Los retos de integrar la innovación en la sanidad pública

Gotzone Sagardui Goikoetxea, consejera de Salud del País Vasco

Anuario iSaidad 2022
Gotzone Sagardui Goikoetxea, consejera de Salud del País Vasco
El año 2022 ha sido un ejercicio de coyunturas cambiantes que han afectado de forma muy directa a nuestros sistemas de atención sanitaria. Iniciamos el año en plena ola de la variante Ómicron que, tras su paso, dejó más en evidencia el problema más acuciante al que nos enfrentamos en estos momentos: la falta de profesionales en determinadas especialidades de la medicina, sobre todo en medicina de familia y salud comunitaria, con el impacto que ello tiene en la base de todo el sistema.

Creo, a este respecto, que es necesario, desde el reconocimiento y la asunción de esta realidad, articular todas aquellas medidas jurídicas, administrativas y organizativas que ayuden a aliviar esta situación cuanto antes. Este es, sin duda, nuestro mayor reto a corto plazo. Sin embargo, creo que, desde la responsabilidad de un gobierno como es el nuestro, el de Euskadi, en el que el sistema de salud es eminentemente público, debemos mirar más a futuro, porque hay elementos que ya están aquí o se vislumbran en un futuro muy cercano que van a cambiar la medicina.

El primer elemento que está teniendo ya un impacto directo en nuestros sistemas es el envejecimiento de la población y su creciente efecto sobre la atención a la cronicidad, tanto desde la atención primaria, como desde la hospitalaria. Son retos en los que llevamos tiempo trabajando, definiendo procesos para dar una respuesta cercana y efectiva a la ciudadanía. La otra vertiente de este elemento, y en la que también hemos invertido recursos muy importantes, es en la atención sociosanitaria en estrecha colaboración con quienes son competentes en materia de asistencia social en Euskadi, las diputaciones y los ayuntamientos.

Compartiendo el discurso de que el ámbito de socio-sanitario no es una frontera sino un lugar de encuentro, estamos definiendo y construyendo un sistema que dé respuestas de cercanía y calidad a las personas mayores, a las personas con discapacidad, a las personas con enfermedad mental, etc. No sólo en lo sanitario, sino también en lo social: de forma global, la persona en el centro del sistema.

El segundo elemento que va a tener un impacto muy importante, y no muy lejano, en nuestros sistemas es la evolución científica y tecnológica en medicina. En breve, y ya tenemos algunos ejemplos, los diagnósticos, los tratamientos, las terapias o los medicamentos van a ser totalmente personalizados, para enfrentarnos a una misma enfermedad de forma distinta en función de las características de cada persona.

Es especialmente importante definir cuáles son los principios y valores sobre los que construimos nuestra red de servicios

Esto que, en sí mismo, es una gran evolución en el cuidado de la salud de las personas, una buena noticia, puede tener diferentes lecturas en función del ámbito desde el que se contemple. Hay que analizar cómo se traslada todo ese conocimiento al servicio de la salud pública, de la promoción de la salud, de la prevención de la enfermedad y de la atención asistencial.

En Euskadi tenemos un modelo de atención sanitaria eminentemente público. Un modelo colaborativo con la actividad privada y sin ánimo de lucro, pero mayoritariamente público.

Desde esta vocación pública, es especialmente importante definir cuáles son los principios y valores sobre los que construimos nuestra red de servicios, nuestras estrategias, planes, programas o proyectos de actuación. Accesibilidad, universalidad, equidad, calidad, eficiencia y eficacia asistencial, sostenibilidad. La cuestión es cómo accedemos a estas nuevas realidades tecnológicas y científicas y cómo las integramos en nuestro sistema de salud siendo fieles a los principios que deben presidir nuestra actuación.

Debemos hacernos las siguientes preguntas: ¿estamos en condiciones de implantar estas técnicas en nuestros recursos públicos para que la ciudadanía pueda beneficiarse de ellas? (accesibilidad); ¿es extensible a toda nuestra ciudadanía? (universalidad); ¿podemos ofrecer esa atención en igualdad de condiciones a todas las personas? (equidad); ¿está demostrado el valor asistencial de estas nuevas técnicas? (calidad); ¿es sostenible el gasto en salud en Euskadi? (sostenibilidad).

En definitiva, la medicina va a cambiar. La medicina personalizada, las terapias avanzadas, la medicina basada en la evidencia y en el valor llaman ya a nuestras puertas y tenemos que ser capaces de incorporar todo ese conocimiento a nuestro sistema para que toda la ciudadanía se beneficie en igualdad de condiciones. Todo un reto al que yo propongo que nos enfrentemos como toda una oportunidad.

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