La realidad de la enfermedad renal crónica asociada a DM2: “Te das cuenta de que la vida es un hilo”

Ambas patologías tienen implicaciones en la enfermedad cardiovascular, primera causa de muerte a nivel mundial. Además, los pacientes con ERC y DM2 tienen el triple de probabilidades de fallecer por una causa cardiovascular

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Redacción
Fue de forma gradual, casi sin darse cuenta, hasta que se fijó que sus extremidades se hinchaban. Desarrolló proteinuria y en una de las analíticas semestrales, el valor de la creatinina era elevado. Así fue como a Luis Eduardo Navarro, paciente diabético, le diagnosticaron enfermedad renal crónica (ERC). “De repente te das cuenta de que la vida es un hilo y que corres peligro inminente de morir si no te cuidas”, cuenta en una conversación con el Dr. David Arroyo, nefrólogo del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, que recogemos en iSanidad, en colaboración con Bayer.

No resultó fácil aceptar la nueva situación. “Una de las barreras para la aceptación es el desconocimiento que hay en la población general sobre la importancia de la salud renal”, reflexiona el nefrólogo, unido a que la ERC es silenciosa. “No da ningún síntoma hasta estadios muy avanzados y se detecta cuando es muy tarde”.

Casi el 8% de la población española tiene diabetes tipo 2 y se estima que uno de cada tres, desarrollará o ya tiene enfermedad renal crónica

Los estudios más recientes disponibles indican que uno de cada siete españoles adultos tiene algún grado de ERC, lo que supone el 15,1% de la población española. Aun así, hay infradiagnóstico de la enfermedad, por lo que la cifra real puede ser superior. Esta enfermedad en muchos casos está asociada a la diabetes tipo 2 (DM2). Casi el 8% de la población española tiene este tipo de diabetes y se estima que uno de cada tres, desarrollará o ya tiene ERC.

A su vez, ambas enfermedades tienen implicaciones en la enfermedad cardiovascular, que es la primera causa de muerte a nivel mundial. Los pacientes con ERC y DM2 tienen el triple de probabilidades de fallecer por una causa cardiovascular que aquellos que solo padecen DM2. Un cóctel peligroso que requiere de la coordinación de distintas especialidades de forma multidisciplinar para un diagnóstico precoz y lograr un óptimo manejo de estos pacientes.

Ambas enfermedades tienen implicaciones en la enfermedad cardiovascular. Un cóctel peligroso que requiere de la coordinación de distintas especialistas para un diagnóstico precoz y lograr un óptimo manejo de estos pacientes

Nefrólogos, internistas, cardiólogos, endocrinólogos, médico de familia y personal de enfermería son las especialidades implicadas en el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de los pacientes con ERC asociada a la DM2. Representantes de estas especialidades han compartido conocimientos y novedades en torno a la ERC asociada a la DM2 en las FineTalks, una campaña de Bayer para concienciar a la comunidad médica sobre la importancia de un manejo integral de estos pacientes a partir de un abordaje multidisciplinar.

La prioridad de los profesionales es detectar cuanto antes la ERC, en estados iniciales, para poder tratarla e intentar ralentizar su progresión. Y para eso, tener en cuenta los parámetros que hay que medir en las analíticas, la única manera de detectar una enfermedad silenciosa como esta, es fundamental desde el primer nivel asistencial.

Dra. Cebrián: “La albuminuria es fundamental en el riesgo cardiovascular, no la olvidemos. Registremos la enfermedad renal de nuestros pacientes, comuniquémonos bien con nuestro nefrólogo de referencia”

“La albuminuria es fundamental en el riesgo cardiovascular, no la olvidemos”, afirma la Dra. Ana María Cebrián, especialista en medicina de familia en el Centro de Salud Casco Antiguo de Cartagena y miembro del Executive Committee Primary Care Diabetes Europe. “Registremos la enfermedad renal de nuestros pacientes, comuniquémonos bien con nuestro nefrólogo de referencia y todo lo que hagamos redundará en la mejoría de nuestros pacientes”.

