Redacción
Las Casas Ronald McDonald son un lugar donde cada día se celebra algo. Navidad, Halloween, carnaval… Pero, sobre todo, se celebran los fines de ciclo de tratamientos y las vueltas a casa tras meses de estancia. Para las familias con un hijo enfermo, su vuelta a casa es un gran motivo de celebración.
Para ponerse en contexto hay que empezar desde el inicio del problema: el diagnóstico de enfermedad grave de un hijo. Esta circunstancia es traumática y afecta a toda la familia. Cuando esa familia tiene que desplazarse y pasar largos periodos lejos de su hogar, así como de su entorno familiar y amigos para poder ofrecer a su hijo el mejor tratamiento posible, a este trauma se añaden miedo y desaliento.
Con ese objetivo desde hace más de 25 años en España, la Fundación Infantil Ronald McDonald se ocupa de construir y mantener unos hogares ubicados junto a los mejores hospitales pediátricos del país: las Casas Ronald McDonald. En la actualidad, cuentan con cuatro casas: en Barcelona, con 15 habitaciones, está situada en las inmediaciones del Hospital Vall d’Hebrón; en Málaga, la más pequeña, con 14 habitaciones, junto al Hospital Materno Infantil; la Casa de Valencia que cuenta con 16 habitaciones está a escasos metros del Hospital de la Fe; y, por último, en Madrid, la más grande, con 30 habitaciones, dentro del recinto del Hospital Universitario Infantil Niño Jesús. Próximamente se abrirá la Casa de Sevilla junto al Virgen del Rocío, un alojamiento que cada noche ofrecerá un refugio del tenso ambiente hospitalario para 20 familias venidas de todo el sur de España.
Implicaciones de una enfermedad fuera de casa
A menudo la estancia a causa de la enfermedad se alarga, lo que supone mucho tiempo lejos de casa, separados del resto de la familia. Para los niños que se enfrentan a una crisis médica grave, puede empeorar su dolencia al no tener a sus padres, hermanos u otros familiares cerca.
A través de las Casas, se ayuda a las familias que tienen hijos con graves problemas de salud a crear un ambiente hogareño en el que puedan desconectar de la enfermedad
En España, al igual que en la mayoría de los países, la realidad es que, para poder realizar este traslado a un hospital especializado, por lo menos uno de los miembros de la familia, padre o madre, se ve obligado a dejar temporalmente el trabajo. Eso implica un grave deterioro en la economía familiar motivado por los gastos de transporte, comida, consultas y medicamentos, lo cual impide disponer de recursos económicos para contar con un alojamiento adecuado.
A través de las Casas Ronald McDonald, se ayuda a las familias que tienen hijos con graves problemas de salud a crear un ambiente hogareño en el que puedan desconectar de la enfermedad. Este concepto proporciona dos resultados que las familias valoran enormemente; por un lado, influye positivamente en el paradigma de los cuidados centrados en la familia y, por otro, ayuda a los padres a centrarse solamente en la curación de sus hijos, despreocupándose de los problemas logísticos que conlleva el desplazamiento fuera de su residencia habitual.
Las Casas Ronald McDonald surgen como iniciativa totalmente innovadora y pionera en un momento en el que no existían otras organizaciones con servicios parecidos. Ahora son varias las organizaciones, también en España, que apoyan a las familias con un paciente pediátrico enfermo.
Dar un espacio amigo donde poder alojarse durante el tratamiento reduce un 27% el estrés post traumático causado por la enfermedad de un hijo
Aun así, las Casas Ronald McDonald siguen siendo únicas en la calidad del servicio que ofrecen: son casas con un ambiente agradable, habitaciones con baño individuales, varias cocinas donde las familias pueden cocinar y compartir sus experiencias, comedores, salas de juegos para niños, área de ordenadores, biblioteca para acompañar a los niños en sus estudios, salas de manualidades donde realizar talleres y actividades, lavandería, gimnasio y aparcamiento para cada familia.
La importancia del cobijo familiar
En las Casas Ronald McDonald entienden la importancia de la intimidad familiar pero también consideran importante la interacción de las familias para que compartan entre ellas situaciones y vivencias por las que están pasando, por lo que se fomenta el uso de las zonas comunes de las que disponen las casas.
Para los niños es muy importante que una vez entren en la Casa Ronald McDonald puedan olvidarse por un rato del hospital y del tratamiento y puedan jugar con otros niños y participar en actividades pensadas para ellos. Para eso tienen a un equipo de más de 160 voluntarios en las Casas de Barcelona, Málaga, Valencia y Madrid que se hacen responsables del tiempo libre de las familias.
La experiencia de 382 Casas Ronald McDonald en el mundo indica que darles un espacio amigo donde poder alojarse durante ese tratamiento influye muy positivamente en la experiencia hospitalaria de la familia y reduce un 27% el estrés post traumático causado por la enfermedad de un hijo. Expertos y médicos aseguran que estas casas velan por la calidad de vida del niño enfermo, manteniendo su estructura familiar y la amistad entre los pequeños, atendiendo a su desarrollo y estimulando su participación en actividades lúdicas pensadas para ellos y, por tanto, contribuyen a paliar el impacto de su enfermedad.