Redacción
El gasto que suponen los analgésicos -fármacos que se administran para tratar al paciente con dolor– representa entre un 1% y un 2% del PIB español, según datos del Sistema de Información Alumbra de la Consellería de Sanidad de Valencia.
Así lo ha asegurado el farmacéutico y jefe de sección de inspección de servicios sanitarios de la Comunidad Valenciana, Manuel Escolano Puig, durante el XIX Congreso de la Sociedad Española del Dolor (SED), celebrado en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, en el marco de la mesa redonda ¿Cuánto cuesta el dolor? centrada en abordar los costes farmacéuticos, intervencionistas y socioeconómicos del dolor crónico.
La mesa se ha dividido en dos bloques: los costes derivados exclusivamente del tratamiento y el coste social, y el deterioro que representa el dolor en la persona que lo padece.
El gasto que suponen los analgésicos representa entre un 1% y un 2% del PIB español
Por ejemplo, la Dra. Elena Català Puigbò jefa de unidad de la Clínica del Dolor del hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, ha explicado la necesidad de que cada profesional sepa el gasto que conllevan sus procedimientos y tratamientos para, de esta forma, poder evaluar su coste/beneficio.
Renata Villoro, coordinadora de estudios de vida real en Iqvia, ha presentado los hallazgos más importantes sobre este tema plasmados en el Libro Blanco del Dolor Crónico en España, publicado en 2022 por la Fundación Weber, en colaboración con el laboratorio farmacéutico Ferrer.
A lo largo de su presentación, Villoro ha identificado los costes derivados de las consecuencias que tiene el dolor crónico sobre la sociedad y los costes según los recursos utilizados para paliar la dolencia (fármacos, visitas a profesionales sanitarios, hospitalizaciones, etc.).
La ponente ha enfatizado que la carga económica del dolor no se puede limitar a los costes asumidos por el Sistema Nacional de Salud (SNS), ya que “para comprender la verdadera magnitud económica de lo que cuesta que las personas padezcan dolor crónico es necesario tomar en cuenta todos los costes asumidos por la sociedad en su conjunto, incluyendo los cuidados proporcionados por los familiares, las pérdidas de productividad laboral de los pacientes y la carga que representa el dolor para ellos“.
Por otro lado, ha señalado que la evidencia publicada en los últimos 15 años muestra que, en efecto, el dolor crónico tiene un impacto social que va mucho más allá de los costes directos sanitarios, tanto en España, como en otros países.
El dolor crónico tiene un impacto social que va mucho más allá de los costes directos sanitarios
“Aunque los costes directos sanitarios (que incluyen hospitalizaciones, consultas, pruebas, tratamientos, etc.) son muy significativos en todos los estudios consultados, los hallazgos demuestran que las pérdidas de productividad asociadas al dolor crónico pueden, en muchas ocasiones, superar los costes directos sanitarios“, ha puntualizado.
La experta ha señalado que los estudios que han intentado aproximar la carga del dolor crónico per se en España “son escasos y datan de hace más de 10 años“. Uno de ellos concluyó que el coste anual del dolor crónico sólo para el SNS superaba los 3000 millones de euros de 2009 (equivalentes a 3888 millones de euros de 2023) en población adulta.
La mitad de estos costes correspondían al diagnóstico y al seguimiento en consultas médicas de atención primaria y especializada. Por su parte, el coste de las hospitalizaciones oscilaba entre 700 y 1200 millones de euros anuales (entre 907 y 1555 euros de 2023), mientras que el coste farmacológico anual alcanzaba los 550 millones de euros (712 millones de euros de 2023).
Los estudios que han intentado aproximar la carga del dolor crónico per se en España señalan que el coste anual del dolor crónico sólo para el SNS equivale a 3888 millones de euros
Otro estudio encontró que las jornadas laborales perdidas en 2009 a consecuencia de incapacidades temporales por dolor ascendían a 1800 millones de euros anuales (2333 millones de euros de 2023).
En el caso de la carga atribuible a los cuidados informales, Villoro ha referenciado trabajos de otros países que demuestran que más de la mitad de los pacientes con artrosis, migrañas o fibromialgia reciben cuidados personales prestados por su familia y que este porcentaje puede alcanzar el 90% en el caso de los pacientes con dolor que reciben cuidados paliativos. La cuantía del impacto económico de estos cuidados puede suponer entre el 30 y el 75%del coste total de la enfermedad.
La experta también ha citado un estudio de 2010 que utilizó el valor de un año de vida ajustado por calidad (Avac) para calcular el valor monetario de la pérdida social generada por el empeoramiento de la calidad de vida producida por el dolor crónico de las enfermedades osteomusculares. Los resultados arrojaron costes intangibles asociados a estas enfermedades en España en una franja de entre 34000 y 51000 millones de euros de 2009 (de 44000 a 66000 millones de 2023).