Sanidad saca a consulta pública el decreto para fijar el empaquetado genérico del tabaco y regular el cigarrillo electrónico

La normativa también quiere prohibir algunos aditivos que "pueden resultar más llamativos para los consumidores"

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Redacción
En España, al igual que en otros países desarrollados, el tabaquismo se ha convertido en la primera causa aislada de mortalidad y morbilidad evitable. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el consumo de tabaco es responsable del 90% de la mortalidad por cáncer de pulmón, del 95% de las muertes por enfermedad pulmonar obstructiva crónica, del 50% de la mortalidad cardiovascular y del 30% de las muertes que se producen por cualquier tipo de cáncer.

Con el objetivo de ayudar a revertir esta situación, el Ministerio de Sanidad quiere modificar el Real Decreto 579/2017, de 9 de junio, por el que se regulan determinados aspectos relativos a la fabricación, presentación y comercialización de tabaco y también de los productos relacionados. En este sentido, ha sacado a consulta pública hasta el 24 de abril un proyecto de Real Decreto que pretende introducir un empaquetado genérico para las cajetillas y mejorar la regulación de productos relacionados, como los cigarrillos electrónicos.

La medida llega para “satisfacer” una demanda histórica de las sociedades científicas y organizaciones involucradas en la lucha contra el tabaco

Se trata de una medida que ya se ha implantado en diversos países y llega para “satisfacer” una demanda histórica de las sociedades científicas y entidades como el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT). De hecho, las organizaciones involucradas en la lucha contra el tabaco defienden que quitar los colores y mensajes de las cajetillas de tabaco podría hacerlas menos atractivas para los consumidores y ayudar a disminuir el consumo.

Las advertencias sanitarias pierden efectividad

La normativa impulsada por Sanidad se une a una “estabilización en la reducción del consumo de productos del tabaco y aumento en el de productos relacionados”, así como una “pérdida de la efectividad de las advertencias sanitarias combinadas y mantenimiento del atractivo del envasado de los productos del tabaco”.

Aunque la prevalencia de fumadores diarios ha continuado descendiendo desde 1993, en los últimos 10 años se ha ralentizado esta bajada. Los últimos datos publicados en la encuesta Edades relativos a 2022 indican que el 33,1% de la población entre 15 y 64 años manifiesta consumir tabaco de manera diaria, una cifra similar a la registrada durante los periodos posteriores a la aprobación de la Ley Antitabaco de 2005, que fue reformada en el año 2010 para introducir los espacios libres de humo prohibiendo fumar en centros de trabajo y locales de hostelería. Sin embargo, 13 años después de esta reforma, muchos colectivos piden que se sigan ampliando los lugares donde no se puede fumar y diseñar una regulación más estricta para el tabaco y todas sus formas.

En los últimos años se ha estabilizado la reducción del consumo y las advertencias sanitarias han perdido efectividad

Mientras tanto, Sanidad sigue sin avanzar en la aprobación del Plan Integral de Prevención del Tabaquismo, que está elaborado y consensuado con las sociedades científicas desde diciembre de 2021. Este documento es más ambicioso que la reforma sacada a consulta pública, ya que contempla ampliar las zonas sin humo a ámbitos privados como los vehículos particulares o subir el precio del tabaco.

Mayor exposición y nuevas formas de consumo

El Ministerio también quiere “reducir el riesgo de puerta de entrada en el consumo de nicotina que suponen los productos relacionados, especialmente para el sector de la población joven” y advierte de que hay mayor exposición de la población general, y “particularmente joven”, a “nuevas formas de consumo de nicotina”, como puede ser el cigarrillo electrónico.

Según la encuesta Edades 2022, el consumo de cigarrillos electrónicos se ha duplicado en España en apenas siete años, pasando del 6,8% de 2015 al 12,1% de 2022. En este sentido, Sanidad asegura que se necesita una “actualización urgente” de la normativa actual para abordar los problemas que se han producido desde 2017, entre ellos las “carencias en la regulación de los cigarrillos electrónicos sin nicotina y de los productos a base de hierbas para fumar” o la “falta de adecuación de la normativa actual a la mayor oferta de nuevos productos relacionados presentes en el mercado”.

Sanidad sigue sin avanzar en la aprobación del Plan Integral de Prevención del Tabaquismo, que está elaborado y consensuado desde diciembre de 2021

Para el Ministerio, todo este tipo de productos, con o sin tabaco, con o sin nicotina, con o sin componentes electrónicos, suponen “un desafío”. “Resulta necesario aportar la adecuada respuesta técnica en aras de garantizar la debida protección de las personas que consumen estos nuevos productos no convencionales”, afirma.

Así, la norma pretende ofrecer “mayor claridad, uniformidad y seguridad jurídica en el mercado de productos de tabaco y productos relacionados, teniendo en cuenta el desarrollo del mismo a nivel nacional y europeo”. En esta misma línea, también recoge la prohibición de determinados aditivos y componentes que “pueden resultar más llamativos para los consumidores“, particularmente los más jóvenes.

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