Redacción
La Comunidad de Madrid ha puesto en marcha un estudio pionero en España para prevenir los riesgos y complicaciones cardiovasculares que pueden desarrollar los supervivientes de cáncer infantil a lo largo del tiempo debido a los tratamientos recibidos para superar la enfermedad. Coincidiendo con el Día internacional del cáncer infantil, el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, ha presentado este proyecto. Así, los hospitales públicos Niño Jesús y Ramón y Cajal llevarán a cabo este estudio con el objetivo de evaluar la función cardiovascular y la calidad de vida de estos pacientes.
Se trata de una colaboración multidisciplinar en la que participarán oncólogos y cardiólogos pediátricos, genetistas y radiólogos expertos en imagen cardiaca. El proyecto está liderado por el jefe del Servicio de Hemato-Oncología Pediátrica del Hospital Infantil Niño Jesús, el Dr. Luis Madero López, y la jefa del Servicio de Cardiología Pediátrica del Hospital Universitario Ramón y Cajal, la Dra. María Jesús del Cerro Marín.
El proyecto está liderado por el Dr. Luis Madero López y la Dra. María Jesús del Cerro Marín
Así, el principal objetivo es identificar precozmente los posibles factores de riesgo cardiovascular o disfunción cardiaca subclínica, para aplicar acciones preventivas, terapias precoces personalizadas, o plantear programas de rehabilitación específicos.
Los supervivientes a largo plazo de cáncer infantil pueden triplicar el riesgo de eventos cardiovasculares respecto a la población general. Estas complicaciones son la principal causa de morbimortalidad no oncológica. Además, este peligro específico se deriva de los tratamientos que recibieron como pacientes. Según diferentes estudios, el riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular es entre 1,9% y 12,7% mayor que en el resto de la población.
El riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular en supervivientes de cáncer infantil de es entre 1,9% y 12,7% mayor que en el resto de la población
Los principales eventos cardiovasculares que se pueden llegar a desarrollar se deben a que los tratamientos oncológicos pueden producir un amplio espectro de cardiotoxicidad. Su diagnóstico y monitorización requieren de un abordaje multiparamétrico que combina la información aportada por el paciente y por una exploración física; la valoración estructural y funcional de diferentes biomarcadores analíticos, y diferentes pruebas de imagen.
El problema del diagnóstico y la monitorización de la cardiotoxicidad de los supervivientes de cáncer infantil es que sólo se realiza en un pequeño porcentaje de supervivientes. Un número importante de estas personas tienen una enfermedad no diagnosticada o una enfermedad subclínica, o un potencial riesgo cardiovascular que no siempre es evaluado.
En este sentido, es necesario mejorar las técnicas de monitorización de la función cardiaca en largos supervivientes para reducir el número de personas con enfermedad cardiovascular subclínica o no diagnosticada, ya que este tipo de dolencias son la principal causa de morbimortalidad no oncológica.