Redacción
Cada vez son más los pacientes críticos que ingresan en los servicios de medicina intensiva por una neurocirugía en nuestro país. Son personas que requieren una alta especialización en las unidades de cuidados intensivos, de ahí que la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc) considere esencial la apuesta por una formación experta en este tipo de pacientes. Para ello, la Semicyuc acoge anualmente desde 2021 las Jornadas sobre Aspectos Clínicos de los Pacientes Neurocríticos, que este año se celebran por primera vez de forma presencial el 26 y 27 de abril en Madrid.
El Dr. Jon Pérez Bárcena, médico intensivista del Hospital Universitario Son Espases (Palma) es codirector de estas Jornadas, que cuentan con el aval científico de la Sociedad Española de Neurocirugía (Senec) y en las que se tratarán aspectos como el traumatismo craneal, la hemorragia subaracnoidea o la enfermedad cerebrovascular aguda (ECVA) hemorrágica.
“No hace tantos años los pacientes neurocríticos no ingresaban en las UCI porque apenas se les podían ofrecer tratamientos efectivos”
¿Por qué es importante que haya cada vez más intensivistas especializados en pacientes neurocríticos?
Los pacientes neurocríticos son un grupo de pacientes con una relevancia cada vez mayor en las UCI debido a los avances que se han producido en su diagnóstico, monitorización y tratamiento. Todos estos avances han hecho que los intensivistas tengamos que adaptarnos a estos cambios, ya que no hace tantos años este tipo de pacientes no ingresaban en las UCI porque apenas se les podían ofrecer tratamientos efectivos. Hoy en día, por ejemplo, los pacientes neurocríticos son el segundo grupo de pacientes que más ingresan en nuestra UCI, tras los operados de cirugía cardiaca.
¿Cuál es el principal reto que se le presenta a un neurointensivista?
Es estimar adecuadamente el pronóstico vital y funcional del paciente. Nuestro principal trabajo es, en primer lugar, salvar la vida del paciente; pero también es necesario que hagamos todo lo posible para preservar su calidad de vida, y esta es una de las primeras preguntas que nos hacen las familias: “¿Cómo quedará mi familiar?”. Responder a esta pregunta requiere paciencia y obtener toda la información posible para hacer un pronóstico lo más exacto y así poder hacer recomendaciones a pacientes y familias. Además, la experiencia te enseña que no hay que ser derrotista con este tipo de pacientes porque en muchos casos te llevas sorpresas agradables.
“El principal reto es estimar adecuadamente el pronóstico vital y funcional de los pacientes críticos. El papel del intensivista es calve por la visión global que tenemos del paciente”
La atención del paciente neurocrítico tiene un carácter multidisciplinar, ¿por qué es importante que sea el intensivista quien lidere estos equipos especializados?
El principal trabajo de un médico que trabaje en una Neuro-UCI es optimizar el aporte de oxígeno y nutrientes al cerebro para facilitar su recuperación y evitar la aparición de nuevas lesiones secundarias que complican no solo la supervivencia, sino también su pronóstico final. Para que esto suceda, es necesario un buen manejo global del paciente. Esto incluye que el paciente tenga una correcta tensión arterial, que esté bien oxigenado, que esté bien nutrido y que tratemos correctamente todas las complicaciones que presentan. Es por esto por lo que el papel del intensivista es clave: por la visión global que tenemos del paciente.
Las Jornadas intentan ofrecer aspectos clínicos que aborden por completo las complejidades en la asistencia de estos pacientes, con un perfil de muy alto riesgo tanto por sus características como por los procedimientos, ¿cuáles destacaría?
Quizás el cambio más relevante en los últimos años, y que ha provocado un aumento en la complejidad de los pacientes neurocríticos, es el envejecimiento de la población. Cada vez tenemos pacientes más mayores en la Neuro-UCI con traumatismo craneal y hemorragias cerebrales. Y este tipo de pacientes suelen tener enfermedades de base que requieren tratamientos con antiagregantes y anticoagulantes, que complican enormemente el manejo los problemas cerebrales.