La Inteligencia Artificial y el sector sanitario

La AI es una combinación de algoritmos de aprendizaje automático y procesamiento de datos masivos para aproximarse a la cognición humana

Sanidad futuro

Ángel Puente. Presidente del Círculo de la Sanidad
Las llamativas funcionalidades de ChatGPT, la aplicación de inteligencia artificial —IA—, capaz de crear textos y responder a preguntas con la misma corrección con la que puede hacerlo una persona, ha puesto de moda esta tecnología y ha suscitado animados debates sobre sus futuras aplicaciones.

​¿Pero qué es la AI? Conviene precisarlo, para no encontrarnos hablando sobre algo que nadie sabe exactamente qué es, pero no se atreve a preguntarlo, como he visto que ha ocurrido tantas veces hablando de la web 2.0 o de la industria 4.0. La IA, o AI, en su acrónimo inglés e internacional, no es un software al uso, ni una herramienta informática de automatización. La AI es una combinación de algoritmos de aprendizaje automático y procesamiento de datos masivos para aproximarse a la cognición humana. Tiene la capacidad de detectar patrones de comportamiento y de precisar un diagnóstico con la máxima precisión. Y es un sistema vivo, en el sentido de que aprende y mejora constantemente, de manera que se convierte en una herramienta excepcional en el campo de la salud.

Es un sistema vivo que aprende y mejora constantemente, de manera que se convierte en una herramienta excepcional en el campo de la salud

​Ya en junio de 2021, la OMS publicó un informe titulado “Ética y gobernanza en el campo de la salud”, resultado de dos años de consultadas organizadas por un grupo internacional de expertos. Según este informe, “la inteligencia artificial puede utilizarse para mejorar la velocidad, la precisión del diagnóstico y la detección de enfermedades (….).” No puedo estar más de acuerdo. De hecho, la IA se convertirá corto plazo, y en combinación con las ya existentes y muy potentes herramientas de telemedicina, en una ayuda fundamental para la automatización de tareas y para la planificación el diagnóstico y el pronóstico de pacientes. En definitiva, en un instrumento para gestionar los diagnósticos más sencillos y reducir la presión asistencial, que se centrará en los casos más complejos y necesitados de una atención más personalizada.

​Puede que esto parezca el principio de cierta deshumanización de la atención médica, pero no lo veo así en absoluto. No se trata de que te atienda una máquina, ni de que la IA sustituya a tu médico de cabecera. Se trata de retirar del gran magma de la presión asistencial, que continúa creciendo en una población cada vez más envejecida, las capas de pacientes y de dolencias no graves que, con ayuda de la IA, sabremos con total seguridad qué diagnóstico tendrán. Se trata de utilizar con inteligencia automatizada el enorme arsenal de datos del que disponemos para evitar que un paciente con una dolencia leve acabe acudiendo a un centro de salud o a las urgencias de un hospital.

​No es ciencia ficción. Múltiples herramientas basadas en IA están poniéndose en marcha en distintas comunidades autónomas –en el cribado de pacientes con riesgo de padecer distintos tipos de cáncer, por ejemplo—, y es además un ejemplo de la colaboración público-privada que defendemos y que promovemos desde el Círculo de la Sanidad, pues empresas con un alto grado de especialización en este campo están trabajando codo a codo con las administraciones para avanzar en estas soluciones que, sin ninguna duda, acabarán impactando a corto plazo de manera determinante y positiva en el sector sanitario de España.

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