El 60% de los mayores de 85 años tiene fragilidad grave

Esta es una de las conclusiones del estudio sobre las características clínicas y fragilidad de los usuarios de la atención domiciliaria en atención primaria en Barcelona

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Redacción
El 60% de los mayores de 85 años tiene fragilidad grave, según el estudio Características clínicas y fragilidad de los usuarios de la atención domiciliaria en la ciudad de Barcelona. Esta investigación tenía como objetivo identificar las características sociodemográficas y clínicas de los usuarios de la atención domiciliaria en atención primaria. Los resultados se han publicado en el Boletín de la Atención Primaria de Cataluña de la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (Camfic).

En total, en el estudio se analizaron 13.044 personas que estaban dentro en el programa Atdom de los 52 Equipos de Atención Primaria de Barcelona Ciudad del ICS a finales del año 2019. La mayoría eran mujeres (72%), y la edad media de las mujeres fue de 87,1 y en los varones de 83,3 años. Las variables analizadas fueron: sociodemográficas (edad, sexo, vivir solo), criterios de complejidad clínica, polifarmacia, nivel de fragilidad (efragicap), dependencia funcional, deterioro cognitivo, riesgo social, sobrecarga del cuidador, número y tipos de visitas.

Resultados del estudio

Un 51,8% tenía identificada complejidad clínica y un 7,4% una enfermedad crónica avanzada. La polifarmacia era elevada (88,3%). Había una alta prevalencia de dependencia (90%) y aproximadamente la mitad de las personas tenían el cribado de deterioro cognitivo alterado. En este sentido, de los pacientes con deterioro cognitivo leve, un 12,5% presenta fragilidad leve, un 15,2% fragilidad moderada y un 20,3% fragilidad grave. Con un deterioro cognitivo moderado, un 12.1% también tiene fragilidad leve, un 13.6% fragilidad moderada y un 15.4% fragilidad grave. Y con importante deterioro cognitivo, un 13.2% también tiene fragilidad leve, un 14% fragilidad moderada y un 12.6% fragilidad grave.

Un 51,8% tenía identificada complejidad clínica y un 7,4% una enfermedad crónica avanzada

De hecho, las personas robustas o con fragilidad leve representaban menos del 5% de los casos, siendo el grado de fragilidad mayoritario el severo, que representaba el 69,2% de los casos. Por franjas de edad encontramos que, entre 75 y 84 años, sufrían fragilidad leve un 18.7%, fragilidad moderada un 21.7% y grave un 22.7% pero estos porcentajes suben significativamente si vamos a la franja de edad entre 85 y 94 años: sufrían fragilidad leve un 37.1%, moderada un 54.1% y grave un 60.8%.

Los datos del estudio muestran que la edad media aumentaba en cada grado de fragilidad superior. El porcentaje de mujeres era mayor en cada grado superior de fragilidad. En todos los grados de fragilidad existía preponderancia de la polifarmacia, que aumentaba en cada nivel superior de fragilidad. Así, nos encontramos con que con fragilidad leve había un 21% de pacientes que tomaba más de 10 medicamentos, con fragilidad moderada un 29.6% y en fragilidad grave hasta un 59% de los pacientes, casi el doble que en las personas con fragilidad moderada.

Las personas robustas o con fragilidad leve representaban menos del 5% de los casos

El porcentaje de personas que vivían solas era mayor en cada grado de fragilidad superior. De modo que un 10.7% de las personas que viven solas presentaba fragilidad leve, un 16.6% de los que viven solos tenían fragilidad moderada y un 19.9% de los que viven sólo sufría fragilidad grave.

El tipo de visita mayoritaria era la domiciliaria, con una media de 11,3 visitas al año por usuario. La visita telefónica tenía una media anual por usuario de 8,1 y las visitas a la consulta 7,1. Había heterogeneidad entre los equipos de atención primaria. El número de visitas aumentaba en todos los tipos de visitas y por todos los profesionales a medida que aumentaba su grado de fragilidad. Los profesionales que realizaban más visitas eran las enfermeras.

Un 10.7% de las personas que viven solas presentaba fragilidad leve, un 16.6% de los que viven solos tenían fragilidad moderada y un 19.9% de los que viven sólo sufría fragilidad grave

Los resultados del estudio nos muestran una fotografía de cómo viven los pacientes de la atención domiciliaria. Nos permiten constatar que los cambios demográficos y epidemiológicos están incrementando la complejidad del manejo de los pacientes atendidos en atención domiciliaria. Y, por tanto, que las personas atendidas en programas de atención domiciliaria son vulnerables y presentan fragilidad y dependencia“, concluye Juan José Zamora, enfermero y miembro del grupo Atdom de la Camfic.

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