..Redacción.
Investigadores del grupo de Metabolismo Molecular del CiMUS, de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) y del Ciber de Obesidad y Nutrición (Ciberobn) han descubierto una nueva diana implicada en el desarrollo de la enfermedad de hígado graso no alcohólico, para la que no existe tratamiento. Se trata de la proteína ATG3, presente en niveles altos en el hígado de pacientes con esta patología. Al inhibirla, mejora el metabolismo de la grasa incrementando la función mitocondrial; al tiempo que disminuye el acúmulo de grasa y el daño en este órgano.
El trabajo, publicado en Journal of Hepatology, contó con una cohorte de 117 pacientes humanos, 85 con diferentes estadios de la enfermedad hígado graso y 32 pacientes con hígado sano. “El uso de muestras humanas de hasta 117 pacientes es un punto fuerte del trabajo. Ayuda a verificar que nuestro descubrimiento en modelos preclínicos tiene validez y potencialmente puede ser aplicable a seres humanos”, señalan los autores.
Se trata de la proteína ATG3, presente en niveles altos en el hígado de pacientes con la enfermedad del hígado graso no alcohólico
Además, los resultados se lograron gracias a “un tremendo esfuerzo de coordinación por parte de especialistas de tres hospitales nacionales: Hospital Universitario Santa Cristina (Madrid); Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (Santander) y Hospital Universitario Virgen del Rocío (Sevilla)”, añaden.
La principal conclusión es que los pacientes con hígado graso no alcohólico tienen niveles elevados de ATG3 en el hígado, una proteína que hasta ahora era conocida por su papel en autofagia; un proceso por el que la célula destruye material celular inservible. Lo mismo fue observado en hígado de ratones alimentados con dieta alta en grasa, así como en células humanas hepáticas.
“Se ha conseguido demostrar un mecanismo de reversión del acúmulo de grasa en el hígado, convirtiendo ATG3 en una posible diana terapéutica contra el hígado graso no alcohólico”, señalan los autores principales. Esto ocurre porque la inhibición del ATG3 provoca el aumento de Sirtuina 1 (SIRT1) y Carnitina Palmitoiltransferasa 1 a (CPT1a), dos proteínas involucradas en la función mitocondrial.
“Se ha conseguido convertir ATG3 en una posible diana terapéutica contra el hígado graso no alcohólico”
Aumento de la prevalencia del hígado graso no alcohólico
Esta enfermedad afecta, a día de hoy, a una de cada cuatro personas en el mundo, lo que supone cerca de 2.000 millones de afectados. Por otro lado, el aumento de la prevalencia del hígado graso no alcohólico la convierte en la causa más común de trasplantes de hígado.
En las fases iniciales esta enfermedad comienza con la acumulación de grasa en el hígado (con un 5% de grasa es suficiente para clasificar el hígado como graso). Además, puede progresar a enfermedades más graves, entre las que se incluyen la esteatohepatitis no alcohólica, cirrosis y el cáncer.