Dra. Ana Belén Bezares: “La vacuna del VPH ayuda a prevenir diferentes tipos de cáncer como el de cuello uterino”

Oncóloga radioterápica, coordinadora de GenesisCare en Campo de Gibraltar (Cádiz)

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Pablo Malo Segura
El cáncer de cuello uterino es el cuarto tipo de tumor maligno en la mujer después del de mama, pulmón y colorrectal. El factor de riesgo más importante del cáncer de cuello uterino es la infección por el virus del papiloma humano (VPH) y esta vacuna cobra un papel fundamental en su prevención. “No solo ayuda a prevenir el cáncer de cuello uterino, sino también otros tipos de cáncer como el de boca, garganta, pene o ano”, asegura la Dra. Ana Belén Bezares, oncóloga radioterápica, coordinadora de GenesisCare en Campo de Gibraltar (Cádiz), en una entrevista con iSanidad. Por ello, asegura que es muy importante la administración de la vacuna del VPH en niños y niñas de nueve a 12 años y adultos jóvenes hasta los 26 años. En cuanto al tratamiento, subraya que “la radioterapia es clave en el cáncer de cuello uterino para la curación de las mujeres”.

¿Cuál es la incidencia del cáncer de cuello uterino en España y los principales factores de riesgo?
A nivel mundial se diagnostican al año más de 600.000 casos. En España, la incidencia anual es de 2.300 casos nuevos, según el informe Las Cifras del Cáncer en España 2023, presentado por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) a finales de enero. El cáncer de cuello uterino es el cuarto tipo de tumor maligno en la mujer después del de mama, pulmón y colorrectal.

El factor de riesgo más importante de todos, y sobre el que se está poniendo el foco en cuanto a prevención, es la infección por el virus del papiloma humano (VPH). Luego hay que tener en cuenta otros factores de riesgo, como son otras infecciones de transmisión sexual, el tabaco, una vida sexual temprana, tener muchas parejas sexuales y un sistema inmunitario debilitado.

“En España, la incidencia anual del cáncer de cuello uterino es de 2.300 casos nuevos”

¿Qué acciones recomienda para la prevención del cáncer de cuello uterino?
Las acciones fundamentalmente van encaminadas a frenar la infección por el virus del papiloma humano. Tenemos la vacunación frente a este virus que se pone en marcha en niños y niñas entre los nueve y 12 años. Debe ser antes de la primera relación sexual, que cada vez es más temprana. Dentro del sistema andaluz de salud no están vacunando todavía a los niños. Los padres los pueden vacunar si quieren, pero tienen que pagar la vacuna.

La vacunación frente al VPH en niños y niñas entre nueve y 12 años antes de la primera relación sexual es muy importante, así como la vacunación (lo antes posible) en adolescentes y jóvenes hasta los 26 años. Como segunda acción, estaría el uso del preservativo que es fundamental para evitar el contagio, ya que es una enfermedad de transmisión sexual. Por último, es importante la revisión ginecológica en las mujeres con toma de citología.

“Es fundamental la administración de la vacuna del VPH en niños y niñas de nueve a 12 años y adultos jóvenes hasta los 26 años lo antes posible”

¿Qué importancia tiene la vacunación del VPH en este sentido?
La vacuna del virus del papiloma humano puede proteger el futuro de nuestros niños y niñas. No solo ayuda a prevenir el cáncer de cuello uterino, sino también otros tipos de cáncer como el de boca, garganta, pene o ano, fundamentalmente porque se transmite por vía sexual o por vía oral. El VPH puede causar seis tipos de cáncer y no tiene tratamiento, pero está la vacuna para prevenirlo.

Es fundamental la administración de la vacuna del VPH en niños y niñas de 9 a 12 años y los adultos jóvenes hasta los 26 años lo antes que puedan. Generalmente se aconsejan dos dosis de vacunas, pero en adolescentes casi siempre se ponen tres. Es muy importante recalcar que es una vacuna segura, eficaz y duradera porque hay mucha gente tiene miedo.

