“La investigación está aportando esperanza a las pacientes con cáncer de mama triple negativo metastásico”

Dra. Eva Ciruelos, vicepresidenta del Grupo Solti. Coordinadora de la Unidad de Cáncer de Mama y Ginecológico del Hospital Universitario 12 de Octubre

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Anuario iSanidad 2022
Redacción

El cáncer de mama metastásico ha sufrido un cambio de paradigma en los últimos años. Concretamente, se ha incrementado notablemente la supervivencia de las pacientes, pasando en una década de una mediana de tiempo de vida de dos años o menos, a la actual, superando los 4-5 años, de acuerdo a la Dra. Eva Ciruelos, vicepresidenta del Grupo Solti y coordinadora de la Unidad de Cáncer de Mama y Ginecológico del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, indica que “nos enfrentamos a definir los mecanismos de resistencia a los fármacos utilizados y a solucionar el problema de la heterogeneidad tumoral”.

Sobre el cáncer de mama triple negativo metastásico, “el tipo más agresivo y difícil de tratar” representa, el 12% de todos los cánceres de mama, aproximadamente. La investigación está aportando esperanza a las pacientes con este tipo de cáncer, “y cabe resaltar que nuestro país siempre ocupa uno de los cinco o seis primeros puestos a nivel mundial, destacando por un gran número de pacientes y gran calidad y cumpliendo los mejores estándares”.

Según el último informe “Las cifras del cáncer en España” de la Sociedad Española de Oncología Médica, en España se diagnosticarán más de 34.000 nuevos casos de cáncer de mama y será el segundo cáncer más diagnosticado durante 2022. Los factores pueden ser diversos, pero ¿puede ser que se deba, en parte, a que existe una mayor concienciación para propiciar la detección precoz?
La incidencia del cáncer de mamá está aumentando entre un 1,5 y 2% cada año. Por supuesto, un mejor diagnóstico es una causa clara porque conseguimos tener identificados a todos los pacientes prevalentes. Sin embargo, ciertos estilos de vida como el sedentarismo o la nuliparidad la natalidad es diferente a épocas anteriores pueden ser también una causa de que aumente la incidencia de este tumor. El mejor diagnóstico es uno de los motivos, pero también existen otras situaciones.

¿Se han logrado los mismos avances en el cáncer de mama metastásico que en el cáncer de mama en cuanto al abordaje y nuevas opciones terapéuticas? ¿Es determinante el factor metastásico a la hora de la investigación y abordaje del cáncer de mama?
El cáncer de mama metastásico también ha logrado grandes avances. La supervivencia ha aumentado notablemente puesto que, hace una década, la mediana de tiempo de vida era de dos años o menos. Actualmente, se supera con creces la barrera de los 4 o 5 años como mediana. Esto se debe a, en primer lugar, una mejora en el abordaje del tratamiento gracias a la disposición de más herramientas para el diagnóstico molecular y, en segundo lugar, a la mejora en el tratamiento sistémico enfocado a estos procesos diagnósticos logrando, junto con cuidados de soporte, que los pacientes tengan una supervivencia mayor.

Hay que tener en cuenta que el cáncer de mamá metastásico es un reto, ya que el paciente tiene una situación de cronicidad. Normalmente, estos pacientes no se curan de su enfermedad. Además, en el cáncer de mama metastásico hay una evolución y una heterogeneidad del tumor; subyacente al propio tipo de cáncer y a la presión terapéutica de los diferentes tratamientos, que los hace cada vez más progresivos y resistentes. En su abordaje, nos enfrentamos a los retos de definir los mecanismos de resistencia a los fármacos utilizados y de solucionar el problema de la heterogeneidad tumoral ya que es posible que un mismo tumor tenga poblaciones celulares muy distintas con diferentes sensibilidades a diferentes tratamientos. Por estos motivos, un solo tratamiento nunca puede curar un cáncer de mamá avanzado.

Dentro de las diferentes posibles líneas de investigación, ¿hacia dónde se dirige la investigación del cáncer de mama metastásico?
Fundamentalmente, se centran en conocer mejor las características moleculares de los tumores avanzados para poder individualizar mejor el tratamiento que ofrecemos. Todo ello, a través de la innovación, es decir, diseñando mejor las terapias que previamente ya existen como los tratamientos hormonales o quimioterapia para intentar que los nuevos fármacos tengan una mayor eficacia y menor toxicidad.

