Redacción
Una clase de fármacos contra el alzheimer, entre ellos el prometedor lecanemab, puede provocar un encogimiento del cerebro, según un estudio realizado por investigadores del Instituto Florey de Neurociencia y Salud Mental de Melbourne (Australia) que recoge Europa Press. Lecanemab es el tratamiento de Eisai y Biogen, que está en fase de investigación, considerado como uno de los más esperanzadores contra el deterioro cognitivio leve (DCL) en las primeras etapas del alzheimer.
Un estudio publicado en Neurology ha analizado 31 ensayos clínicos que han demostrado cambios en el volumen cerebral con distintos fármacos antiamiloides
La revista científica Neurology, ha analizado 31 ensayos clínicos que han demostrado cambios en el volumen cerebral con distintos tipos de fármacos antiamiloides contra el alzheimer. También relaciona el encogimiento cerebral con un efecto secundario más conocido de los fármacos, el edema cerebral, que no suele tener síntomas.
En concreto, el estudio señala a los inhibidores de la secretasa, que han fracasado en ensayos clínicos y empeorado la cognición, y los anticuerpos monoclonales, incluidos algunos de los últimos fármacos más conocidos contra la enfermedad: aducanumab, lecanemab y donanemab (rechazado en EE.UU. en enero).
También relaciona el encogimiento cerebral con un efecto secundario más conocido de los fármacos
Según esta nueva revisión de estudios, los participantes en dos grandes ensayos de lecanemab con la dosis más alta del fármaco, que es la aprobada en Estados Unidos, registraron de media una pérdida de volumen cerebral un 28% mayor en relación con el placebo al cabo de 18 meses.
Los autores también han comprobado que los anticuerpos como lecanemab provocaban un aumento del tamaño de los ventrículos cerebrales, lo que indicaba que se estaban llenando de líquido. En concreto, en las personas que recibieron la dosis de lecanemab aprobada, su tamaño aumentó un 36% más que en las que tomaron placebo.
Los participantes en dos grandes ensayos de lecanemab registraron de media una pérdida de volumen en el cerebro un 28% mayor en relación con el placebo al cabo de 18 meses
“Los anticuerpos monoclonales causaron alrededor de un 40% de aceleración al agrandamiento del ventrículo lateral, que es un marcador clásico de la neurodegeneración. Esto sólo se observó en los fármacos que inducían anomalías de imagen relacionadas con el amiloide (ARIA), y hallamos una sorprendente correlación entre la frecuencia de ARIA y el grado de agrandamiento del volumen ventricular“, ha señalado el líder del estudio, Scott Ayton, en declaraciones a MedPage Today.
Cuando se publicaron los resultados del estudio de lecanemab en noviembre, Raquel Sánchez-Valle, jefa de Servicio de Neurología del Hospital Clínic de Barcelona, ya señaló que un 21,5% de los tratados con lecanemab presentaron alguna de las alteraciones en resonancia magnética que se han relacionado con ARIA, frente a un 9,5% en la rama placebo.
Los autores también comprobaron que los anticuerpos monoclonales como lecanemab provocaban un aumento del tamaño de los ventrículos del cerebro de hasta el 36%
Por su parte, Eisai, la compañía detrás del fármaco, ha comentado a Science que también existen teorías de que el encogimiento cerebral podría ser positivo. En concreto, ha defendido que, aunque los participantes en su ensayo pivotal experimentaron “una mayor pérdida de volumen cortical con lecanemab que con placebo”, esas reducciones pueden deberse a que el anticuerpo elimina la proteína amiloide del cerebro y reduce la inflamación.
Lecanemab cuenta desde el 6 de enero, con la aprobación acelerada en Estados Unidos, aunque deberá ser ratificada en julio, y también desde ese mes la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) está revisando su autorización. Los ensayos clínicos realizados hasta ahora han mostrado que el fármaco reduce un 27% el deterioro cognitivo leve en personas con alzheimer tras 18 meses de tratamiento. Además, también disminuyó los niveles de amiloide en el cerebro, una de las proteínas clave de la enfermedad.
La compañía Eisai, que desarrolla lecanemab, cree que la pérdida de volumen en el cerebro puede deberse a la eliminación de la proteína amiloide y la reducción de la inflamación del cerebro por el fármaco
Sin embargo, algunos expertos han mostrado algunas dudas sobre la seguridad del fármaco en determinados pacientes. En noviembre, la revista científica Science describió la muerte de una voluntaria del ensayo a causa de una hemorragia cerebral masiva, la segunda producida en el estudio con lecanemab.
La mujer sufrió un derrame cerebral y fue tratada con un anticoagulante, que provocó una hemorragia. También tenía angiopatía amiloide cerebral (AAC), una enfermedad en la que el músculo liso de las paredes de los vasos sanguíneos del cerebro se sustituye gradualmente por depósitos de amiloide.
El lecanemab se dirige al amiloide y, según los expertos en AAC, su uso probablemente debilitó los vasos sanguíneos de la mujer, desencadenando la hemorragia. Aunque puede ser difícil de diagnosticar antes de la muerte, incluso con escáneres cerebrales, la AAC se da en cerca de la mitad de los pacientes con alzheimer, por lo que “podría ser peligroso administrar el lecanemab sin advertencias firmes sobre su aparente interacción con los anticoagulantes“, según advirtió la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia.
Por su parte, aducanumab, comercializado como Aduhelm, fue aprobado en Estados Unidos en 2021 pese a las dudas sobre su efectividad y seguridad. La EMA rechazó su aprobación en Europa al considerar que “la evidencia científica no demuestra suficientemente que sea efectivo para el tratamiento en adultos en fases iniciales”. Tras estas decisiones y con las dudas crecientes sobre el fármaco, Biogen anunció en mayo de 2022 que abandonaba su comercialización.