Redacción
La aparición de nuevos tratamientos (lecanemab, aducanumab, y donanemab) aportan un hilo de esperanza en el frenado de la progresión de la enfermedad de Alzheimer. “Estamos ante un momento esperanzador, que sin duda es el inicio de una nueva era en el tratamiento del alzheimer“, comenta el Dr. Ignacio Illán, especialista en Neurología y responsable de la Unidad de Memoria del Hospital El Pilar. Y es que, pese a que todavía estamos aprendiendo sobre el efecto de estos fármacos, presentan diferencias en el mecanismo de acción respecto a los tratamientos actuales.
Para entender cómo funcionan estos tratamientos, es importante conocer una proteína llamada beta-amiloide (Aβ). Esta proteína es una de las que se acumulan en la enfermedad de Alzheimer a lo largo de los años. Junto con la proteína tau, son las principales sospechosas del daño cerebral que acaba produciendo los problemas cognitivos en los pacientes. Estos nuevos tratamientos para la enfermedad de Alzheimer tienen la capacidad de reconocer la proteína beta-amiloide y unirse a ella de distintas formas. Así, ayudan a eliminar dicha proteína del cerebro de los pacientes en fase leve.
Dr. Ignacio Illán: “Estamos ante un momento esperanzador, que sin duda es el inicio de una nueva era en el tratamiento del alzheimer”
Grandes ensayos clínicos en fase III han demostrado que pueden ralentizar el curso clínico de la enfermedad. Pueden alcanzar un 30% y un 40% en solo una ventana de 18 meses (la duración de los ensayos clínicos). Estos datos marcan un hito sin precedentes y representan un importante paso adelante en la lucha contra la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, el Dr. Illán destaca que “es importante recordar que estos tratamientos no serán igual de eficaces en todo el mundo, sobre todo si el diagnóstico se hace demasiado tarde“. La enfermedad de Alzheimer afecta a las personas de forma diferente, y los tratamientos no funcionan igual en todos los pacientes.
Se espera que en 2024 pueda ser aprobado en Europa el primero de los tratamientos modificadores del curso clínico de la enfermedad de Alzheimer. Es “algo que parecía imposible hace solo un par de décadas“, según el especialista. “A medida que seguimos aprendiendo más sobre estos y otros tratamientos, nuestra comprensión de la enfermedad de Alzheimer y de cómo combatirla sigue creciendo. Con cada nuevo descubrimiento, nos acercamos un paso más a un mundo sin Alzheimer“, comenta el Dr. Illán.
Se espera que en 2024 pueda ser aprobado en Europa el primero de los tratamientos modificadores del curso clínico de la enfermedad de Alzheimer
Importancia de la detección y diagnóstico tempranos en la enfermedad de Alzheimer
Estos nuevos tratamientos forman parte de una estrategia más amplia que incluye cambios en el estilo de vida. Tambien son necesarios cuidados de apoyo y otras terapias y la que la detección y el diagnóstico precoz de la enfermedad son y seguirán siendo clave. Es altamente recomendable consultar con experto en Neurología cognitiva y conductual en el caso de que el paciente o su entorno detecten cambios sutiles en la memoria, lenguaje, concentración u otros problemas cognitivos. Un estudio clínico con la realización de las pruebas complementarias pertinentes en cada caso puede descartar causas secundarias. Pueden conducir a un diagnóstico más precoz, que es fundamental para poderse beneficiar de las nuevas terapias. Puede ser participando en un ensayo clínico (actualmente) o en práctica clínica convencional (próximamente) .
El Dr. Ignacio Illán recuerda que “si se experimentan problemas de memoria u otros cambios en la capacidad de encontrar palabras, nunca deben ignorarse estos síntomas”. En este caso es importante acudir a un profesional sanitario especializado en Neurología. Un diagnóstico precoz mediante una evaluación por un Neurólogo experto en trastornos cognitivos y conductuales puede marcar una diferencia significativa a la hora de controlar los síntomas y ralentizar la progresión de la enfermedad de Alzheimer. El diagnóstico precoz cobra ahora todavía más importancia con la llegada de estos nuevos tratamientos dirigidos a personas en fase muy leve de la enfermedad.