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El coste para el Sistema Nacional de Salud que suponen aquellos pacientes que, tras sufrir un ictus no reciben tratamiento rehabilitador en forma ambulatoria o en centros específicos, es de 3.000 millones de euros. Por ello, el presidente de la Fundación Casaverde, Alberto Giménez, considera que “aplicar recursos tanto en fase aguda como en fase de rehabilitación son, claramente coste-eficientes al evitar discapacidades y dependencias”.
La enfermedad del ictus es la segunda causa de fallecimiento en España y la primera en mujeres, así como la primera causa de discapacidad
¿De qué hablamos cuando nos referimos al problema del ictus en España?
La enfermedad del ictus es la segunda causa de fallecimiento en España y la primera en mujeres, así como la primera causa de discapacidad. Para muchos constituye la enfermedad del siglo XXI. Una enfermedad que va en aumento debido al envejecimiento de la población y al incremento de los factores de riesgo. Por otra parte, es una enfermedad cuyo tratamiento puede servir de paradigma para el continuo asistencial que debe aplicarse en el Sistema Sanitario Español si queremos ganar en resultados en salud y eficiencia.
¿Qué magnitudes tiene en cuanto número de pacientes y costes para el Sistema?
Actualmente se producen 120.000 altas hospitalarias al año, temiéndose un incremento del 35% en los próximos 20 años. El 60% de las altas debería continuar tratamiento rehabilitador en forma ambulatoria o en centros específicos. Más del 50% no lo reciben adecuadamente.
El coste para el sistema es de 3.000 millones de euros aproximadamente, siendo el 40% costes directos sanitarios y el 60% pérdidas de productividad y cuidados. Aplicar recursos tanto en la fase aguda como en la fase de rehabilitación son, además, claramente coste-eficientes al evitar discapacidades y dependencias que producirían un gasto adicional durante toda la vida del paciente.
El actual Plan de Ictus ha dado buenos resultados debido a una mayor y más eficaz respuesta a la enfermedad con una asistencia urgente ante los primeros síntomas
¿Cómo se beneficiaría el sistema y los pacientes invirtiendo en un nuevo Plan Nacional de Ictus?
El actual Plan de Ictus ha dado buenos resultados debido a una mayor y más eficaz respuesta a la enfermedad con una asistencia urgente ante los primeros síntomas, con la creación de unidades de ictus en los hospitales y con las nuevas terapias de reperfusión (trombólisis y trombectomía). No obstante, hay unas claras posibilidades de mejora, no sólo profundizando en los avances ya conseguidos sino potenciando tanto la fase de prevención como la fase post-aguda de rehabilitación y la de seguimiento de la cronicidad, claramente insuficientes.
Necesitamos mayores políticas de prevención de la enfermedad y promoción de la salud con la dotación presupuestaria correspondiente que tendrían inmediatos resultados. No debemos olvidar que el 80% de los factores de riesgo del ictus son evitables.
Según Alberto Giménez, el 80% de los factores de riesgo del ictus son evitables
Por otro lado, no existen los recursos adecuados para las fases post-agudas y de rehabilitación que deben iniciarse en cuanto el paciente se encuentre estable clínicamente. La rehabilitación debe ser, además, intensiva en centros especializados para aprovechar al máximo las posibilidades de recuperación. El inicio cuanto antes de la rehabilitación con la intensidad adecuada es directamente proporcional a los buenos resultados en salud. Por último, es preciso fomentar la atención primaria para un mejor seguimiento de los pacientes en la fase crónica que evite reagudizaciones. No debemos olvidar que más del 30% de los ictus reinciden.
¿Está España a la misma altura en recuperación del ictus que el resto de Europa? ¿Dónde está la diferencia?
Podemos decir que prácticamente estamos a la misma altura de los países mejores posicionados en la Unión Europea, tanto en la respuesta urgente de asistencia, en unidades de ictus y en los tratamientos clínicos. En cuanto a las fases post-agudas e inicio del tratamiento rehabilitador se producen las mismas ineficiencias. Los pacientes tienen que esperar un tiempo excesivo para ser evaluados sobre sus necesidades de rehabilitación y tratamiento adecuado.
Son necesarias unidades de alta precoz que permitan el inicio temprano de la rehabilitación en centros especializados o de forma ambulatoria. También se debe mejorar en el apoyo y seguimiento a largo plazo en las fases crónicas que son insuficientes en muchas partes de Europa.
Son necesarias unidades de alta precoz que permitan en inicio temprano del tratamiento rehabilitador en centros especializados o de forma ambulatoria
¿Qué experiencias nuevas puede aportar el Grupo Casaverde?
El último estudio que presentó la Fundación Casaverde demostraba que el 66% de los pacientes que ingresaban tras un ictus en sus hospitales de rehabilitación con una dependencia grave o total recuperaban en una media de 80 días la independencia o una dependencia leve o cuidados mínimos.
Estos resultados se consiguen iniciando los tratamientos de manera temprana, dentro de los primeros 15 días, y llevándolos a cabo de una manera intensiva y motivadora con los profesionales adecuados y en unos entornos hospitalarios acogedores y pensados para ellos con importantes zonas de terapias y de ocio, como son los hospitales monográficos del Grupo Casaverde dedicados exclusivamente a la rehabilitación neurológica. Por otra parte es necesaria una inmersión total, prácticamente de 24 horas al día con un trabajo individual y colectivo a lo largo de todo el día.
¿Es compatible el modelo de Casaverde con el Sistema Sanitario Público?
Perfectamente. Nosotros venimos trabajando desde hace más de 20 años con el Sistema Público logrando magníficos resultados. Un ejemplo de todo ello es nuestro hospital de Extremadura que se ha constituido como hospital de referencia en la rehabilitación neurológica, perfectamente coordinado con todos los hospitales de agudos y la consejería de sanidad para estudiar y dar una respuesta inmediata a cada uno de los casos que se presentan.
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