Bajas laborales en la 6ª ola Covid, cuestiones en torno a la gestión y la salud laboral. Vicente Pardo

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..José Manuel Vicente Pardo. Director Cátedra Internacional de Medicina Evaluadora y Pericial UCAM, inspector Médico INSS, jefe de la Unidad Médica Equipo de Valoración Incapacidades INSS Gipuzkoa y coordinador Covid persistente Asociación Española Especialistas Medicina del Trabajo.
Desde que a finales de noviembre la variante Ómicron diera paso a la 6ª ola del Covid, esta desembocó en un aluvión creciente de demanda de atención sanitaria en los centros de salud, y de incremento desmesurado de solicitudes de baja laboral en un sistema ya suficientemente desbordado, lo que produjo el colapso en la gestión de las incapacidades temporales (bajas) por parte de atención primaria.

Para paliar este colapso se han arbitrado diversos procedimientos según cada comunidad autónoma, en los últimos diez días, enfocados a la solicitud telemática de la baja (telefónica o a través de web o SMS) y la extensión de la baja y el alta en un solo acto, para reducir así los trámites administrativos, y descargar a primaria, en momentos en que de nuevo, una vez más, se vio rebasada su capacidad de actuación, en un sistema sanitario que ha resistido a las “pruebas de estrés” gracias más a la dedicación individual de los sanitarios que a la arquitectura del sistema sanitario, ya tocado antes de la pandemia.

Para paliar este colapso se han arbitrado diversos procedimientos según cada comunidad autónoma, en los últimos diez días, enfocados a la solicitud telemática de la baja y la extensión de la baja y el alta en un solo acto, para reducir así los trámites administrativos, y descargar a primaria

Este proceder de baja y alta ya existía en nuestro sistema de gestión, de alguna manera, pues en la norma que regula la gestión de las bajas, el Real Decreto 625/2014, se arbitraba esta posibilidad para las bajas cortas (sí que ciertamente referido a las de duración menor a 5 días). Conviene recordar que en la tramitación de las bajas, estamos ante un sistema dicotómico donde lo sanitario (SPS) inicia el proceso, y hace seguimiento a la par que presta asistencia, pero el pago y el “control” compete a mutuas e INSS, es decir el proceso se inicia en salud pública y se compensa en protección social. Pero se ha echado en falta una previsión desde seguridad social de que esta 6ª ola iba a desembocar en un caos en la gestión de las bajas e instruir a tiempo sobre el procedimiento citado de baja y alta a la vez.

Se ha echado en falta una previsión desde seguridad social de que esta 6ª ola iba a desembocar en un caos en la gestión de las bajas e instruir a tiempo sobre el procedimiento citado de baja y alta a la vez

Es más, este tipo de bajas y altas, y en concreto para Covid y su variante Ómicron, entendiendo que es una variante menos “virulenta“, que causa “incapacidad laboral” de menos tiempo de media, que se ha acortado el aislamiento y el confinamiento, que con otras olas previas, entendiendo que existía una dificultad manifiesta para que el trabajador tuviera cita presencial en primaria para pedir la baja y entendiendo la dificultad para cita presencial en primaria para pedir el alta, haber llegado a tiempo, hubiera supuesto acortar y adecuar la duración de las bajas; pues de no utilizarse esta posibilidad regulada, pudiéramos encontrarnos con que las bajas, en muchos casos puedan emitirse con efectos retroactivos, y si añadimos la dificultad y poca agilidad para conseguir el alta, evitar se prolonguen innecesariamente días posteriores a cuando ya se ha recuperado la capacidad laboral.

Dicho lo cual, y aunque esta 6ª ola parece va en retroceso y con ello el asunto de las bajas laborales, tal vez sea momento de plantearse algunas cuestiones todavía no resueltas. En cuanto a la seguridad social y las mutuas colaboradoras (recordemos que las bajas Covid se “pagan” como si fueran accidente de trabajo):

¿Se conoce el número de bajas por Covid, su duración media y su desviación respecto a olas  precedentes (mejor sería conocerlas por “periodos“, para conocer el impacto de los sucesivos puentes y celebraciones, constitución, navidad, año nuevo, y reyes) desde que a finales de noviembre dio comienzo la 6ª ola?

¿Se conoce el número de bajas por otros procesos (no Covid), y si como efecto colateral o transversal, estas se han incrementado en número y en duración respecto a periodos entre olas? Para analizar la situación es preciso hallar respuestas.

¿Se conoce el número de bajas por Covid, su duración media y su desviación respecto a olas  precedentes desde que a finales de noviembre dio comienzo la 6ª ola?

En el artículo “La incapacidad temporal laboral en los tiempos del Covid-19“, que estudió las consecuencias en la incapacidad laboral temporal de la pandemia en la primera ola, confinamiento, desescalada y vuelta a la normalidad, entre los meses de marzo a octubre 2020 se determinaba el impacto «colapsante» del Covid-19 en el sistema sanitario, que además supuso el retraso de pruebas, cirugías o tratamientos no urgentes en procesos “no Covid-19», que junto a las dificultades de contacto asistencial empeoraron la “salud laboral“, prolongando las situaciones de incapacidad laboral y elevando el riesgo que ello encierra de retorno laboral difícil, por la esperada mala evolución de cualquier enfermedad cuando no puede ser tratada y atendida de forma temprana; a lo que se añadió el mayor riesgo de pase a desempleo, el mayor gasto en prestaciones y un deterioro económico para empresas y autónomos.

