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La insuficiencia cardíaca (IC) es una enfermedad que supone gran parte de la carga sanitaria de nuestro país y cada día afecta a más personas. Se prevé que, en los próximos 25 años, se duplique el número de ingresos hospitalarios a causa de la Insuficiencia Cardíaca. Ante este escenario, Boehringer Ingelheim se está anticipando a la urgencia de mejorar la asistencia a esta patología impulsando el programa MAIC.
MAIC es un programa que busca fomentar modelos eficientes para el óptimo abordaje de la IC. El objetivo es favorecer una mayor calidad de vida a los pacientes y promover modelos asistenciales eficientes y sostenibles para el sistema sanitario.
MAIC es un programa que busca fomentar modelos eficientes para el óptimo abordaje de la IC
Actualmente, el 37% de los pacientes con insuficiencia cardíaca precisan de algún reingreso hospitalario. El 30% de ellos tras el diagnóstico y el 50% en la fase final de la enfermedad. Factores como la calidad en la atención durante la estancia hospitalaria, el seguimiento del paciente y un plan de cuidados tras el alta pueden ayudar a reducir la cifra de reingresos; así como incrementar la calidad de vida y la supervivencia. Estas evidencias muestran la importancia de repensar la atención prestada a los pacientes de Insuficiencia Cardíaca. Así se diseña un manejo de la enfermedad preparado para el futuro.
Un enfoque 360º, clave en el desarrollo del programa MAIC
El programa MAIC aborda la IC desde una perspectiva multidisciplinar, involucrando a especialistas, expertos profesionales de distintas áreas y organizaciones de pacientes. Así, desarrolla una hoja de ruta que contribuye a optimizar los procesos asistenciales de esta patología.
El programa MAIC aborda la IC desde una perspectiva multidisciplinar
Gracias a este enfoque, el programa ha conseguido identificar un conjunto de buenas prácticas aplicables a todos los niveles en los que se planifica y ejecuta la atención sanitaria:
- Importancia de situar la atención de los pacientes de IC como una prioridad en los planes de salud pública. Se deben repensar las políticas sanitarias, estructurar un modelo de atención integrada e incorporarla en la cartera de servicios para asegurar que se contemple en las partidas de financiación. Igualmente, hay que apostar por un modelo de atención centrado en las personas; mediante la creación de indicadores basados en resultados, en lugar de en el nivel de actividad. Hoy en día, la segunda fórmula es normalmente utilizada, por ejemplo, asignando presupuestos según el número de consultas realizadas, lo que dificulta el desarrollo de una atención de calidad.
Hay que apostar por un modelo de atención centrado en las personas
- Gestión de centros sanitarios. Resulta clave la creación de estructuras organizativas que tengan en cuenta los distintos niveles asistenciales. Este proceso facilita la gestión integrada y coordinada de toda la atención, desde los niveles superiores hasta los ámbitos primario y hospitalario. De esta manera, se conseguiría una mayor alineación para dar continuidad asistencial a los pacientes, favoreciendo un menor nivel de descompensaciones e ingresos hospitalarios.
- Gestión clínica. Se deben destinar los recursos suficientes para garantizar la formación continuada de los profesionales, orientada a mejorar los resultados y el proceso asistencial. Igualmente, es necesario ampliar la perspectiva desde la que se atiende al paciente. Hay que pasar de un enfoque centrado en la consulta única a uno que contemple todo el proceso asistencial. Es decir, se debe mirar al paciente teniendo en cuenta todo su recorrido. Incluso valorar otras patologías que puedan estar relacionadas, con la misión de ofrecer una atención de mayor calidad que realmente favorezca su bienestar y reduzca las posibilidades de reingreso.
“Es imprescindible entender la insuficiencia cardíaca como una patología de alta complejidad”
“Es imprescindible entender la insuficiencia cardíaca como una patología de alta complejidad, que requiere la coordinación de distintas especialidades médicas y la colaboración de todos los niveles sanitarios y de los profesionales implicados en su manejo. Este es el enfoque que hemos querido mantener en MAIC, con el objetivo de definir nuevos modelos que sean capaces de optimizar los procesos asistenciales y el uso de los recursos, siempre en beneficio de la salud de los pacientes”, explica Joan Heras, Gerente de Healthcare y Acceso de Boehringer Ingelheim.
“La IC consume actualmente gran parte del coste sanitario. Por ejemplo, en Cataluña supone una octava parte del total de los recursos. Para poder optimizar esto y, paralelamente, mejorar la vida de los pacientes, es necesario abordar la IC desde un enfoque 360º, que implique a los distintos niveles asistenciales y garantice un seguimiento de la patología en todo su recorrido”, explica el Dr. Josep Comín, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario de Bellvitge y Coordinador del informe MAIC. “Ahora somos muy eficaces en la atención urgente de la IC, pero debemos avanzar en los ámbitos de planificación, prevención y educación, así como lograr una integración de roles, que nos permita obtener una atención buena para el paciente, y sostenible para el sistema”, concluye.