Luis H Serrano
Tras 20 años de ausencia de su escenario y con la presidencia de los Reyes Felipe VI y Leticia, el Teatro Real inicia con Aida su nueva temporada de ópera, la correspondiente a 2022-2023. Una obra que durante los dos últimos siglos fue bastante frecuente en su programación, que servirá también como homenaje al cantante Pedro Lavirgen Gil (1930 …), el tenor cordobés que más la protagonizó a lo largo de su dilatada carrera artística.
Entre el atractivo general que tiene Aida su perfecta orquestación. Eso hace que se programe con bastante asiduidad en muchos de los escenarios del mundo. De ahí que poco nuevo pueda añadirse a lo mucho que con este motivo ya se ha comentado sobre ella.
Entre el atractivo general que tiene Aida su perfecta orquestación
Aida es un antiguo nombre femenino árabe muy utilizado hoy, algo bohemio y melancólico, que puede traducirse también como “la mujer generosa que regresa a casa”. Sus cuatro actos atraen de principio a fin al espectador, que disfruta plenamente con el desarrollo del triángulo amoroso en el que transcurre su argumento, así como por la particular belleza que encierran sus variadas arias, dúos , números de conjunto y, sobre todo, por el atractivo de su delicado final, que protagonizan la propia Aida y Radamés. Un hermoso dúo que, probablemente, el compositor, al margen del libretista oficial, Antonio Ghislanzoni, quiso reservar para él. Sin duda para culminar esta excelente obra con un delicado toque personal.
Tras algunos altibajos en su carrera, debidos fundamentalmente a sus numerosos problemas personales, Verdi se convirtió pronto en un admirado compositor al que, continuamente le llegaban los más variados encargos. Las connotaciones generales de sus óperas le proporcionaron pronto el reconocimiento general del público, que las valoraba adecuadamente, tanto por su particular atractivo como por convertirse en símbolo de la unificación del país: V.E.R.D.I. o (Viva el Rey de Italia)
Sus encargos llegaron a ser tan numerosos que decidió atender únicamente aquellos que realmente le interesaban. Según parece -no está confirmado-, por la composición de su Aida percibió la cantidad de 150.000 francos.
Verdi recibió 150.000 francos por la composición de Aida
Debido a esta decisión su producción bajó en número de obras, pero creció en calidad, componiendo óperas que se caracterizaron siempre por la búsqueda de una fuerte credibilidad y coherencia dramática, que estuviera por encima de las convenciones y gustos musicales de la época. Cambio que comenzó a apreciarse en títulos tan reconocidos como Aida y Otello.
El espectador novel la recuerda mejor como la ópera de la “marcha triunfal”, dado que, debido a su generosa y abierta escenografía inicial permite que suela estar acompañada casi siempre por una vistosa variedad de elementos aparentemente relacionados con la victoria de Radamés, el militar etíope enamorado de Aida.
Cabe recordar también que, salvo el Festival de la Arena de Verona, el Teatro Real es la única institución que, hasta ahora, ha programado veinte funciones continuadas de ella.
Puesta en escena
No deja de ser curioso que un título tan conocido y siempre esperado por el aficionado, haya atravesado tantas vicisitudes para determinadas presentaciones. En esta ocasión se ofrece con una producción propia realizada en coproducción con la Abu Dhabi Music and Arts Fundation, basada en la original del propio Real de 1998, en la que, intervienen cerca de 300 intérpretes entre músicos, figurantes , cantantes y bailarines.
No deja de ser curioso que un título tan conocido sea siempre esperado por el aficionado
Hugo de Ana, director de escena y figurinista, que ya la dirigió escénicamene en otra ocasión con bastante éxito, vuelve de nuevo al Real para presentar la atractiva versión de 2018, a la que, como es obvio, se le han realizado las oportunas actualizaciones.
Esta Aida debido a la luminosidad con que vuelve a ofrecerse continúa manteniendo ese particular atractivo y belleza con que siempre la ha presentado el Real. Destacando el trabajo de la soprano búlgara Krassimira Stoyanova (Aida) y la del tenor polaco Piotr Beczala (Radamés) que fueron de menos a más en sus convincentes voces, el significativo vídeo de Sergio Matelli y la excelente labor de Andrés Máspero con el Coro, muy bien acompañados todos por la precisión de la orquesta titular del teatro dirigida por Nicola Luisotti como principal director musical invitado.