Los especialistas, así como las guías de práctica clínica, consideran que la medida de albuminuria debe ser un parámetro de referencia en el control de los pacientes con DM2. Esto ayudaría a una detección más temprana de una posible ERC. Pero también hay que tener en cuenta otros parámetros que pueden ser fundamentales para el abordaje de la ERC asociada a la DM2. La presencia de albuminuria, de reducción del filtrado glomerular estimado, o de ambos, confiere un peor pronóstico en el paciente y aumenta significativamente el riesgo de complicaciones asociadas.

La Dra. Suárez comenta que “hay que basar los tratamientos de los pacientes con diabetes tipo 2 en los grupos de fármacos que están demostrando una protección vascular, cardíaca y renal”

La prevención en el paciente con diabetes mellitus es otra de las áreas en la que los médicos hacen hincapié. Para la Dra. Carmen Suárez, jefa del Servicio de Medicina Interna y responsable de la Unidad de Riesgo Vascular del Hospital Universitario de La Princesa, incide en que “es importante aportar la protección cardiorrenal global a la persona con diabetes. No nos podemos limitar a una visión de control puntual de determinados factores”. Considera que desde el comienzo es importante que “basemos los tratamientos en los grupos de fármacos que están demostrando una protección vascular, cardíaca y renal”.

Hasta hace muy poco no había tratamientos específicos disponibles para la ERC asociada a la DM2. Pero en los últimos años se han desarrollado nuevos fármacos que han demostrado aportar una protección cardíaca y renal.

Dra. Fernández: “Ahora tenemos en nuestra mano nuevos fármacos, que se incluyen en las guías de actuación de práctica médica”

“Ahora tenemos en nuestra mano nuevos fármacos, que se incluyen en las guías de actuación de práctica médica que nos ponen un triángulo de tratamiento muy visual: desde el tratamiento con los iSGLT2, con los antagonistas del receptor mineralocorticoide (ARM) no esteroideos y varios tratamientos con agonistas del receptor GLP1”, explica la Dra. Beatriz Fernández, nefróloga del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid. El objetivo es “que la albuminuria patológica baje, deje de ser el gran problema que es y podamos prolongar la función renal de nuestros pacientes el máximo posible”.

Porque hasta ahora, tal y como comenta el Dr. Jose Luis Górriz, Jefe de Servicio de Nefrología del Hospital Clínico Universitario de Valencia, “los pacientes de alto riesgo seguían hospitalizando y seguían iniciando diálisis” a pesar de las alternativas terapéuticas existentes. En este sentido, el Dr. Górriz destaca la necesidad de abordar la fisiopatología de la ERC a partir de los 3 factores de progresión de la enfermedad. Comenta que “actualmente tenemos dos patas de un taburete: el control metabólico y el hemodinámico, pero falta la inflamación y la fibrosis, un factor que hemos olvidado”, por suerte ahora podemos contar con nuevas estrategias de tratamiento que sí abordan esta vía fisiopatológica.

Las nuevas guías médicas incorporan aspectos “interesantes” para el Dr. Javier Escalada, director del Departamento de Endocrinología y Nutrición de la Clínica Universidad de Navarra y presidente de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición. Un ejemplo de estas incorporaciones es el objetivo de reducción de albuminuria cuando se trata a los pacientes con los nuevos fármacos. “Cuando estamos por encima de 300 mg/g se considera que debemos alcanzar una reducción de al menos un 30%”, apunta.

Dr. Segura: “Da mucha tranquilidad ver cómo las guías, independientemente de la especialidad, tienen las mismas líneas de tratamiento, recomendaciones y objetivos”

Además, estas guías facilitan la coordinación entre distintas especialidades. Así lo destaca Julián Segura, jefe de la Unidad de Hipertensión Arterial y Riesgo Vascular del Servicio de Nefrología del Hospital 12 de Octubre. “Da mucha tranquilidad ver cómo las guías, independientemente de la especialidad, tienen las mismas líneas de tratamiento, recomendaciones y objetivos: control de glucemia, de presión arterial, de lípidos, antiagregación y esta nueva herramienta del bloqueo específico de los receptores de mineralocorticoides con fármacos no esteroideos. Por tanto, tenemos buenas noticias para nosotros y para nuestros pacientes”. 

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