G.M.
El Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña ha ampliado la recomendación de administrar la vacuna del herpes zóster a personas mayores de 90 años, a aquellas que hayan pasado dos o más episodios de herpes zóster y a quienes reciben tratamientos con fármacos anti-Jak u otros inmunosupresores. Cataluña incluyó por primera vez la vacunación en adultos frente al virus que causa las conocidas como “culebrillas” en el calendario vacunal para adultos en septiembre de 2022.
Incluyen a los mayores de 90 años por el “impacto de la enfermedad en personas de edad avanzada”
La nueva recomendación para mayores de 90 años viene motivada por el “impacto de la enfermedad en personas de edad avanzada”, según señala el Departamento de Salud. El Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat) cifra en 97.481 las personas de 90 años en adelante que viven en la comunidad autónoma y a las que se le recomienda vacunarse del herpes zóster. Hasta ahora, la vacunación en población mayor se centraba en las cohortes de edad de 65 y 80 años de Cataluña.
En el caso de las personas a partir de 18 años que están bajo tratamiento como fármacos anti-Jak u otros medicamentos inmunosupresores, la recomendación de la Generalitat es que reciban la vacuna “preferentemente antes del inicio del tratamiento“. Con esta novedad, Cataluña amplía el grupo de riesgo de personas inmunocomprometidas que deben recibir la vacuna. Ya incluía a pacientes que han recibido un trasplante de progenitores hematopoyéticos o de un órgano sólido, personas con VIH, con hemopatías malignas o con tumores sólidos que reciben tratamiento con quimioterapia.
Con los pacientes bajo tratamiento con anti-Jak u otros fármacos inmunosupresores, Cataluña amplía el grupo de riesgo de personas con el sistema inmune comprometido a los que se recomienda la vacuna del herpes zóster
Aunque el herpes zóster presenta una mortalidad baja, puede producir complicaciones como la neuralgia postherpética, que puede producir discapacidad y disminuir la calidad de vida, lo que constituye una carga importante, tanto por los costes directos como por los indirectos. Además, con el envejecimiento de la población y el aumento de personas con condiciones de riesgo y comorbilidades, se espera un aumento de casos. En el caso de los adultos, esta enfermedad puede ser muy debilitante y provocar dolor y sufrimiento.
