Experta del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas advierte de que el hígado graso puede empeorar tras los excesos del verano

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..Redacción.
El hígado graso o esteatosis hepática metabólica (EHmet) es la enfermedad del hígado más frecuente entre los adultos. Según datos de la Fundación Española Aparato Digestivo (FEAD), esta patología afecta a más del 20% de la población adulta. “De hecho, es una patología que no presenta síntomas, siendo diagnosticada en muchos casos en un análisis de rutina cuando se mide el índice de transaminasas o en una ecografía abdominal solicitada por otro motivo”, explica la Dra. Marta Abadía, hepatóloga y especialista en aparato digestivo del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas (CMED).

El hígado graso es una patología que no presenta síntomas, afectando a más del 20% de la población adulta 

El verano y las vacaciones hacen que abandonemos las rutinas alimenticias y de ejercicio que tenemos a lo largo del año. “Tendemos a consumir alimentos más calóricos, con más azúcares. Además, la cantidad de alcohol que tomamos también se incrementa, con cantidades que pueden alcanzar lo que se entiende por consumo perjudicial, que corresponde a más de 20 gramos en mujeres y más de 30 gramos de alcohol al día en hombres. Si a esto le añadimos que también solemos llevar una vida más sedentaria, es frecuente que los depósitos grasos en el hígado se incrementen“, añade la Dra. Abadía. En este sentido, la especialista ha advertido que el hígado graso puede empeorar tras los excesos tras el periodo estival .

El hígado graso se caracteriza por la presencia de grasa en el interior de las células de grasa, llamadas hepatocitos. “Suele estar asociada al Síndrome Metabólico, que agrupa una serie de trastornos que incluyen aumento de la presión arterial, niveles altos de azúcar en sangre, exceso de grasa corporal alrededor de la cintura y niveles anormales de colesterol o triglicéridos”, afirma la especialista. Sin embargo, si se aumenta mucho de peso, no se cuida la alimentación y se mantiene la vida sedentaria, puede favorecer el desarrollo del hígado graso.

El sedentarismo también favorece el aumento de depósitos grasos en el hígado

Para saber si se padece hígado graso, por lo general, es suficiente con una cita con un especialista para que identifique factores de riesgo que puedan favorecer su desarrollo, si en una analítica de sangre están alteradas las transaminasas y realice una ecografía abdominal para confirmar que hay depósito a nivel hepático.

Mientras, para controlar la EHmet es importante ver si, además de grasa en el hígado, hay inflamación y fibrosis. Cuando hay inflamación, se padece lo que se llama esteatohepatitis y no existen marcadores ni pruebas de imagen para su detección. Por su parte, en el caso de la fibrosis se puede diagnosticar por pruebas no invasivas, como es el fibroscan, mediante un análisis de sangre llamado ELH (Enhanced Liver Fibrosis) y otro denominada OWLiver En algunos casos, es necesario recurrir a pruebas más invasivas, como es la biopsia hepática. “En torno al 25% de los pacientes con hígado graso tiene esteatohepatitis, por lo que se debe cuidar la alimentación durante todo el año”, afirma la Dra. Abadía.

En torno al 25% de los pacientes con hígado graso tiene esteatohepatitis, por lo que se debe cuidar la alimentación durante todo el año

A día de hoy, no existe ningún tratamiento farmacológico que haya demostrado su efectividad para tratar esta patología del hígado. El único tratamiento con evidencias científicas consistentes es la pérdida de peso. Por otro lado, también es necesario controlar los factores asociados al Síndrome Metabólico. “La dieta y el ejercicio, siempre supervisados por especialistas, son el tratamiento más efectivo en la actualidad”, concluye la Dra. Abadía.

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