¿Cree entonces que se debería concienciar más sobre el subtipo metastásico y su cronicidad a la población general? ¿Cuáles son las principales cuestiones que se deben transmitir?
El lazo rosa suele hacer referencia a las campañas de cribado de cáncer de mamá precoz sin recoger el cáncer de mama metastásico, aunque suponga todavía cerca de un 8% de los tumores que se diagnostican por primera vez y un 25% con los que, en estado precoz, se recae a lo largo del tiempo. Esta patología puede que sea la que más sufrimiento, más costes y más esfuerzo genere. Por ello, debe considerarse que dentro de las cifras del cáncer de mamá no todo es optimismo ni buenas noticias, sino que hay pacientes fallecen por esta enfermedad. Por eso, la investigación tiene que empezar necesariamente por el cáncer de mamá avanzado. Además, aquellos resultados favorables se pueden trasladar al cáncer de mamá precoz intentando conseguir una mayor tasa de curaciones.

La concienciación en la sociedad es muy importante ya que hay muchos aspectos de las mujeres con cáncer metastásico que necesitan apoyo más allá del tratamiento. Por ello, debemos transmitir a la sociedad que el cáncer de mama metastásico existe y que no todo lo referente al cáncer de mama es una buena noticia. En segundo lugar, las pacientes son mujeres que viven mucho tiempo y que consiguen llevar una vida prácticamente normal a nivel social, familiar y laboral. Debemos tenerlo en cuenta para proporcionar todos los cuidados y factores adicionales, no solo el tratamiento oncológico, sino también recomendaciones en salud, en la incorporación laboral, en nutrición, en ejercicio físico, entre otros. En este sentido, las asociaciones de pacientes ofrecen una gran ayuda a las pacientes y comparten la información y la accesibilidad a fármacos y estudios clínicos.

La incorporación de un nuevo tratamiento, sacituzumab govitecán, supone un avance y vía inteligente de dirigir la quimioterapia a las zonas afectadas por el tumor

Concretamente, con el cáncer de mama triple negativo, ¿cuál es el perfil de las pacientes y cómo afecta a su calidad de vida?
El cáncer de mamá metastásico triple negativo supone el quinto de todos los tumores de mamá. Esta situación es preocupante porque normalmente esas mujeres son más jóvenes y tienen factores de riesgo peores, tumores más agresivos que recaen o progresan antes que otros subtipos. A todo esto, se acompaña que dichos tumores no tienen sensibilidad a los tratamientos hormonales, ni a los tratamientos contra HER2 y los mejores resultados se han obtenido con la quimioterapia, la inmunoterapia y los nuevos ADCs. Está claro que en esta área la investigación y la innovación son muy necesarias para generar nuevas alternativas de tratamiento que funcionen en esta población.

Como cualquier cáncer metastásico, el cáncer de mama triple negativo metastásico afecta a la calidad de vida de quien lo padece. Además, es el subtipo que requiere la quimioterapia con más frecuencia, comprometiéndose más aún la calidad de vida. Las visitas frecuentes al hospital, la medicación intravenosa y los efectos secundarios que otros pacientes con tumores hormonosencillos no padecen son algunos de los factores que más impiden el correcto desarrollo de su día a día.

Por otro lado, también debemos prestarle atención a la calidad de vida del sistema sanitario, ya que tienen una gran carga sanitaria, requiriendo muchos recursos debido a que es una población muy especial que necesita una atención diferente.

El cáncer de mama triple negativo metastásico no contaba con opción terapéutica hasta que el pasado año 2022 tras incorporarse un nuevo tratamiento al Sistema Nacional de Salud. ¿Qué supone este avance?
La incorporación de un nuevo tratamiento, sacituzumab govitecán, supone un avance en cuanto a que es un anticuerpo conjugado, fármacos de quimioterapia unidos a moléculas de anticuerpos dirigidos frente a antígenos que se expresan en las células del tumor. Estos tratamientos son una nueva vía inteligente de dirigir la quimioterapia a las zonas afectadas por el tumor.

Por otro lado, suelen ser bien tolerados por los pacientes, siendo mucho más eficaces que la quimioterapia estándar. Esta eficacia puede cuantificarse de diferentes maneras: tasa de respuestas (la cantidad de pacientes que consiguen una reducción significativa del volumen del tumor), el tiempo de progresión del tumor y la reducción significativa del riesgo de muerte de estos pacientes. Podemos afirmar que este avance es muy relevante por el impacto social y sanitario tan elevado que proporciona.

En este sentido, la investigación está aportando esperanza a las pacientes con este tipo de cáncer. Cabe destacar que nuestro país siempre ocupa uno de los cinco o seis primeros puestos a nivel mundial, destacando por un gran número de pacientes y gran calidad y cumpliendo los mejores estándares. Considero que esta innovación va a seguir desarrollándose en escenarios más precoces de la enfermedad para que el beneficio de estas terapias también aplique a etapas iniciales con el fin de curar más pacientes que, al fin y al cabo, es el objetivo de nuestra especialidad.

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