La cetoacidosis suele ocurrir en las personas con diabetes tipo 1 y se caracteriza por la presencia excesiva de cuerpos cetónicos en sangre como consecuencia de una deficiencia importante de insulina por omisión/reducción de las dosis de insulina o la coexistencia de una situación de estrés físico o psíquico importante. Para prevenirla, además de no abandonar el tratamiento y los controles de glucemia, es importante instruir a los pacientes en la detección de la descompensación y los ajustes del tratamiento en situaciones intercurrentes de riesgo de hiperglucemia (infecciones, estrés psíquico, toma de medicaciones como los corticoides, etc.).
El coma hiperosmolar suele ocurrir en personas mayores con diabetes tipo 2 con alguna enfermedad intercurrente y dificultad para la hidratación oral. El trastorno más importante es la deshidratación por hiperglucemia grave. Es una situación grave que debe tratarse en un centro hospitalario. Para la prevención, además de seguir el tratamiento e intensificar los controles en caso de enfermedad concomitante, es fundamental asegurar el consumo de una adecuada cantidad de líquidos.
¿Qué puede aportar el médico de atención primaria en el tratamiento y control de la diabetes?
La importancia del médico de atención primaria es fundamental y está ampliamente reconocida en nuestro sistema de salud, y muy especialmente en la atención de las enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2. Por su posición en la organización sanitaria y sus características de accesibilidad, el médico de atención primaria es el responsable de la prevención y diagnóstico de la diabetes. Asimismo, el inicio del tratamiento y el proceso de educación, y el despistaje de las complicaciones en los pacientes con diabetes tipo 2 se suelen realizar en el ámbito de la atención primaria.
En el seguimiento de las personas con diabetes tipo 2, por las propias características evolutivas de la enfermedad, no hay un único responsable, ya que precisa un abordaje con intervenciones multidisciplinarias y continuado durante la vida del paciente. En este proceso, el papel del médico de atención primaria sigue siendo esencial y complementarios con el de otros especialistas que pueden intervenir durante la evolución de la enfermedad, y de cuya cooperación se derivará la mejor o peor atención al paciente.
La pandemia de Covid-19 ha influido muy negativamente en varios aspectos de la calidad de vida y el bienestar de las personas con diabetes
¿Ha afectado la pandemia del Covid-19 a la detección de nuevos casos y a la calidad de vida de los pacientes actuales?
La pandemia Covid-19 afecta a las personas con diabetes de forma directa, al agravar una diabetes previa e incluso induciendo diabetes de nueva aparición, e indirecta como consecuencia de las restricciones derivadas de las dificultades para acceder y recibir atención médica. El retraso en el diagnóstico de la DM2 es una consecuencia indirecta de la pandemia Covid-19 al requerir de pruebas diagnósticas indicadas y realizadas en el entorno de la atención clínica. En el Reino Unido, en los primeros 4 meses del confinamiento hubo una reducción del 69-70% en nuevos diagnósticos de diabetes tipo 2, lo que representaría no realizar o retrasar más de 45.000 diagnósticos en este periodo.
Como era previsible por el impacto del Covid-19 y de las restricciones en la atención médica y social sobre la salud física y psicológica de las personas con diabetes, la pandemia de Covid-19 ha influido muy negativamente en varios aspectos de la calidad de vida y el bienestar de las personas con diabetes.
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