Los hallazgos “sorprendentes” sobre la deferiprona en el párkinson y la toxicidad del hierro según la etapa de la patología

Un estudio publicado en NEJM indica que la deferiprona sin medicamentos dopaminégicos se asocia a un empeoramiento de los síntomas motores

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Redacción
Un nuevo estudio sobre pacientes con enfermedad de Parkinson temprana ha arrojado hallazgos que pueden ayudar a comprender el papel del hierro en cada etapa de la enfermedad y mejorar el uso del fármaco deferiprona, que elimina el exceso de hierro cuando se acumula de forma anómala, una de las características del párkinson. Los resultados de la investigación, que ha publicado la revista The New England Journal Of Medicine junto con un editorial sobre el tema, indican que administrar deferiprona sin medicamentos dopaminégicos se asocia a un empeoramiento de los síntomas motores en los pacientes.

El resultado contrastra con otro ensayos previos donde los síntomas de párkinson no empeoraban con deferiprona

Este resultado contrasta con los de otros cuatro ensayos clínicos independientes previos, donde no se observó que los síntomas empeoraran al administrar deferiprona. Los investigadores creen que la clave podría estar en la suplementación con dopamina. Por eso serán necesarios nuevos estudios que combinen ambos tipos de medicamentos para ver sus efectos en fases iniciales de la enfermedad.

Hierro, deferiprona, dopamina y párkinson
Los pacientes de párkinson pierden las neuronas que producen dopamina, que es fundamental para el control de los movimientos normales del cuerpo. A su vez, estos pacientes acumulan hierro de forma anormal en el cerebro. Su exceso se asocia con la pérdida de neuronas productoras de dopamina. Pero el hierro también es importante para el normal funcionamiento del cuerpo, incluso para la propia producción de dopaminta.

La depeferidona elimina el exceso de hierro del cerebro, pero en etapas inciales del párkinson el hierro es clave para generar dopamina

Para tratar a estos pacientes se utilizan diversos medicamentos que permiten suplementar la falta de dopamina y que ayudan a mejorar los síntomas, aunque no evitan la pérdida de neuronoas ni la progresión de la enfermedad. Por su parte, la depeferidona, que elimina el exceso de hierro allí donde se acumula y lo redistribuye a otras zonas que se necesita, se emplea en pacientes con talasemia cuando han recibido varias transfusiones de sangre y tienen sobrecarga de hierro.

La investigación
El ensayo que ha dado lugar a la publicación en NEMJ y que ha sorprendido a los propios autores ha sido desarrollado por el consorcio internacional Fairpark-II, en el que han participado los invesigadores Yaroslau Compta, del Idibaps de Bacelona, Jaume Kulisevski del Instituto de investigación del Hospital de la Santa Cruz y San Pablo y Dolores Vilas del Hospital Germans Trias i Pujol. El objetivo de la investigación era era comprobar si la deferiprona podía ser de utilidad para enlentecer la progresión del párkinson. Para ello, los científicos analizaron datos de 372 pacientes diagnosticados recientemente, entre ellos, pacientes del hospital Sant Pau y Clínic de Barcelona.

Analizaron datos de 372 pacientes diagnosticados recientemente, entre ellos, pacientes del hospital Sant Pau y Clínic de Barcelona

Para sorpresa de los investigadores, los resultados demostraron que, a las 36 semanas de seguimiento, los participantes que habían recibido deferiprona tenían peores puntuaciones en las escalas que miden los síntomas de la enfermedad respecto a los que habían recibido placebo. Es decir, los pacientes del grupo control habían empeorado, pero los del grupo que recibió la deferiprona aún más.

Dos ensayos clínicos previos en los que participaron 40 y 22 pacientes con enfermedad de Parkinson de diagnóstico reciente sugirieron que la deferiprona añadida al tratamiento con medicamentos que suplementan a la dopamina, como la L-DOPA, no solo reducía el acúmulo de hierro en el cerebro, sino que podía mejorar la discapacidad motora.

“La acumulación de hierro en las neuronas puede ser deleterio, pero su aumento en la sustancia negra podría ser también una manera de compensar la falta de dopamina en el párkinson”

“Con este ensayo hemos aprendido que si bien, por un lado, la acumulación de hierro en las neuronas puede ser deleterio, por otro, su aumento en la sustancia negra podría ser también una manera de compensar la falta de dopamina”, explica el Dr. Compta.

“Por tanto, nos planteamos, a la vista de que los ensayos previos donde no estaba excluida la terapia dopaminérgica, los pacientes no empeoraron con deferiprona, que un ensayo clínico donde se combinen ambas terapias podría eliminar la variable de confusión del déficit dopaminérgico y permitir evaluar de forma adecuada el potencial de la deferidona para modificar la evolución de la enfermedad. Este es el siguiente paso que se plantea dar desde el consorcio Fairpark liderado por Devos”, añade el investigador.

La hipótesis es que en los pacientes tratados con levodopa solo se verían los efectos positivos de la eliminación del hierro de la deferiprona, pero no los negativos

La hipótesis
Los investigadores explican que una de las funciones del hierro es actuar de cofactor de la enzima tirosina-hidroxilasa, que es fundamental para producir dopamina. Por tanto, podría ser que en las fases iniciales de la enfermedad de Parkinson el hierro en realidad ayude a las neuronas a mantener la producción de dopamina. Se volvería tóxico en fases posteriores de la enfermedad. Así pues, la eliminación de hierro con fármacos como la deferiprona en fases iniciales de la enfermedad podría explicar el empeoramiento de los pacientes al empeorar la producción de dopamina. En cambio, la deferiprona podría evitar los efectos nocivos del hierro en fases posteriores, en consonancia con los ensayos clínicos previos.

Por otra parte, fármacos dopamigénicos como la levodopa, que no precisa de la tirosina-hidroxilasa para convertirse en dopamina, repone rápidamente los niveles de dopamina. Así, esquiva el efecto negativo de la deferiprona sobre la tirosina-hidroxilasa. Por tanto, la hipótesis es que en los pacientes tratados con levodopa solo se verían los efectos positivos de la deferiprona a través de la reducción de los niveles perjudiciales de hierro acumulado, pero no su efecto negativo sobre la producción de dopamina.

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