Los avances en gastroenterología y hepatología requieren un cambio en el programa formativo de la especialidad de aparato digestivo

Dr. Agustín Albillos, presidente de la Sociedad Española de Patología Digestiva, Dr.  José Luis Calleja, presidente de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH) y Dr. Javier Crespo, presidente de la Comisión Nacional de la Especialidad de Aparato Digestivo

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Anuario iSanidad 2022
Dr. Agustín Albillos, presidente de la Sociedad Española de Patología Digestiva, Dr.  José Luis Calleja, presidente de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH) y Dr. Javier Crespo, presidente de la Comisión Nacional de la Especialidad de Aparato Digestivo
Los especialistas en aparato digestivo, también denominados gastroenterólogos, somos aquellos médicos con experiencia en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades que afectan al aparato digestivo, lo que incluye el tubo digestivo, así como el páncreas, el hígado y la vesícula y la vía biliar. En sus orígenes, nuestra especialidad nació de forma similar a otras, como una rama de la medicina interna con dedicación más específica a las enfermedades digestivas y en la que las destrezas en el ámbito tecnológico eran limitadas.

Desde su nacimiento, y haciendo un salto temporal de varias décadas, la especialidad de aparato digestivo ha ampliado su cuerpo doctrinal, así como su eficiencia diagnóstica y terapéutica de forma paralela a la medicina molecular y de precisión, la inmunología y la tecnología, especialmente la relacionada con la endoscopia. Esto ha propiciado cambios notables en el tamaño y en las funciones de los servicios de aparato digestivo, así como la diversificación de la especialidad en diferentes subespecialidades y unidades.

La gastroenterología se ha transformado prácticamente en todas sus áreas

La gastroenterología se ha transformado prácticamente en todas sus áreas. Sin pretender ser exhaustivos, entre otros, podemos destacar la enfermedad inflamatoria intestinal, que ha modificado su historia natural gracias a la terapia biológica y en la que las “omicas” nos acercarán a individualizar el tratamiento. Otro ejemplo son los trastornos funcionales, para los que disponemos de nuevas herramientas diagnósticas que permiten su mejor caracterización y las enfermedades del páncreas, cuyo diagnóstico más precoz es posible gracias al desarrollo de la imagen.

Muchos de los avances recientes se concentran en los ámbitos de la endoscopia y la hepatología. En la primera, el número y complejidad de los procedimientos ha crecido de forma exponencial y se han desarrollado modalidades de imagen avanzadas y sistemas de inteligencia artificial que perfeccionan el diagnóstico óptico. La ecoendoscopia se ha implantado como técnica diagnóstica de rutina y es una herramienta fundamental en la terapéutica. Además, el tratamiento mínimamente invasivo de los tumores gastrointestinales precoces, la miotomía per oral y las intervenciones para tratar la enfermedad biliar y pancreática son una realidad en implantación en la mayoría de las unidades de endoscopia.

La ecoendoscopia se ha implantado como técnica diagnóstica de rutina y es una herramienta fundamental en la terapéutica

En el ámbito de la hepatología, asistimos al aumento de la supervivencia del paciente con cirrosis avanzada, gracias a la estandarización del manejo de las complicaciones, la individualización de terapias como el TIPS y el desarrollo en paralelo de las unidades de trasplante. En el hepatocarcinoma, un tumor en expansión, hemos aprendido a seleccionar la estrategia idónea en cada estadio del tumor y la terapia sistémica dispone de fármacos frente a diferentes dianas, incluyendo la inmunoterapia, con un efecto neto en la supervivencia. Sin olvidar que, pese al cambio en el paradigma que ha supuesto la curación de la hepatitis C, la carga de enfermedad hepática está en aumento de la mano del ascenso de la obesidad y la diabetes.

El programa formativo de la especialidad debe modificarse para incorporar esta expansión del conocimiento en gastroenterología y hepatología. El programa se aprobó por primera vez en 1996 y se modificó en 2009, siempre con una duración de cuatro años. El primer programa dedicaba un 25% del tiempo a la formación tecnológica, incluyendo la endoscopia, la ecografía y las pruebas funcionales, y el tiempo restante estaba dedicado a la formación médica general y a la formación específica clínica en enfermedades digestivas (50%). La modificación ampliaba el número de técnicas endoscópicas en las que tener conocimiento, incluyendo la ecoendoscopia, e incorporaba la formación en el ámbito de las unidades de trasplante hepático, enfermedad inflamatoria intestinal y oncología digestiva.

El programa formativo de la especialidad debe modificarse para incorporar esta expansión del conocimiento en gastroenterología y hepatología

Paliar este déficit en la formación de nuestros especialistas de aparato digestivo puede acometerse de varias formas. La primera, y aparentemente la más obvia, es revisar y modificar el programa e itinerario formativo, ampliando su duración hasta los cinco años. En esta tarea trabajó la Comisión Nacional de Aparato Digestivo, que presentó una propuesta al Ministerio de Sanidad en 2018, con resultado negativo. El segundo modo, no opuesto al anterior, es desarrollando la subespecialización en ámbitos específicos, en concreto en hepatología y en endoscopia avanzada.

El RD 589/2022 de 19 de julio que regula, entre otros, la propuesta de nuevos títulos de especialistas, la revisión de los establecidos y el acceso y la formación de las áreas de capacitación específica ofrece una oportunidad para acometer la necesaria reforma de la formación especializada en aparato digestivo en nuestro país. Ello requerirá el trabajo de todas las sociedades científicas dedicadas a las enfermedades del aparato digestivo junto con la Comisión Nacional de la Especialidad.

 

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