Luis de Haro. Director general de iSanidad
Está claro que falta poco, en dos meses, para unas elecciones importantes en España. Se van destapando corrupciones, problemas e insultos como ayuda para “afianzar” votantes. El conjunto de los partidos están sacando su artillería de ataque para estar bien situados ante el próximo tablero político. Unos quieren ganar porcentaje de votos y otros tienen miedo de perderlo. El caso es que las discrepancias se hacen públicas para mostrar ante el público su propia personalidad.
Falta poco para las elecciones y por eso se van destapando corrupciones, problemas e insultos como ayuda para “afianzanzar” votantes
Según ha adelantado ElDiario.es, Ramón Tamames va a pasar en su discurso de puntillas en la moción de censura por los problemas de la sanidad. En realidad, porque a nadie le importa. Las huelgas y manifestaciones de atención primaria no afecta mucho al voto. Los problemas de falta de acceso a los medicamentos innovadores, la carrera profesional o la falta de relevo generacional no se van a discutir en esta campaña. Tamames simplemente va a incluir en su discurso una defensa del Sistema Nacional de Salud mixto basado en la “cooperación público-privada”. Va a volver a defender que teníamos una sanidad de Champions League. Su funcionamiento era tan bueno, va a decir, “que incluso generó un amplio turismo sanitario de ciudadanos extranjeros que se instalaban definitivamente en España”. Para él la recesión de 2008 provocó unos recortes de los que “la Sanidad salió mal parada”. Terminará subrayando que la pandemia “puso a dura prueba todo el sistema en amenazó con colapsar determinadas áreas”. No se tratará, por tanto, de aportar soluciones porque la sanidad no da votos.
El caso Ferrovial, Barçagate o “Tito Berni” salen a la luz como herramientas para desgastar al partido oponente. PSOE y Unidas Podemos muestran sus diferencias en público. VOX y PP no quieren verse juntos en las fotos. El pánico a que se vea un partido dialogante es absoluto. Tampoco se esperan alegrías en la relación entre el PP y PSOE en el entorno sanitario.
La cartera ministerial de Sanidad apunta a un cargo político porque el Gobierno no quiere nuevas aportaciones al sistema, quiere utilizarlo para su beneficio político
Los políticos de hoy nos han llevado a una política de enfrentamientos, sin diálogo y sin acuerdos. Ahora, cuando falta poco para la elecciones, la situación se tensa más. No hay que engañarse, no se aporta ninguna solución a los problemas del sistema sanitario. Y tanto es así que la cartera ministerial no está prevista para un médico, una enfermera o un farmacéutico. Todo apunta a un cargo político porque el Gobierno no quiere nuevas aportaciones al sistema, quiere utilizarlo para su beneficio político.
