Redacción
Después de la jubilación el médico experimenta una pérdida retributiva que oscila entre el 35% y el 50% si hace guardias. Así lo pone de manifiesto un estudio del Sindicato Médico de Granada, elaborado por el Dr. Vicente Matas. El informe muestra que cada vez resulta más complicado para el médico alcanzar el 100% de la base reguladora. Si finalmente lo consigue le correspondería una pensión de jubilación inicial de unos 3.300 euros brutos al mes, en 14 pagas. Esta cantidad supone 46.200 euros brutos al año. “Por desgracia le afecta el tope máximo y la pensión que percibirá será de 3.058,81 euros brutos mensuales en 14 pagas”. En total supone 42.823,34 euros brutos anuales. Pueden existir pequeñas diferencias según el mes en el que se produce la jubilación, según se advierte en el documento.
A esta cantidad, se le aplica una retención aproximada del 22,25%. El importe neto se queda en 2.378 euros al mes aproximadamente. La subida este año del 8,5% de las pensiones no ha beneficiado al médico. Al contrario. “Como no han deflactado el IRPF, le han incrementado la retención en más de un 1%, pasando de un 21,23% al 22,25%, para un jubilado sin cargas familiares. De esta forma el 34% de la subida de la pensión ha ido directamente a hacienda. En caso de incapacidad superior o igual al 33% e inferior al 65% disminuye la retención en casi en 1,5 puntos y si es superior al 65% la disminución de la retención es de casi 6,5 puntos”, añade el documento.
La pérdida retributiva afecta más al médico que realiza guardias durante su carrera profesional
En el informe se admite que para evitar esta pérdida retributiva existen pocas posibilidades para el médico. La más sencilla pasaría por que el facultativo se haga uno o varios planes de pensiones, que tienen un buen tratamiento fiscal. Otra opción sería retrasar la edad de jubilación. “Por cada año completo de atraso de la jubilación después de la edad legal, la pensión se incrementa en un 4%, importe que puede superar la pensión máxima, pero no la base reguladora, se revaloriza y se abona en 14 pagas”, según el documento.
El informe pone de manifiesto otro problema que considera que las administraciones deberían tener en cuenta. La mayoría de los médicos, con las guardias, trabajan en 30 años el equivalente a 40 años o más de jornada ordinaria de otras categorías o de los médicos que no hacen guardias. “Ya es hora de que esto se tenga en cuenta a la hora de la jubilación. La profesión médica merece un tratamiento especial, aplicando un factor de corrección en los años cotizados, como en otras profesiones con penosidad, peligrosidad, responsabilidad y exigencias menores o similares”, se insiste.
En concreto, considera que los médicos que hacen guardias merecen otro reconocimiento. “Al tener muchas más horas adicionales trabajadas, que suponen un importante incremento en el porcentaje de IRPF de toda la nómina y que se traduce en que el 45% o más (depende de las CCAA) irá para hacienda con la declaración anual, sería justo un tratamiento fiscal especial, para las retribuciones de este esfuerzo extraordinario que, además es obligatorio y garantiza la atención continuada de los ciudadanos”.
Factor corrector
El Sindicato Médico de Granada aboga también por que se tenga en cuenta la formación del médico. Este periodo conlleva entre 11 y 12 años. Es decir, los seis años de carrera, la preparación del examen MIR y los cuatro o cinco años de residencia para obtener la especialidad. Una vez que finaliza este periodo, el médico comienza a prepara una oposición para obtener una plaza fija. Mientras encadena contratos temporales. “En España ser médico especialista supone una larga carrera que, como mínimo son 11 o
12 años después del bachillerato, los compañeros de bachiller que no hicieron estudios universitarios, con suerte pueden llevar ya 11 o 12 años trabajando y cotizado y los que hicieron un grado igualmente si han tenido suerte pueden llevar trabajando y cotizando siete y ocho años”.
En este contexto, la organización sindical propone la aplicación de un factor corrector al igual que otras profesiones como mineros, bomberos o policías. En estos casos se tiene en cuenta su complejidad, dedicación, responsabilidad, estrés, exigencias, penosidad, peligrosidad y horas adicionales a la jornada con las guardias. Propone además “la posibilidad de una jubilación voluntaria entre los 60 y 70 años al igual que los funcionarios y sin tanto recorte”.