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Durante más de una década, investigadores de la Escuela de Medicina de Stanford (Estados Unidos) han trabajado en una terapia génica que ahora han ensayado en nueve personas con epidermólisis ampollosa, conocida popularmente con la enfermedad de piel de mariposa, con resultados muy prometedores.
La terapia génica aplicada por vía tópica en los pacientes con piel de mariposa, tres de ellos niños, hizo que las heridas sanaran o mejoraran considerablemente durante varios meses
En un comunicado, que coincide con la publicación de la investigación en la revista Nature Medicine, explican que la terapia génica aplicada sobre la piel de los pacientes, tres de ellos son niños, hizo que las heridas sanaran o mejoraran considerablemente durante varios meses. Es el primer ensayo de terapia génica en niños con la enfermedad de piel de mariposa y, además, es el primer ensayo que demuestra que una terapia génica puede ser efectiva por vía tópica.
El ensayo, de fase I y II, describe logros especialmente llamativos. Como el caso de uno de los pacientes del ensayo con una herida abierta que cubría la mayor parte de su costado desde hacía 10 diez años. Tras recibir el tratamiento con la nueva terapia génica el 70% de esa herida se curó y todas las demás que presentaba, se cerraron por completo.
Una de las heridas que ocupaba casi todo el costado de un paciente y estaba abierta desde hacía 10 años, se curó en un 70%
En otro de los casos descritos lograron cerrar por completo una herida que llevaba abierta cinco años tras administrar dos veces el tratamiento. La herida siguió cerrada ocho meses. Y este es un punto muy importante para los investigadores. “Las heridas sanan rápidamente pero, lo más importante, permanecen cerradas”, explica el Dr. Peter Marinkovichm, director de la Clínica de Enfermedades Ampollosas de la escuela de Medicina de Stanford y autor principal del estudio.
La terapia utiliza el virus del herpes simple modificado para que no pueda replicarse. Los investigadores han introducido en el virus dos copias del gen COL7A1, el gen que codifica la proteína de colágeno VII cuya función es unir las capas externa y media de la piel. De esta forma, cuando el virus entra en las células entrega las dos copias del gen sano en la piel de las heridas.
La terapia génica utiliza el virus del herpes simple modificado al que se le han introducido dos copias del gen COL7A1
En los pacientes con epidermólisis ampollosa distrófica recesiva o RDEB, el tipo de enfermedad de piel de mariposa de los pacientes que han participado en el ensayo, el gen COL7A1 está alterado. No produce el colágeno VII y las capas de la piel no se unen, sino que se deslizan entre sí provocando ampollas que se terminan convirtiendo en heridas abiertas. Estos pacientes tienen muchos riesgos de que sus heridas se infecten y de desarrollar cáncer de piel. Con frecuencia mueren de forma prematura.
Hasta el desarrollo de esta terapia, los investigadores de Standford habían logrado hacer ensayos con injertos de piel de los propios pacientes que previamente se habían corregido genéticamente para que expresaran el gen COL7A1. Pero esta piel sana había que hacerla crecer antes de hacer el injerto, un proceso “laborioso” según la universidad. Después el paciente tenía que ser intervenido quirúrgicamente y requería un tiempo de recuperación en el hospital.
Las biopsias de la piel tratada de siete de los pacientes con enfermedad de piel de mariposa del ensayo mostraron que estaba produciendo colágeno VII nueve días después del inicio del tratamiento
En cambio, la terapia génica que acaban de ensayar se aplica directamente sobre la piel, en consulta ambulatoria. Los resultados muestran que “fortalece la piel y rompe el ciclo doloroso y destructivo de abrir y cerrar heridas que experimientan estos pacientes”, explica el Dr. Marinkovichm.
Las biopsias de la piel tratada de siete de los pacientes del ensayo mostraron que estaba produciendo colágeno VII nueve días después del inicio del tratamiento. Y, al menos un paciente siguió produciendo colágeno durante casi 100 días. Esto indica que la curación de la enfermedad es transitoria y hay que reaplicar la terapia. Esto se debe a que, a diferencia de otros virus utilzados en otras terapias génicas, el virus del herpes simple no se integra en el genoma del huésped cuando infecta una célula. Los investigadores señalan que puede ser una ventaja porque, cuando esto ocurre, existe un ligero riesgo de que la integración pueda alterar la expresión génica normal y pueda causar cáncer.
La curación de las heridas en los paciente con piel de mariposa tratados con la terapia génica no fue permanente
Los participantes del ensayo no sufrieron eventos adversos importantes. “No vimos ningún problema con la administración repetida del gel, y los pacientes y sus familias estaban muy entusiasmados con los resultados“, afirma el Dr. Marinkovich, quien espera la aprobación de la terapia por parte de la FDA, con el fin de “llegar a muchos más pacientes con esta enfermedad devastadora”.
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