Redacción
Una investigación internacional publicada en la revista Nature Genetics ha identificado 16 nuevos genes que están asociados con un mayor riesgo de un tipo de infarto que afecta principalmente a mujeres jóvenes y de mediana edad. La disección espontánea de la arteria coronaria (DEAC) se produce cuando se produce un hematoma o hemorragia en la pared de una arteria coronaria, cortando el paso de la sangre a una parte del corazón. Esto provoca un infarto de miocardio.
A diferencia de otros tipos de infarto, la DEAC es más frecuente en mujeres menores de 60 años y es una de las principales causas de infarto en la época del embarazo. Además, las personas que han sufrido una DEAC suelen estar generalmente sanas y, en ocasiones, puede producirse más de una vez. Hasta la fecha, se sabe poco sobre sus causas, que suelen aparecer de repente, por lo que actualmente es imposible prevenirlas.
Los investigadores, dirigidos por el Centro de Investigación Biomédica de Leicester (BRC) del Instituto Nacional de Investigación Sanitaria y Asistencial (NIHR) y la Universidad Paris Cite (Francia), y apoyada por socios de todo el mundo en Canadá, Estados Unidos y Australia, han presentado un metaanálisis de asociación del genoma completo en el que participaron un total de 1.917 casos de DEAC y 9.292 controles de ascendencia europea.
La investigación confirma que existen múltiples genes implicados en la determinación del riesgo de que una persona sufra una DEAC
Los autores encontraron 16 genes que aumentaban el riesgo de padecer una DEAC. Los genes identificados intervienen en procesos que determinan cómo se mantienen unidas las células y el tejido conjuntivo, y también cómo se coagula la sangre cuando se producen hemorragias en los tejidos.
Además, descubrieron que, aunque muchos de los genes vinculados a un mayor riesgo de DEAC son compartidos con los genes de riesgo de la enfermedad coronaria convencional (ECC), tienen un efecto opuesto. Esto significa que los pacientes con DEAC tienen cierta protección genética frente al riesgo de ECC y es una prueba más de que estas enfermedades son muy diferentes. El único factor de riesgo compartido parecía ser la presión arterial elevada genéticamente.
La DEAC es más frecuente en mujeres menores de 60 años y es una de las principales causas de infarto en la época del embarazo
“Esta investigación confirma que hay múltiples genes implicados en la determinación del riesgo de que una persona sufra una DEAC. Estos genes nos dan la primera idea clave de las causas subyacentes de esta enfermedad y proporcionan nuevas líneas de investigación, que esperamos sirvan de guía para futuros nuevos enfoques terapéuticos”, apunta el Dr. David Adlam, catedrático asociado de Cardiología Aguda e Intervencionista de la Universidad de Leicester (Reino Unido) y autor principal del estudio.
“Estamos muy agradecidos a Beat SCAD, al NIHR y a la Fundación Británica del Corazón por financiar nuestro trabajo, a nuestros socios internacionales por su colaboración y a todos los pacientes con DEAC y voluntarios sanos que dieron su tiempo para avanzar en esta investigación”, concluye.