Luis de Haro. Director general de iSanidad
El debate de los dos candidatos a la Moncloa ha sido una muestra de lo que hay. No han dejado demasiadas muestras positivas con las que ilusionarse. No han sido capaces de buscar un consenso, PP y PSOE parece que solo quieren una mayoría para imponer su criterio. Las acusaciones, la mala educación y la falta de propuestas han sido la imagen que han dado Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijoo.
Núñez Feijóo, al menos, ofreció un consenso a Sánchez para que gobierne quien tenga la mayoría, sin necesidad de acudir a los extremos. Pero lo hizo sabiendo que está por delante en todas las encuestas. Realmente todos los espectadores sabían que no era una opción, era un truco para ganar el debate. Un truco válido, pero como siempre, con doble intención.
Es necesario volver a la senda del diálogo para tener una legislatura positiva, útil y, sobre todo, que siente las bases del futuro sistema de salud
El sistema sanitario, como la sociedad, ya no quiere una mayoría arrolladora, necesita consenso real. Es necesario volver a la senda del diálogo para tener una legislatura positiva, útil y, sobre todo, que siente las bases del futuro sistema de salud. El sistema sanitario necesita diálogo, un diálogo que genere consenso para acometer las mejoras que son tan necesarias. Las frases del debate como “hemos reconstruido el sistema nacional de salud” o “el gobierno ha contratado a 90.000 profesionales sanitarios” no ayudan. Ni son ciertas, ni sirven para mejorar el clima entre ambas partes. Es con consenso y no con mayoría como hay que reconstruir el sistema nacional de salud. El pacto por la sanidad es el que se está pidiendo desde siempre por todos los sectores profesionales.
Es con consenso y no con mayoría como hay que reconstruir el sistema nacional de salud
Una España con 17 sistemas de salud no es puede ser ni equitativa ni eficaz. El Consejo Interterritorial se creó con la idea de lograr unos consensos que ayudaran a mejorar el sistema y la coordinación. Sin embargo, el sistema de mayorías ha sustituido al diálogo. Ha dejado de ser un espacio de encuentro y colaboración entre el Gobierno central y las comunidades autónomas. Ya no consigue coordinar las políticas sanitarias y promover la equidad en el acceso a los servicios de salud. Parece confirmar que hay dos bloques enfrentados, también en sanidad.
