La disminución de melatonina y la alteración del ritmo circadiano provocan más insomnio en verano

El Dr. Pablo González Uriel, especialista del Servicio de Neurofisiología del Hospital HM La Esperanza, recuerda que las hormonas, la temperatura corporal y el ciclo vigilia-sueño dependen del ritmo circadiano

Insomnio-verano

Redacción
El verano es la estación del año en la que más se alteran nuestras rutinas. Días más largos, altas temperaturas y escasas precipitaciones propician un aumento de las actividades diurnas hasta altas horas de la noche. Estas alteraciones generan episodios de insomnio de manera más frecuente.

El Dr. Pablo González Uriel, especialista del Servicio de Neurofisiología del Hospital HM La Esperanza y experto en sueño, apunta que “la suma de factores ambientales, como el aumento de la temperatura y las horas de luz, y conductuales, con cambios en los horarios y en la dieta particularmente, alteran nuestro ritmo circadiano, que se consigue mediante la repetición de horarios durante el resto del año se trastoca en esta estación“.

Dr. Pablo González: “La suma de factores ambientales, como el aumento de la temperatura y las horas de luz, y conductuales, con cambios en los horarios y en la dieta particularmente, alteran nuestro ritmo circadiano”

Sin embargo, para entender mejor la relación entre los trastornos del sueño y el verano es importante ahondar en el concepto de ritmo circadiano, el cual se define como los cambios físicos, mentales y conductuales en el ser humano que siguen un ciclo de 24 horas. “A grandes rasgos, las hormonas, la temperatura corporal y el ciclo vigilia-sueño dependen del ritmo circadiano“, apunta el neurofisiólogo.

En concreto, la temperatura corporal presenta una variación diurna con temperaturas máximas en horas vespertinas, de 4 a 8 de la tarde, y mínimas en torno a las 2 a 4 de la madrugada. “La temperatura ambiente excesivamente alta o baja puede afectar a la temperatura corporal central y, en consecuencia, al sueño incluso en personas sanas sin insomnio“, señala el Dr. González. “Otra pieza clave en este puzle es la melatonina, hormona endógena que regula el ciclo de vigilia-sueño. Está implicada en la regulación de la temperatura, en la regulación del desarrollo sexual y en la del ciclo reproductor, entre otras funciones“, apunta el especialista de HM La Esperanza.

La melatonina aumenta su secreción durante la noche, con la ausencia de luz y la disminución de la temperatura corporal central, permitiendo la inducción del sueño

Además, desde el Servicio de Neurofisiología de este hospital explican que la melatonina aumenta su secreción durante la noche, con la ausencia de luz y la disminución de la temperatura corporal central, permitiendo la inducción del sueño. Ambos factores se ven alterados en verano, lo que causa menor secreción de melatonina.

Al margen de estas medidas, en muchas zonas de la península, sur y Levante especialmente, la temperatura media nocturna ronda los 25 grados, por no hablar de la mayor frecuencia de las olas de calor. “Para las personas del noroeste que viajen a esas latitudes, es esperable tener dificultades en la consolidación y mantenimiento del sueño, por lo que deben seguir una serie de recomendaciones y extremar las precauciones si viajan con lactantes o ancianos“, concluye el neurofisiólogo.

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