Dr. Ángel Gil: “La asignatura pendiente de las estrategias de cronicidad es la vacunación”

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..Juan Pablo Ramírez.
Las próximas actualizaciones de las estrategias de cronicidad del Ministerio de Sanidad y de las comunidades autónomas requieren la incorporación de la vacunación. Así lo explica en esta entrevista con iSanidad, el catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos y codirector de la cátedra de Medicina Humanitaria Asisa-URJC, el Dr. Ángel Gil. El especialista incide en las vacunas contra la gripe, el neumococo, el herpes zoster y la tosferina para hacer frente al problema de la inmunosenescencia.

Tradicionalmente siempre hemos hablado del envejecimiento como uno de los grandes retos del sistema sanitario y no tanto de inmunosenescencia, ¿hasta que punto la pandemia de Covid-19 ha hecho que nos centremos más en este segundo tema?
Siempre hemos hablado del problema de la inmunosenescencia. Es cierto que el sistema inmunológico cuando llegamos a una determinada edad va respondiendo peor y se va debilitando. Lo hemos comprobado cuando analizamos la carga de enfermedad por neumonía neumocócica o por gripe. Vemos que los más vulnerables son los más mayores. Igual que en el niño no hay una maduración del timo y requieren más dosis, en el caso del anciano también resulta importante la vacunación porque cualquier enfermedad infecciosa va a ser mucho más grave.

¿Hasta qué punto estaba el problema de la inmunosenescencia encima de la mesa de los preventivistas antes del Covid?
Sí que estaba. Siempre hemos peleado por el calendario de vacunación del adulto. Al final se ha optado por ese calendario para todas las etapas de la vida. Siempre hemos insistido en la importancia de vacunar a partir de los 60 o 65 años y aquellos con enfermedades crónicas asociadas. No hay que olvidar que una diabetes o la obesidad cursan también como una alteración del sistema inmunológico. Lo hemos comprobado ahora con la pandemia del Covid.

No hay que olvidar que una diabetes o la obesidad cursan también como una alteración del sistema inmunológico

No solo es la edad, la presencia de dos o más enfermedades crónicas condiciona también el funcionamiento del sistema inmunológico ante las enfermedades infecciosas. Hay que pensar que en el trabajo de los especialistas en medicina preventiva del ámbito hospitalario una de las estrategias es vacunar a todas las personas en situación de riesgo.

¿Hasta qué punto la vacunación es una herramienta clave para fortalecer el sistema inmunitario y retrasar el proceso de la inmunosenescencia?
La vacunación refuerza el sistema inmunológico y va a mejorar considerablemente la calidad de vida. Una neumonía o una gripe en una persona mayor produce una alteración de su vida tremendamente importante. Además son pocas vacunas: antineumocócica, contra la gripe y ahora también contra el herpes zoster, que se va a incorporar en breve para la gente más mayor y aquellos que tienen problemas de inmunosupresión.

¿Y la vacuna de la tosferina?
Se está administrando a los niños la vacuna combinada con la hexavalente. Cuando llegan a los 14 años, la mayoría de las comunidades autónomas, bajo la recomendación del Ministerio, prevén inocular una dosis de recuerdo con la vacuna de tétanos y difteria del adulto. Los preventivistas pedimos que en estos casos se utilice la vacuna de tétanos, difteria y tosferina. Es una vacuna de baja carga. Se recomienda esta porque ya han sido vacunados durante la infancia.

No solo es la edad, la presencia de dos o más enfermedades crónicas condiciona también el funcionamiento del sistema inmunológico ante las enfermedades infecciosas

Lo ideal sería administrarlo a los 14 años y posteriormente una dosis de recuerdo antes de los 35 años, otra antes de los 60 o 65 años, y, por último, una más a partir de los 65 años. Estaríamos protegiendo así frente a tétanos, difteria y tosferina.

¿Debe integrarse la vacunación como un hábito dentro de una estrategia de estilo de vida saludable?
Cuando el Ministerio de Sanidad presentó la estrategia de la cronicidad estaba muy orientada a la patología crónica y a la gente mayor. No obstante y resulta curioso, no estaba contemplada la vacunación. Es una asignatura pendiente de las estrategias de cronicidad tanto del Ministerio como de las comunidades autónomas. Una buena vacunación supone una mejora muy importante de la calidad de vida de estas personas.

La vacunación refuerza el sistema inmunológico y va a mejorar considerablemente la calidad de vida

La vacunación a cualquier edad es siempre eficiente, es siempre coste-efectiva y algo importante: es una de las medidas más sostenibles para el sistema sanitario. Tenemos que aplicar la prevención y la promoción de la salud. Estamos reduciendo ingresos por neumonía, gripe… Lo estamos viendo con el Covid-19. Se ha vacunado a los más mayores y se ha producido una disminución de la carga del sistema sanitario. Quedan mucha población por vacunar pero ya se ha visto ese efecto en las personas en residencias o mayores de 70 años.

¿Existe alguna razón que pueda justificar que el Minsterio no haya incluido la vacunación en la estrategia de cronicidad?
Cuando se hizo esa estrategia de cronicidad, no todas las comunidades autónomas tenían definida la vacunación del adulto. Se hablaba ya de ese calendario de vacunación para todas las etapas de la vida y que comenzó a funcionar en 2018, pero la estrategia de cronicidad entró en vigor en 2012. Hay un desfase. Cuando se actualicen esas estrategias se debe incluir la vacunación.

La vacunación a cualquier edad es siempre eficiente, coste-efectiva y una medida sostenible

En estas personas que ya presentan una inmunosenescencia avanzada, ¿qué se puede hacer para que las vacunas sean más eficaces?
Tenemos que intentar utilizar aquellas vacunas que presentan una mayor eficacia. Este año desde el Ministerio de Sanidad se planteó utilizar las vacunas antigripales de alta carga que tienen cuatro veces más cantidad de antígeno en las residencias de ancianos. Se ha visto además que aunque la carga antigénica era mayor (las habituales tienen 15 microgramos y esta tiene 60 microgramos de cada antígeno) no han aumentado las reacciones adversas por la vacuna. Es decir, estas personas mayores lo han tolerado muy bien.

Cuando el Ministerio de Sanidad presentó la estrategia de la cronicidad estaba muy orientada a la patología crónica y a la gente mayor, pero no incluía la vacunación

En el caso de la vacunación antineumocócica, se ha intentado administrar vacunas conjugadas que confieren más memoria inmunológica. Disminuyen además el estado de portador nasofaríngeo y evitamos que se pueda transmitir la enfermedad. En cuanto a la vacuna de herpes zoster, se trata de utilizar aquellas vacunas que se han obtenido por ingeniería genética que aún no están disponibles en nuestro país. Solo se utilizan para grupos muy seleccionados de riesgo como son los trasplantados. Pero ya el Ministerio ha elaborado un documento ampliando la vacunación contra el herpes zoster a más sectores de la población.

Y en tosferina, la dosis de recuerdo que administramos a las personas mayores de 65 años que no sea solo de tétanos y difteria, sino también de tosferina. En este caso, se baja la carga antigénica porque hay que pensar que a esa edad ya posiblemente por calendario de vacunación han debido recibir seis de la vacuna y no es necesario poner de alta carga.

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