Entrar en pérdida de la sustentación

Dr. Fernando Mugarza, director de desarrollo corporativo y comunicación de la Fundación IDIS

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Dr. Fernando Mugarza, director de desarrollo corporativo y comunicación (Fundación IDIS)
Aquellos que me conocen saben de mi afición por la aeronáutica y de mi pasión por volar y pilotar un avión. De hecho, no hay semana que no lo haga desde el aeródromo en el que practico y doy mis clases.

Una de las situaciones que se pueden dar durante el vuelo es la denominada “situación de entrada en pérdida” que no es otra cosa que la disminución de la sustentación del aparato, lo cual genera una situación peligrosa que, si no se corrige debidamente y a tiempo, puede llegar a producir un accidente. Para evitarlo, es necesario seguir procedimientos específicos que recuperen el control del avión.

El impacto de la creciente demanda asistencial agravada por la situación del sistema público de salud y las consecuencias de la pandemia reciente, inducen a pensar, si haciendo un parangón, no estaremos asistiendo a una pérdida de su sustentación.

Analizando la actualidad se palpa una enorme incertidumbre a través de los datos que van apareciendo en los diferentes medios de comunicación relacionados con las insuficiencias financieras, de personal, estructural y de recursos de todo tipo, de gobernanza y eficiencia entre otros, transformados todos ellos en abultadas listas de espera e inequidades en una situación sociodemográfica que nos está llevando a un envejecimiento progresivo de la población y a un incremento de la cronicidad y la comorbilidad.

Es clave que dispongamos de un sistema público de salud robusto, bien gestionado, eficiente, con los suficientes recursos y estructuras y un sistema sanitario de titularidad privada integrado y complementario

Siempre, pero especialmente en un contexto de incertidumbre como el actual, es clave que dispongamos de un sistema público de salud robusto, bien gestionado, eficiente, con los suficientes recursos y estructuras y un sistema sanitario de titularidad privada integrado y complementario, de tal forma que la suma de ambos en el abordaje estratégico de los problemas, retos, oportunidades, debilidades y amenazas den respuesta a las expectativas y necesidades que plantea nuestra sociedad en términos sanitarios y de salud.

Hace ya cerca de tres años y como consecuencia de la pandemia producida por el virus SARS-CoV-2 (Covid-19) asistimos al debate y establecimiento de un plan de reconstrucción para reactivar la sanidad con una serie de medidas cuyo objetivo podríamos resumirlo en disponer de un modelo sanitario más robusto, flexible y resiliente, un plan que bien podría asimilarse a lo que desde tantos ángulos se viene planteando desde hace tiempo, a un pacto de estado por la sanidad. En estos años la pregunta es ¿qué se ha hecho al respecto desde entonces? Y ¿en qué situación se encuentra el modelo y el sistema hoy? Un modelo sustentado en la Ley General de Sanidad del año 1986 cuyo articulado, en buena parte, no se encuentra alineado con la realidad actual y con las necesidades de la población.

Prevenir significa escuchar y atender lo que dicen buena parte de los expertos desde los diferentes ámbitos sanitarios que, en buena medida, coinciden en una situación de complejidad y dificultad grave, que puede empeorar si no se toman las medidas adecuadas a tiempo

Como en el mundo de la aviación, prevenir una situación de entrada en pérdida de la sustentación es lo más importante y, si esta se produce, es imprescindible poner en marcha de forma urgente los procedimientos para recuperarla y levantar el vuelo. En términos de sanidad, prevenir significa escuchar y atender lo que dicen buena parte de los expertos desde los diferentes ámbitos sanitarios que, en buena medida, coinciden en una situación de complejidad y dificultad grave, situación que puede empeorar si no se toman las medidas adecuadas a tiempo.

Corregir y remontar significa desde mi punto de vista utilizar de forma coordinada, estratégica y sinérgica todos los recursos disponibles para atajar las insuficiencias del sistema y atender de una forma pronta y eficaz las carencias que padece nuestro sistema público de salud. Para ello, nada mejor que fijarse en el aludido plan de reconstrucción y/o en los análisis de expertos planteados desde diferentes organizaciones y entidades reputadas y dignas de todo crédito; todas ellas coinciden en el abordaje prioritario y urgente de la financiación, de la eficiencia y desburocratización, de la gobernanza, del impulso decidido a la cooperación privada-pública, de la apuesta ágil por la innovación y la digitalización, de la sostenibilidad, de la calidad y la seguridad, ágil y equitativa; y, lo más importante, del cuidado a nuestros profesionales y la atención más exquisita a los pacientes, tomando como referente los mejores resultados sanitarios y de salud posibles dentro de la nueva medicina personalizada, preventiva, predictiva, participativa, poblacional y precisa a la que estamos ya asistiendo.

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