El forense afirma que la atención médica del Dr. Moreno a Morente fue “adecuada”

Isabel González
Según el informe de conclusiones que presentó el forense del juzgado de Instrucción número 52 de Madrid, encargado de elaborar el informe pericial sobre la denuncia interpuesta por los familiares del cantaor Enrique Morente contra la clínica La Luz de Madrid por presunta mala praxis médica, expone que “la actuación dispensada en la UCI fue satisfactoria durante todo el tiempo que el paciente estuvo a su cargo”.

Morente falleció el 13 de diciembre de 2010, a los 67 años de edad, una semana después de que se le practicara por segunda vez una cirugía por un cáncer de esófago. La denuncia se interpuso por una posible imprudencia profesional con resultado de muerte, falsificación de documento oficial y abandono sanitario desde su ingresó en la clínica el 2 de diciembre de 2010 hasta su fallecimiento 11 días más tarde.

El forense, Julio Lorenzo Rego, da como bueno tanto el diagnóstico, el tratamiento realizado y la decisión terapéutica en la cirugía así como la técnica y tiempo de realización, “no fue posible detectar por signos externos, directos ni indirectos, el brusco empeoramiento (del paciente) antes de que se produjese, porque no había tal empeoramiento, sino que la evolución era completamente satisfactoria hasta la súbita e imprevisible hemorragia intraabdominal, que se produjo 30.5 horas después de finalizar la intervención quirúrgica, compatible con una rotura arteriolar”, se lee en el informe. También se desprende que considera adecuados los tiempos de actuación y que se avisó al cirujano cuando los análisis hacían “sospechar la posibilidad de un punto de sangrado en el interior del organismo” del paciente y añade que la actuación fue, “adecuada en todos los sentidos tanto desde el punto de vista estrictamente clínico como en la decisión de llamar al cirujano en el mismo momento en que sospechó la posibilidad de un sangrado interno” y entiende la decisión de elegir al cirujano que previamente realizó la intervención, el doctor Moreno, a quien se llamó telefónicamente y finalmente acudió al centro.

El único fallo que ve, es la descoordinación que tuvieron los profesionales en la información dada a los familiares que según su propia opinión, pudo propiciar la denuncia que interpusieron, “una cierta falta de rigor documental, pero sin repercusión alguna -ni siquiera mínima- en el conocimiento de la evolución del paciente para los facultativos, y por lo tanto sin repercusión alguna en el buen tratamiento suministrado al enfermo”.

De la historia clínica opina que “se ajusta plenamente a las exigencias legales” y no aprecia “ni manipulación de ningún elemento”.

Respecto a la segunda intervención quirúrgica realizada a Morente, explica que se realizó “a plena satisfacción puesto que se localizó el punto sangrante y se consiguió detener el origen de la hemorragia”, lo que no evitó la posterior muerte como consecuencia de una fibrilación ventricular y la consiguiente falta de oxigenación del cerebro, cuyas causas “no es posible conocer con exactitud”.

El forense concluye su informe de 67 páginas entregado a ambas parte este viernes, con que la actuación “se ajustó a la lex artis (buena práctica profesional) por parte de todo el personal facultativo que intervino” y añade que fue “materialmente imposible” que la cirugía se hubiera practicado antes, “aunque habría sido preferible, no es posible afirmar cuál hubiera sido el resultado de una intervención un poco más precoz” y  añade que “no es posible” conocer con exactitud las causas del daño cerebral que sufrió Morente”.

Se ha citado el próximo dia 1 de febrero a las dos partes implicadas para que se haga la correspondiente rueda de preguntas al forense sobre este informe y se presenten las alegaciones oportunas.

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