Gema Maldonado
Actualmente se investigan 966 candidatas a vacunas en el mundo en distintas fases de desarrollo frente a enfermedades infecciosas. La mayoría de ellas, en Estados Unidos, donde sus investigadores trabajan en 355 candidatas, el 36,7% del total de las que están en investigación. Le sigue China, con 271 candidatas (28%) y Europa occidental ocupa la tercera posición con 144 formulación (14,9%) que puede que algún día se conviertan en vacunas.
El 36% de las vacunas en investigación se aglutinan en Estados Unidos. Europa occidental ocupa la tercera posición con el 14,9% por detrás de China, con el 28%
No es casualidad que el 18% de las casi 1.000 vacunas en investigación y desarrollo sean de vacunas de ADN y ARN. Las plataformas de vacunas de ácido nucleico son la base de 173 candidatas. La pandemia de Covid-19 y el éxito de las vacunas de ARNm, una plataforma que no se había usado en humanos más allá de algún ensayo hasta la llegada del SARS-CoV-2, han supuesto un impulso en la investigación de este tipo de candidatas para crear nuevas vacunas que hagan frente a enfermedades infecciosas, pero también a otras no transmisibles.
Así lo reflejan los datos de un artículo publicado en la revista Nature Reviews Drug Discovery, una revisión de las investigaciones en curso para desarrollar vacunas para enfermedades infecciosas, elaborado por investigadores del Instituto de Salud de China de la Universidad Tsinghua de Pekín. El trabajo analiza todas las candidatas a vacuna y las clasifica por plataforma tecnológica y enfermedades a las que busca hacer frente.
Las plataformas de vacunas de ácido nucleico son la base de 173 candidatas en investigación
De todas las plataformas disponibles en la investigación biomédica, la que permite el desarrollo de vacunas a partir de virus inactivados o atenuados siguen siendo las más numerosas. EL 23% de las candidatas en investigación (220) corresponden a esta plataforma, la mayoría de ellas se desarrollan en China.
Pero más allá de esta tecnología tradicional y bien conocida, han surgido otras plataformas que están consolidándose. Es el caso de las vacunas de proteína recombinante, que suponen el 22% de las que están en estudio (2015). Esta plataforma tiene hasta 100 candidatas en ensayos en humano de fase I. A este tipo de vacunas les favorece que “su perfil de seguridad es bien conocido, son muy estables y fáciles de fabricar”, apuntan los autores de la revisión.
El 23% corresponde a vacunas atenuadas o inactivadas, el 22% son de proteína recombinante y el 18% de ARN o ADN
Pese a su juventud, las vacunas basadas en ácído nucleico se han hecho de forma rápida un hueco entre las plataformas más usadas para desarrollar las que nos protegerán en el futuro frente a enfermedades infecciosas. Ya suponen el 18% de todas las que se investigan. Vienen catapultadas por su desempeño en la pandemia de Covid-19. Los autores del trabajo destacan su “flexibilidad” para el desarrollo de candidatas frente a patógenos que presentan una “alta variabilidad en los antígenos objetivo”. De hecho, son numerosas las candidatas frente al Covid-19 (95, según la revisión), la gripe (24) y el VIH (21). Los tres virus tienen en común su capacidad para mutar.
Las vacunas basadas en vectores virales representan el 14% de las que se investigación frente a enfermedades infecciosas. Destacan las que utilizan adenovirus, que son 82. Los autores afirman que han atraído la atención de los científicos por “su potencial para inducir respuestas inmunitarias robustas y duraderas”. Le sigue en porcentaje las vacunas conjugadas, que representan el 11% de las que están en desarrollo. Por su formulación, basada en polisacáridos habitualmente bacterianos que se unen mediante un enlace covalente a una proteína portadora inmunogénica, se suele utilizar para desarrollar vacunas frente al neumococo y el meningococo.
Las enfermedades que mayor número de candidatas aglutinan son las que combaten el SARS-CoV-2, la influenza y el VIH
Las enfermedades que mayor número de candidatas aglutinan son las que combaten el SARS-CoV-2, la influenza y el VIH. Una de cada cuatro vacunas en investigación (246) es del Covid-19, 64 de ellas están en fase III y 14 son de administración por vía intranasal. El 11% corresponden a la gripe y el 9% al VIH, que se han visto impulsadas por las vacunas de ARNm. “Ofrece una vía prometedora”, destaca la revisión. Dos vacunas de este tipo ya están en ensayos de fase I. También destacan las 31 candidatas para el virus respiratorio sincitial (VRS) y las dedicadas a patógenos no virales, como la malaria, el neumococo y el ébola.
¿Cuántas llegaran a aprobarse? Es muy probable que un porcentaje pequeño. “El éxito del desarrollo de vacunas depende en gran medida de la identificación de antígenos efectivos y del uso de plataformas tecnológicas apropiadas”, afirman los autores de la revisión, quienes concluyen que la colaboración internación y el trabajo coordinado “son cruciales” para lograr vacunas exitosas. Así lo ha demostrado la pandemia de Covid-19, recuerdan, por lo que consideran fundamental “compartir recursos y experiencias para acelerar el desarrollo y el despliegue de vacunas”.