Por otra parte como consecuencia del Covid-19, se expuso a un riesgo añadido y nuevo a la población trabajadora; muy especialmente a sanitarios y socio sanitarios, quienes sufrieron la enfermedad como consecuencia directa de su trabajo por enfermedad de indudable carácter de enfermedad profesional, y con falta de las adecuadas medidas preventivas, que están viéndose sancionadas por numerosas sentencias judiciales. Concluyéndose que el impacto de la pandemia en la incapacidad laboral evidencia un deterioro de la salud por otros procesos no Covid con consecuencias a largo plazo.

El impacto de la pandemia en la incapacidad laboral evidencia un deterioro de la salud por otros procesos no Covid con consecuencias a largo plazo

Cabe preguntarse que si atención primaria está colapsada, que si las citas presenciales en primaria son difíciles de conseguir, ¿pueden estarse dando bajas por contacto telefónico, por cualquier proceso no Covid?

Por lo que cabe una cuestión, incómoda, ¿qué riesgo se corre de que ante las dificultades de contacto con primaria por teléfono, cuando definitivamente el trabajador enfermo puede contactar, en procedimientos de solicitud de baja “a la carta“, o la solicitud de alta, en algunos supuestos pueda darse de forma inoportuna, un inadecuado absentismo por incapacidad? En términos de “aseguramiento” se llama “riesgo moral” al riesgo de incrementado de condiciones de baja, por la “voluntariedad” última del paciente en su acceso y prórroga de la situación incapacitante. Para ello es más que oportuno se den datos sobre duración e incidencia de procesos de baja no Covid, y no solo Covid.

Es más que oportuno que se den datos sobre duración e incidencia de procesos de baja no Covid, y no solo Covid

Por encima de estas cuestiones en referencia a las bajas, como prestación económica, gasto y repercusión sobre el sistema productivo, una cuestión en términos de salud pública, no olvidemos que las bajas son un indicador de salud laboral. Si atención primaria está colapsada, si la atención primaria es la puerta de acceso a la atención especializada; si por tanto dolencias que corresponden a atención especializada se posponen. Si asistimos a una recurrencia en atención hospitalaria de posponer tratamientos no urgentes o programados, en los picos de las olas de esta pandemia, ¿se conoce el impacto que esto supone en la salud pública?

Si asistimos a una recurrencia en atención hospitalaria de posponer tratamientos no urgentes o programados, en los picos de las olas de esta pandemia, ¿se conoce el impacto que esto supone en la salud pública?

Si bien el escenario actual de esta 6ª ola, es afortunadamente menos dramático, crítico, e impactante que el de la 1ª, tal vez podamos recordar que en el estudio citado durante el confinamiento y la desescalada la duración media de las bajas se incrementó en un 84,48%. Por procesos el incremento fue del 503,58% en las enfermedades respiratorias, del 215,88%, en las enfermedades infecciosas, 60,73% en las enfermedades endocrinas, 45,42% de las enfermedades de la sangre, 45,09% de las enfermedades digestivas, 35,63% en los trastornos osteomioarticulares, 34,12% en las neoplasias, 33,37% en las enfermedades circulatorias, 31,94% de los “procedimientos médico-quirúrgicos“, y un incremento del 29,56% de los trastornos mentales.

Durante el confinamiento y la desescalada la duración media de las bajas se incrementó en un 84,48%

Téngase en cuenta que las enfermedades osteomioarticulares y las enfermedades psíquicas son la primera y la segunda causa de las bajas laborales por lo que los aumentos en su duración de la incapacidad laboral reflejaban un enorme deterioro de la salud. Así mismo en ese estudio se constató que las bajas prolongadas que alcanzaron el año, se incrementaron en un 25,27%, respecto del mes de octubre del año anterior.

En cuanto a su diferenciación por enfermedades, las bajas prolongadas por enfermedades endocrinas y de la nutrición se incrementaron en un 28,50%, por trastornos mentales en un 28,20%, por trastornos osteomusculares en un 26,70%, por neoplasias en un 26,49%, por enfermedades respiratorias en un 24,27%, por enfermedades del sistema nervioso en un 22,79%, por enfermedades cardiovasculares en un 20,48%, y por enfermedades digestivas en un 19,24%. Indudablemente estas situaciones de incapacidad (temporal) tan larga derivan en un mayor número de incapacidades permanentes y son indicadores de causa de un deterioro de la salud que será crónico.

Estas situaciones de incapacidad (temporal) tan larga derivan en un mayor número de incapacidades permanentes y son indicadores de causa de un deterioro de la salud que será crónico

Para concluir, es más que necesario disponer de datos que respondan a las cuestiones planteadas, tanto para cuantificar el impacto económico de las bajas por Covid en esta sexta ola, como sin olvidar el deterioro en términos de la salud laboral, no sólo por Covid y sus secuelas, sino por otros procesos no Covid, no urgentes, derivado de no poder disponer de atención en tiempo y forma o la anulación o de postergar tratamientos o consultas programadas, cuyas consecuencias a largo plazo desconocemos. Sin olvidar que las mejoras necesarias y pendientes en atención primaria (recursos, salarios, gestión), también redundarían en una mejor gestión de las bajas.

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