Luis de Haro. Director general de iSanidad
La salud líquida es uno de esos términos, con cierto carácter snob, a los que deberíamos acostumbrarnos. Salud líquida es la inclusión de las nuevas tecnologías y sistemas de Inteligencia Artificial para facilitar el autodiagnóstico y la hiperespecialización en materia de salud. Así lo definió el director de innovación de The Valley, Juan Luis Moreno. Para él, este concepto abre la puerta a que “el paciente tome control de su salud gracias al impacto de las tecnologías“. Como dice Moreno, la ‘salud líquida’ afronta nuevos retos para los pacientes, los profesionales médicos y los centros sanitarios.
Salud líquida es la inclusión de las nuevas tecnologías y sistemas de Inteligencia Artificial para facilitar el autodiagnóstico y la hiperespecialización en materia de salud
Que el paciente tome control implica también el protagonismo. Es decir, el paciente tiene que ser protagonista de su salud. Hay pacientes más dispuestos y otros menos dispuestos. De hecho, algunos más preocupados por su salud, buscan de manera proactiva y preventiva no enfermar. Los avances tecnológicos o los wereables para monitorizar o detectar valores incorrectos permiten incrementar el control sobre la salud. Centrarse en la salud también puede llevar a un aprensivismo incompatible con la sociedad de hoy.
La entrada de la inteligencia artificial puede ser el camino para esta salud líquida. Ignacio Hernández Medrano, director médico de Savana, aseguraba en una conferencia en Fenin que el machine learning en medicina sirve para diagnosticar. También sirve para hacer screening, dirigir a los pacientes al sitio adecuado… Es decir, permite la posibilidad de saber qué le va a pasar a un paciente de manera individualizada hasta, incluso, estratificar el riesgo.
La inteligencia artificial permite la posibilidad de saber qué le va a pasar a un paciente de manera individualizada hasta, incluso, estratificar el riesgo
Con la inteligencia artificial la sociedad puede alcanzar la capacidad de individualizar la predicción, ¿puede también determinar quién tiene que ser más precavido? Incorporar la digitalización y la tecnología para promover la salud ayuda a fomentar el bienestar y la desconexión. En realidad, acabará ayudando a que los miembros de la sociedad acaben teniendo una salud líquida. Son parte de los retos y oportunidades de cara al 2030. La creación de un concepto integral de salud implica, desde luego, a la Inteligencia Artificial. Allá vamos, aunque no sabemos cuando llegaremos.