“El VPH puede causar seis tipos de cáncer y no tiene tratamiento, pero está la vacuna para prevenirlo. Es muy importante recalcar que la vacuna es segura, eficaz y duradera”

El cribado de cáncer de cuello uterino ha demostrado la obtención de una disminución de mortalidad en las mujeres. ¿A quién se dirige en España?
En 2019 se modificó el programa de cribado dentro del Sistema Nacional de Salud. Pasó a ser un programa de carácter poblacional y a incorporar la prueba de detección del virus del papiloma humano como prueba primaria de cribado en la población diana. En este nuevo programa, el cribado va dirigido a las mujeres entre los 25 y los 65 años.

Hay una serie de recomendaciones en cuanto a lo que te tienen que hacer y cada cuánto tiempo. Entre los 25 y 34 años se aconseja hacer una citología cada tres años. Además, entre los 35 y los 65, aparte de la citología, se recomienda determinar el virus del papiloma humano de alto riesgo. Si este virus es negativo, la prueba se repite a los cinco años, pero si este virus es positivo, hay que volver a repetir la citología al año para tener a la paciente más controlada.

“El cribado poblacional va dirigido a las mujeres entre los 25 y los 65 años. En mujeres de alto riesgo personal se realiza un seguimiento a través de protocolos específicos”

Este es el cribado poblacional general normal de mujeres. Como médico también hay mujeres que debes valorar si cumplen criterios de alto riesgo personal o riesgo de cáncer familiar o hereditario. En estas mujeres se realiza un seguimiento más a través de protocolos específicos, con más seguimiento y menos intervalos de tiempo.

¿Cuáles son los tratamientos más eficaces frente al cáncer de cuello uterino? ¿En qué casos se utiliza radioterapia?
En cuanto al tratamiento, fundamentalmente tenemos tres armas: la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia. Poco a poco se están introduciendo nuevas terapias dirigidas al tumor y la inmunoterapia también está ganando importancia, pero todavía no está establecida su indicación tan clara como los otros tres tratamientos.

En el cáncer de cuello uterino la radioterapia es clave para la curación de las mujeres. La radioterapia puede utilizarse en dos casos. Uno de ellos es en estadio precoces o iniciales, ya que cuando operan a la mujer muchas veces después necesita una radioterapia, en este caso complementaria, que va a ayudar a prevenir para que no vuelva a aparecer después de la operación. Esta es una radioterapia preventiva. También está la radioterapia en etapas más avanzadas en las que no es posible operar a las mujeres. Esto ocurre en muchas ocasiones y por ello la radioterapia tiene un papel fundamental, con intención curativa, y generalmente va asociada a quimioterapia.

“La radioterapia puede utilizarse en estadios precoces de forma preventiva o en etapas avanzadas cuando no es posible operar a las mujeres, con intención curativa, generalmente asociada a quimioterapia”

¿Vamos bien encaminados para cumplir el objetivo de la OMS de eliminar el cáncer de cuello uterino en 2030?
Vamos muy bien encaminados para lograr este objetivo, fundamentalmente porque se están llevando a cabo los cribados comentados anteriormente. En agosto del año 2020, la Asamblea Mundial de la Salud aprobó la estrategia para la eliminación del cáncer cervicouterino como problema de salud pública. La estrategia global describe que se habrá eliminado el cáncer de cuello uterino como problema de salud pública cuando todos los países alcancen una tasa de incidencia de menos de cuatro casos por 100.000 mujeres. Los pilares fundamentales de esta estrategia global mundial son prevenir (factores de riesgo), detectar (pruebas y cribados) y tratar.

“La estrategia global describe que se habrá eliminado el cáncer de cuello uterino como problema de salud pública cuando todos los países alcancen una tasa de incidencia de menos de cuatro casos por 100.000 mujeres”

En España hay una cobertura del 90% de la vacunación contra el VPH en niñas antes de los 15 años, es muy alta. Además, hay un 70% de cobertura de detección. Por tanto, el 70% de las mujeres se someten a pruebas de alto rendimiento entre los 35 y 45 años, esto hay que aumentarlo un poco. Por último, está el 90% de tratamientos de lesiones precancerosas. El cribado, la prevención y la detección precoz permiten tratar a mujeres que no han llegado a tener el cáncer propiamente dicho, sino lesiones precancerosas, lo que es fundamental. En España se están haciendo las cosas muy bien en este sentido.

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