La presidenta y el vicepresidente de la Comisión Nacional de Medicina Nuclear dimiten por la inacción de Sanidad

La renuncia se produce después de que la Dirección General de Ordenación Profesional les dijera que no se iba a aprobar el nuevo programa oficial de la especialidad

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El Dr. Juan Carlos Alonso

Juan Pablo Ramírez
La presidenta y el vicepresidente de la Comisión Nacional de la Especialidad de Medicina Nuclear, los doctores Francesca Pons y Juan Carlos Alonso, han presentado su dimisión. La renuncia de ambos viene motivada por los continuos retrasos del Ministerio de Sanidad en la culminación del proceso de actualización del programa oficial de la especialidad (POE) vigente desde 1996. “Es un problema de dejación de funciones”, lamenta el Dr. Alonso en declaraciones a iSanidad. A las dimisiones de los doctores Pons y Alonso le podrían seguir el resto de los miembros de la Comisión Nacional de la Especialidad la semana próxima.

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Dra. Francesca Pons

El desencadenante ha sido la última reunión de la Sociedad Española de Medicina Nuclear con la directora general de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad, Celia Gómez. En esa reunión, el equipo de Gómez les trasladó que “el programa no reunía las condiciones necesarias para ser publicado”. La noticia generó sopresa y malestar en la sociedad ya que desde hace un año está finalizado el Proyecto de de Orden Ministerial sobre el programa formativo de la especialidad Medicina Nuclear, los criterios de evaluación de los especialistas en formación y los requisitos de acreditación de las unidades docentes. Sólo se encontraba pendiente de ser sometido a audiencia e información pública y no entienden ahora el cambio de criterio del Ministerio.

La Comisión Nacional de la Especialidad de Medicina Nuclear entiende que el programa vigente de 1996 se encuentra desactualizado

El programa vigente se ha quedado obsoleto y no incorpora los avances e innovaciones tecnológicas que se han producido en los últimos años. “El hecho de tener un programa de 1996 es un problema porque los centros se tienen que acreditar para formar residentes. Ahora no podemos cumplir ninguna de las normas que están en el programa porque no existen”, relata el Dr. Alonso. Se ha llegado a dar el extremo de que “el auditor, que no tiene por qué ser especialista en medicina nuclear, concluye que no se ha cumplido con el programa, pero es de 1996, cuando no existían tomógrafos”, añade.

La situación se prolonga desde 2012 ó 2013, cuando se publicó la Ley de Troncalidad. En aquel momento, la Comisión Nacional de la Especialidad entendió que era un buen momento para actualizar el programa. Desde entonces, la Comisión Nacional se ha paralizado en diferentes ocasiones antes de salir al Boletín Oficial del Estado. “La sensación es que nos han tomado el pelo”, insiste.

Colegios, universidades, comunidades autónomas y el resto de instituciones debe designar ahora los 12 nuevos miembros de la Comisión Nacional de la Especialidad si finalmente se completan las dimisiones. El Dr. Alonso lamenta que La situación que sufre medicina nuclear se extienda al resto de las especialidades. La mayoría de los programas formativos tienen más de 10 años de antigüedad. De hecho, medicina nuclear pretende mantener conversaciones con el resto de especialidades afectadas para tomar medidas comunes. “Es inviable que estemos así”, subraya.

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