Dr. Fernando Mugarza, director de desarrollo corporativo y comunicación (Fundación IDIS)
La tentación en estos momentos postelectorales es hablar de política y gobierno, pero no voy a seguir este camino, más bien voy a dedicar estas breves líneas a poner el acento sobre algo que nos afecta a todos y especialmente a nuestra salud.
Hablar de cambio climático no sé si es correcto porque el propio término es discutido por unos y defendido por otros, no voy a entrar en semejante diatriba. Lo que sí es palmario es que no estamos tratando a nuestro planeta con el cuidado y la consideración que merece y la prueba está en realidades tales como la deforestación creciente, la desertización que amplía sus tentáculos cada año, la contaminación atmosférica y del medio ambiente en general, el hiperconsumo de materias primas y recursos naturales, etc. Todo ello nos está llevando a fenómenos muy preocupantes que podemos comprobar personalmente cada día y que tienen su traslación en todos los medios de comunicación.
Avenidas incontrolables de agua por lluvias torrenciales, calor desbocado, alteraciones estacionales del tiempo y la temperatura, sequías pertinaces, deshielo de los reservorios polares, alteraciones y esquilmación de la biodiversidad, desastres naturales de todo tipo y condición, plagas, etc., un problema mayúsculo si consideramos el legado de sostenibilidad que deberíamos saber dejar a las generaciones más jóvenes y venideras.
No estamos tratando a nuestro planeta con el cuidado y la consideración que merece
Todo ello, junto a otras circunstancias y realidades, debería situar proyectos como el denominado “One Health” en el centro de cualquier acción de gobierno que se precie y de cualquier actuación institucional, empresarial o personal que colectiva o individualmente vaya a ser puesta en marcha estratégicamente.
Esta iniciativa global trata de aunar bajo un mismo paraguas tres ámbitos íntimamente relacionados con nuestra salud, y tiene por lo tanto el denominador en común de procurar poner freno y revertir la tendencia actual de degradación del planeta y su efecto sobre nosotros, tomando tres considerandos o ámbitos de actuación íntimamente ligados: La salud humana, la salud animal y la salud medioambiental.
La iniciativa “One Health” trata de aunar tres ámbitos íntimamente relacionados: la salud humana, la salud animal y la salud medioambiental
De esta última ya he comentado; de la segunda, es decir, de la salud animal, creo que hemos podido comprobar desgraciadamente el efecto devastador que como ejemplo pueden tener las denominadas zoonosis, las transmisiones desde el animal al hombre de agentes infecciosos que son capaces de adaptarse a nuestro organismo. Covid-19, gripe aviar, MERS, SARS, malaria, dengue, zika, ébola, etc. son tan solo una pequeña muestra.
De los 1.415 patógenos humanos conocidos en el mundo, 61% son zoonóticos o de origen zoonótico. Estas patologías son responsables de al menos 2.400 millones de casos de enfermedades humanas y de millones de muertes anuales, sobre todo en las áreas más desfavorecidas del planeta. Tal es su importancia e impacto que la OMS designó al 6 de Julio como el Día Mundial de las Zoonosis, en conmemoración de lo sucedido en el año 1885, cuando el científico Louis Pasteur aplicó en Francia la primera vacuna antirrábica a un niño de 9 años que había sido mordido por un perro infectado por rabia. Gracias a la vacunación, el niño sobrevivió.
De los 1.415 patógenos humanos conocidos en el mundo, 61% son zoonóticos o de origen zoonótico
Pero no solo son las zoonosis, sino que también la seguridad alimentaria ocupa un lugar preponderante a la hora de evaluar la importancia que tiene la salud animal sobre el ser humano en este contexto “One Health” en el que todos estamos inmersos e implicados.
En el ámbito de la salud humana ni que decir tiene que la eclosión de cuatro fenómenos al menos: las desigualdades en cuanto a oportunidades relativas a medidas de prevención, asistenciales, diagnósticas y terapéuticas en las diferentes partes del mundo; el cambio sociodemográfico que estamos viviendo especialmente en el mundo desarrollado con un envejecimiento poblacional progresivo y sus consecuencias; los movimientos migratorios y de población; junto a los determinantes sociales íntimamente vinculados a los hábitos saludables, son sin duda factores clave en esta “salud única” que es y será cada vez más determinante en lo referente a nuestro pronóstico vital, nuestra calidad de vida y nuestro bienestar.
La seguridad alimentaria ocupa un lugar preponderante a la hora de evaluar la importancia que tiene la salud animal sobre el ser humano en este contexto “One Health”
Para abordar la relevancia de este fenómeno emergente “One Health” sería imprescindible no olvidar, aprender del pasado y poner en práctica las lecciones aprendidas e interactuar en no menos de cuatro premisas íntimamente ligadas: concienciación, compromiso, conducta y colaboración; eso sí, con los suficientes recursos que permitan establecer, implementar y medir resultados respecto de una estrategia urgente de salud pública que contemple a todos los agentes involucrados y que a su vez implique a toda la población.
