Redacción
La carga económica que genera la demencia es muy alta, sobre todo para el paciente y su entorno. En concreto, más del 80% del gasto total derivado de la dependencia recae sobre la propia familia. El primer análisis del impacto presupuestario del uso de Souvenaid en pacientes con deterioro cognitivo leve en España, presentado por Nutricia, revela que retrasar el avance del deterioro cognitivo leve (DCL) mediante el uso de un suplemento nutricional podría suponer un ahorro de 40 millones de euros al año.
Este estudio de impacto económico ha sido liderado por el Dr. Javier Mar, jefe de la Unidad de Gestión Sanitaria en Hospital Alto Deba (Guipúzcoa) y responsable del Grupo de Investigación Servicios de Salud en Envejecimiento y Cronicidad del IIS. La reducción del coste para el sistema y las familias solo puede conseguirse mediante la reducción de la prevalencia de la demencia. “Una intervención temprana en las fases iniciales (DCL) de esta enfermedad con un AUME (Alimento para Uso Médico Especial) como Souvenaid, que retrase la fase de demencia, supone que se reduzca el periodo de mayor carga para las familias”, destaca el Dr. Javier Mar.
La prevalencia de la enfermedad de Alzheimer, el tipo más común de demencia, supone el 50-75% de todos los casos de demencia. La demencia tiene un profundo impacto negativo tanto en las familias como en los sistemas nacionales de salud. Derivados tanto de los costes directos de atención médica y social como del coste de la atención informal, el coste que conlleva esta patología equivale al 1,1% del PIB global.
La demencia tiene un profundo impacto económico negativo, fundamentalmente derivado de la dependencia
Según el Plan Integral de Alzheimer y otras Demencias del Ministerio de Sanidad, el 30% de los cuidadores se ha visto obligado a hacer cambios en su vida para poder combinar la actividad laboral y el cuidado del familiar. En la mayoría de los casos, los ajustes se han dado con una reducción del tiempo de trabajo, y el 12% ha dejado de trabajar. Esto tiene tiene dos importantes consecuencias: la reducción de la capacidad económica de la familia y la dificultad de la reincorporación en el mercado laboral cuando el cuidado ya no es necesario.
A este empobrecimiento de la familia hay que sumarle el coste de la atención social y sanitaria, con un alto impacto económico en las personas afectadas por la enfermedad y sus familiares. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los costes relacionados con el alzhéimer se dividen entre la atención provista por la familia (85%) y la atención cubierta por los sistemas sociales y sanitarios (15%). Además, la OMS alerta de que su incremento desmesurado contribuirá a que crezcan las desigualdades.
La reducción del coste para el sistema y las familias solo puede conseguirse mediante la reducción de la prevalencia de la demencia
Los datos de la Confederación Española de Alzheimer (Ceafa) apuntan a que el coste medio anual del cuidado de una persona con alzhéimer es de 31.890 euros. En concreto, los costes directos de la enfermedad suponen casi una cuarta parte de los mismos, entre pruebas diagnósticas, visitas médicas, hospitalizaciones, medicamentos y cuidados a largo plazo en el domicilio o en una residencia. El resto de los costes son indirectos, que incluyen la formación de personal de apoyo para su capacitación en el cuidado de los pacientes, pero también los derivados de la pérdida de productividad, de tiempo, de oportunidades de empleo y de sueldo asociado a la atención que deben proporcionar los cuidadores.
“Desde Nutricia, donde llevamos más de 125 años comprometidos con la investigación y con los pacientes, queremos ayudar a la sostenibilidad del sistema de salud y paliar el impacto de esta enfermedad en las familias. En este caso, la posibilidad de contribuir a través de un suplemento nutricional como Souvenaid indicado para la fase de deterioro cognitivo leve o fases iniciales del alzhéimer en un escenario tan complejo como el que presenta esta patología, da sentido a nuestro trabajo y a nuestro compromiso con los pacientes de esta enfermedad y con quienes les cuidan”, indica Gonzalo Zárate, director médico de Nutricia.
Retrasar la demencia para reducir el impacto económico en las familias
Es importante ganarle tiempo al avance del deterioro cognitivo leve para lograr mantener la calidad de vida del paciente durante el mayor tiempo posible. Por lo tanto, es fundamental adoptar una perspectiva a largo plazo al evaluar las intervenciones dirigidas al DCL. Los especialistas apuntan que retrasar la demencia significa ahorrar en los servicios sociales, así como en los costes informales que soportan las familias. Además, el hecho de un diagnóstico temprano de DCL busca facilitar a los pacientes la organización de su futuro personal y posibilitar el uso de intervenciones que retrasen su progresión.
