Redacción
Era una exploración rutinaria en las consultas de Cardiología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, pero terminó siendo un caso que se ha publicado en la revista científica The Lancet. El Dr. Miguel Ángel Cobos detectó una arritmia cardiaca grave mientras realizaba una consulta de revisión a un paciente con angina de pecho crónica, y lo hizo gracias a un reloj inteligente.
El paciente pasaba una revisión rutinaria cuando comprobaron mediante pruebas a las que se sumaron los datos del reloj inteligente, que estaba sufriendo una fibrilación ventricular que generó la arritmia
Tras someterse a una prueba de esfuerzo, el paciente, un hombre de 72 años, mostró una alteración electrográfica que se mantuvo durante el periodo de recuperación. Los médicos solicitaron al paciente poder hacer las mismas pruebas con el reloj inteligente de Apple para comparar los resultados con el equipo de la consulta. “Decidimos utilizar el smartwatch dada nuestra experiencia en la aplicación de estos dispositivos para pruebas cardiológicas, y verificamos la similitud de los resultados entre las pruebas realizadas con su reloj y el equipo convencional de la consulta“, ha explicado el Dr. Cobos.
Estos relojes pueden monitorizar un amplio abanico de anormalidades cardiológicas, incluyendo una arritmia tan grave como la fibrilación ventricular. En esta ocasión, “el reloj también registró correctamente las alteraciones electrocardiográficas que observamos con el equipo de la consulta, así como los latidos anormales (extrasístoles) y, finalmente, el episodio de fibrilación ventricular“, explica el Dr. Cobos. La fibrilación ventricular es el tipo de arritmia cardiaca más grave que existe. En este caso, pudieron mostrar que el trazado electrocardiográfico obtenido con el reloj inteligente es muy similar al realizado con un electrocardiógrafo estándar.
Vieron que con un reloj inteligente se puede realizar un electrocardiograma completo con una fiabilidad similar a los que se hacen en centros sanitarios
El Dr. Cobos, junto al médico residente de Cardiología Andrés Provencio, han publicado el estudio en The Lancet. El trabajo confirma el hallazgo del Dr. Cobos, que descubrió que con un reloj inteligente se podía realizar un electrocardiograma completo con un índice de fiabilidad similar al de los que se hacen habitualmente en los centros sanitarios. El artículo también se ha divulgado en Annals of Internal Medicine, una de las revistas científicas con mayor índice de impacto.
De esta forma, cualquier persona puede hacerse a sí misma, o a otra y en cualquier lugar, un electro completo. Pero siempre debe ser interpretado por un cardiólogo. Según señalan desde el Clínico San Carlos, esta alternativa conlleva la ventaja que supone esa ganancia de tiempo para la toma de decisiones clínicas en una situación delicada o límite, como un posible ataque cardiaco. Y si se confirma que una persona lo sufre, le permitiría llegar a un centro sanitario con un electrocardiograma ya hecho. Así, se le podría aplicar el protocolo correspondiente para disponer de un tiempo que puede ser definitivo.
