..Luis H. Serrano.
Tras 21 años sin ser representada en el escenario que la vio nacer en 1864, vuelve Pan y Toros de Francisco Asenjo Barbieri (1827-1894). Este compositor madrileño está justamente encuadrado en el apartado conocido como “zarzuela grande” y sirve para levantar el telón de su próxima temporada. Lo hace coincidiendo con la llegada de diversos acontecimientos como el próximo 200 aniversario del nacimiento de su autor. Juan Echánove y su numeroso equipo en la dirección artística debuta con una obra de zarzuela, que ha protagonizado .
Para Guillermo García Calvo, el director musical que ahora la presenta al frente de la orquesta y el coro titulares de la Zarzuela, Pan y Toros es una obra repleta de melodías y pasajes que comunican y hacen felices a los amantes de este género. Su argumento es una atractiva historia que tiene como protagonista a la dama de Alcunia que, prácticamente, gobierna España en nombre del rey Carlos IV. Historia que da lugar a que el libretista oficial, José Picón, prepare un movido argumento de “pan para el pueblo y toros para nosotros“. Toros quiere decir dinero y mayores comodidades. La obra está más acertada en la parte vocal que en la escénica (un poco convulsa y algo pesada).
“Pan para el pueblo y toros -es decir, dinero y mayores comodidades- para nosotros”
Las voces de Yolanda Auyenet, Ramón Lojendio, César San Martín, Enrique Viana, Carlos Daza y Pablo Gálvez, entre otros, están a la altura que la meritoria obra de Barbieri requiere. Trasladan al espectador al cambiante del Madrid de 1792, que se debate entre las conspiraciones y enfrentamientos de las dos Españas. Ambas están representadas por los clásicos grupos de laborales y reformistas, a los que, por si fuera poco se suman tres conocidos toreros.
El Teatro de la Zarzuela, aprovechando la cercanía de estos movimientos bautizará con el nombre del compositor madrileño uno de sus palcos más significativos, concretamente el número cinco. Un detalle que, seguro, agradecerán muchos de sus asiduos espectadores