Siguen aumentando las agresiones contra médicos

LexSanitaria
A pesar de las medidas que se han aprobado para frenar estos sucesos, las agresiones siguen produciéndose. 
En los últimos meses vivimos una situación preocupante en la sanidad, protagonizada por recortes continuos, falta de recursos, deshumanización, presiones sociales, falta de motivación del colectivo y todo un corolario de noticias negativas que solo invitan a plantearse dejar la profesión.

Hasta hace unos años el médico pensaba que lo peor que le podía pasar era recibir una reclamación por parte de un paciente. Sin embargo ahora se ha dado cuenta que la peor situación son las vejaciones y maltratos que en muchas ocasiones se ven obligados a sufrir por parte de algunos pacientes o de sus familiares.

¿Quién no ha sufrido alguna vez alguna amenaza de un paciente?, ¿quién no ha sido zarandeado o ha tenido una situación violenta con un paciente?, ¿quién no ha sufrido un chantaje por parte de algún paciente?, ¿quién no conoce de algún conocido que haya sufrido una agresión por alguno de sus pacientes o sus familiares? Y así un sinfín de preguntas que le llevan al profesional a pensar si realmente está protegido en su vida profesional, si merece la pena su vocación o si la remuneración se ajusta al riesgo al que se exponen.

Cómo evitar o paliar estas situaciones
A pesar de lo desagradable de estos hechos siempre hay que mantener la calma y evitar ponernos a la altura de los agresores. Con toda la amabilidad de que se pueda disponer en esos momentos hay que tratar de explicar con calma la situación intentando hacerla razonable para nuestro interlocutor. Hay que tratar de empatizar con él tratando de explicar bien los hechos con amabilidad. La experiencia propia de cada médico puede darle pistas de cuándo una situación con algún paciente puede volverse violenta o incómoda, por lo que siempre es recomendable contar con algún colega o con personal de enfermería que pueda testificar favorablemente en caso de que la situación llegue a extremos no deseados.

La póliza de todo riesgo del médico ya no solo debe de cubrir su patrimonio frente a reclamaciones cada vez más voluminosas sino que debe adelantarse a los acontecimientos y cubrir aquellos hechos de la vida diaria que realmente le afectan.

Es necesario que existían garantías complementarias que cubran estas realidades.

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