“La reducción del coste para el sistema y las familias solo puede conseguirse mediante la reducción de la prevalencia de la demencia. Eso se conseguirá retrasando el comienzo de la demencia mediante tratamientos que enlentezcan la progresión de la enfermedad. En esta línea, el tratamiento de suplementos dietéticos podría combinarse con intervenciones basadas en el estilo de vida para reducir el riesgo y retrasar la aparición de dependencia y demencia a partir de la condición de DCL como punto de partida”, explica el Dr. Javier Mar.
La reducción del coste para el sistema y las familias solo puede conseguirse mediante la reducción de la prevalencia de la demencia
Souvenaid ralentiza el avance de la demencia relacionada con el alzhéimer
Existen una serie de intervenciones no farmacológicas que han demostrado beneficios estadística y clínicamente significativos para las personas que viven con demencia y sus cuidadores, incluida la mejora de la calidad de vida. Souvenaid es un alimento de uso médico que se enfoca en los síntomas tempranos, como la pérdida de la memoria episódica durante la etapa de DCL, que se asocia con anomalías sinápticas. Contiene una combinación de nutrientes llamada Fortasyn Connect, una combinación de fosfolípidos, colina, uridina y ácidos grasos poliinsaturados omega 3, diseñado para satisfacer las necesidades nutricionales específicas de las personas en las primeras etapas de la enfermedad.
A nivel nutricional, Souvenaid ayuda a las personas con DCL a mejorar la conexión sináptica ya que muestran niveles más bajos de estos nutrientes clave necesarios para la formación de nuevas conexiones cerebrales. Así, cuenta con importantes beneficios como son: la capacidad de preservar la memoria por más tiempo, mantener la capacidad de realizar tareas de la vida diaria o preservar la capacidad cognitiva, estas últimas también por más tiempo.
Existen una serie de intervenciones no farmacológicas, como el uso de AUMEs como Souvenaid, que han demostrado beneficios estadística y clínicamente significativos para las personas que viven con demencia y sus cuidadores, incluida la mejora de la calidad de vida
Se trata de un AUME que ayuda a ralentizar el avance o la evolución del deterioro cognitivo leve. El ensayo clínico LipiDiDiet demostró mejores resultados en las pruebas neuropsicológicas en pacientes que recibieron Souvenaid con un seguimiento a tres años. Estos datos son alentadores ya que retrasar la demencia podría reducir significativamente la carga poblacional. El análisis socioeconómico previamente citado ha demostrado que el uso de un suplemento nutricional como Souvenaid podría lograr hasta 40 millones de euros de ahorro anual en la población española si la intervención estuviera implantada para el 7,5% de la población con DCL. Extrapolado al 100% de los pacientes incidentes, supondría un ahorro de 533 millones de euros.
Adicionalmente, el estudio refleja que los costes derivados de la dependencia superan los 500 millones de euros anuales. Sin embargo, los costes de la intervención, incluyendo diagnóstico y tratamiento, representan menos del 10% de los costes totales. El coste relativamente bajo del tratamiento y los altos costes sociales y familiares de la dependencia hacen que este tratamiento pueda tener un gran impacto económico. “Cualquier intervención que retrase la fase de demencia está al mismo tiempo reduciendo su duración y, por tanto, evitando costes y sufrimiento a las familias”, indica el experto.
Los costes derivados de la dependencia superan los 500 millones de euros anuales
El reto futuro: abordar el DCL como un problema de salud pública
El abordaje de las demencias es una prioridad de salud pública y un problema social y sanitario de primer orden. Para los expertos se ha convertido en la gran epidemia silenciosa del siglo XXI y en el gran reto para la sostenibilidad de cualquier sistema social y sanitario. Ante esta realidad, el Plan de acción mundial sobre la respuesta de salud pública a la demencia de la OMS insta a los estados a disponer de políticas, estrategias, planes o marcos nacionales para abordar esta prioridad de salud pública debido a la complejidad de esta enfermedad y a los diversos sectores de la población que se ven afectados directa o indirectamente por la misma.
“En general, estamos viviendo un proceso de anticipación de la población diana de los tratamientos preventivos del DCL, ya que en etapas avanzadas, cuando evoluciona a demencia, el daño neuronal hace que los tratamientos no sean efectivos. Sin embargo, definir las poblaciones diana en etapas tempranas supone retos como el uso de biomarcadores para el diagnóstico de la demencia y su uso en programas preventivos poblacionales”, señala el especialista en gestión sanitaria.
“Abordar el DCL como un problema de salud pública es en estos momentos un reto no resuelto. Por otro lado, resulta claro que el análisis económico de los tratamientos del alzhéimer tiene que abordarse desde la perspectiva de la sociedad en su conjunto, lo que implica tener en cuenta los costes sociales y los costes informales asociados a los cuidados de las familias”, concluye.