Anuario iSanidad 2022
Santos Induráin Orduna, consejera de Salud del Gobierno de Navarra
Hablar de tecnología aplicada a salud en general de la inteligencia artificial en particular, puede sonar a poner el foco en las máquinas o en los ordenadores, y no en las personas, ya sean pacientes o profesionales. Y no. Siempre hay personas detrás de un algoritmo y personas que se benefician de estos avances en los que, además, en el caso del mundo sanitario, siempre cuentan con el criterio clínico como último paso en cualquier diagnóstico y decisión.
En este complejo año de transición hacia un escenario postpandémico, plagado de lecciones aprendidas, creo que además de elogiar una vez más el compromiso de nuestros y nuestras sanitarias en consultas, UCIs, hospitales, centros de salud, etc., merece la pena sacar de un segundo discreto segundo plano a profesionales que aportan un valor añadido en salud: los compañeros y compañeras de los sistemas de información.
Por supuesto, tampoco quiero olvidar a los gestores y directivos que, sin bata blanca, han sido, son y serán claves en toda organización eficaz y eficiente. Pero me gustaría centrarme en esta ocasión en los técnicos que, en el caso de Osasunbidea, trabajan en la Subdirección de Sistemas y Tecnologías para la Salud, en colaboración con el Servicio de Tecnologías de la Salud de la Dirección General de Telecomunicaciones y Digitalización del departamento de Innovación y Universidades.
Son el auténtico quore del sistema sanitario, sin el que difícilmente se hubieran podido afrontar procesos masivos de vacunación o testing como los que nos han exigido el Covid-19. Por no hablar de muchas otras prestaciones, como recetas, citas, analíticas, derivaciones, etc., de un sistema sanitario que tiene su propia arquitectura informativa, sin la cual ya no se sostendría el edificio común de la salud. Estos servicios son a la salud lo que el sistema operativo es a un ordenador.
Hoy en día, innovar en salud pasa por muchas cuestiones como la medicina personalizada y la genética, pero también por el uso de la inteligencia artificial aplicada a las tecnologías sanitarias. El Sistema Navarro de Salud-Osasunbidea dispone de un equipo que no solo lidera uno de los grupos de digitalización de la estrategia de atención primaria del Ministerio, sino que aquí, en Navarra, ha puesto en marcha una aplicación innovadora para la retinopatía diabética que ha beneficiado a pacientes y a profesionales. Siguiendo esta senda, va a ponerse en funcionamiento otra aplicación para el tratamiento de la degeneración macular asociada a la edad y está previsto extender el uso de esta tecnología a otros campos como la dermatología y la radiología.
Innovar en salud implica cuestiones como la medicina personalizada y la genética, pero también el uso de la inteligencia artificial aplicada a las tecnologías sanitarias
Son trabajos pioneros que, además, han sido realizados con medios propios y conectados a la Historia Clínica Integrada-Andia. Estas aplicaciones se suman a otros avances quizá ya más conocidos y extendidos en el SNS, como las videoconsultas, los nuevos soportes informáticos (el 70% de la población navarra ya está dada de alta en Carpeta de Salud) y otras herramientas que nunca sustituirán el contacto cercano y necesario con el profesional sanitario, pero que pueden aligerar cargas y tiempos a unos y a otros, superando un anacrónico debate entre “presencialidad” y “no presencialidad”.
No hablamos de investigación para el futuro, sino de aplicaciones en el presente que benefician a los clínicos y pacientes. Números para poner letras mayúsculas a una red pública de salud que avanza sobre un motor de sistemas de información sin los que hoy en día nada tendría sentido y a veces quedan en el olvido.
