Psiquiatras denuncian que el examen del Ministerio para acreditar la especialidad en psiquiatría infantil no tiene “fiabilidad ni validez ”

Casi la mitad de los psiquiatras que se presentaron no han superado la prueba. El colectivo de psiquiatras denuncia "presiones" desde la Comisión Nacional de la especialidad y sociedades científicas para frenar las protestas y piden que se anulen partes del examen

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Redacción
El examen al que se presentaron el pasado 29 de junio los psiquiatras que querían acreditar su especialidad en psiquiatría infantil y juvenil está “mal hecho” según denuncia un colectivo de cerca de 200 especialistas y residentes de psiquiatría, que asegura que la prueba convocada por el Ministerio de Sanidad no ofrece “fiabilidad, validez ni objetividad”. Casi la mitad de los psiquiatras que se presentaron no han superado la prueba y advierten que puede tener consecuencias en la atención a la salud mental de pacientes infantiles y juveniles. Además, piden que se anulen algunas partes del examen y se vuelva a corregir para los no aprobados.

Advierten de que puede tener consecuencias en la atención a la salud mental de pacientes infantiles y juveniles y piden que se anulen partes del examen y se vuelva a corregir a los aspirantes a la especialidad que no aprobaron

Así lo ha expresado en un comunicado este grupo de especialistas, denominado movimiento de Psiquiatras unidos por la psiquiatría del niño y del adolescente (PUPNYA), que nació a raíz de la creación de la nueva especialidad de psiquiatría infantil y juvenil. Aseguran que el examen, al que tenían que presentarse los especialistas en psiquiatría que llevaran menos de cuatro años trabajando con niños y adolescentes y quisieran obtener el título de la nueva especialidad, no se ha ajustado a las bases de la convocatoria, que indicaban que debía ser una prueba práctica. 

Denuncian que el tercer caso clínico que forma parte del examen que realizaron los aspirantesestá repleto de datos epidemiológicos, códigos de clasificación manual y temas legislativos. Entienden que estos contenidos están “lejos de los necesarios para demostrar competencia clínica” para dedicarse a la salud mental de la infancia y adolescencia.

Denuncian que el examen “está repleto de datos epidemiológicos, códigos de clasificación manual y temas legislativos”, contenidos que están “lejos de los necesarios para demostrar competencia clínica”

Apuntan, además, que expertos nacionales e internacionales consideran que el examen está “mal hecho”, los contenidos distan mucho de los necesarios para ejercer en la práctica clínica habitual, no existe “fiabilidad, validez ni objetividad” y no discrimina entre los que tienen competencias y los que no. En este sentido, señalan que tampoco se han tenido en cuenta en el proceso los cursos, acreditaciones específicas, estudios de postgrado, másteres y estancias en el extranjero para especializarse, que han realizado muchos de estos profesionales. Algunos de ellos son, además, investigadores en esta área y están haciendo o ya han presentado sus tesis doctorales. “Estos profesionales demuestran día tras día su compromiso con sus pacientes y familias, y sus competencias para realizar una asistencia altamente especializada”, afirman.

El colectivo asegura que se han enviado más de un centenar de cartas impugnando el examen, especialmente el caso clínico tres. Además, jefes de servicio y coordinadores de área de unos 40 hospitales y centros de salud, así como profesionales “de reconocido prestigio” han enviado una carta conjunta al Ministerio reclamando una solución razonable para estos jóvenes profesionales.

Jefes de servicio y coordinadores de área de unos 40 hospitales y centros de salud han enviado una carta conjunta al Ministerio reclamando una solución razonable

“Sin embargo, existe temor a consecuencias hacia estos profesionales, al menos uno ha sido expedientado o recriminado por firmar la carta. Desde dentro de la propia Comisión Nacional de la Especialidad de Psiquiatría del Niño y Adolescencia y ciertas sociedades científicas, existen fuertes presiones y desacuerdos para intentar frenar esta ola de protestas apoyada por muchos profesionales”, denuncian.

Los datos oficiales indican que casi la mitad de los que se presentaron no han aprobado, por lo que se quedarán sin el título que les habilita a atender a niños y adolescentes. “Para seguir atendiendo a los pacientes deberán estar en puestos provisionales, ejerciendo como profesionales ‘de segunda'”, aseguran. Es decir, esos puestos pueden ser ocupados en cualquier momento por profesionales que sí hayan obtenido la habilitación.

“Desde dentro de la propia Comisión Nacional de la Especialidad de Psiquiatría del Niño y Adolescencia y ciertas sociedades científicas, existen fuertes presiones y desacuerdos para intentar frenar esta ola de protestas”

Escasez de profesionales en unidades de psiquiatría infantil y juvenil

Desde PUPNYA advierten que quienes no han aprobado “se están planteando dejar sus actuales puestos de trabajo y pasar a servicios de psiquiatría de adultos en unidades que aseguren mayor una mayor estabilidad laboral”. Una situación que provocaría “mayor precariedad en la asistencia, prácticamente colapsada, en unidades de psiquiatría infanto-juvenil en zonas ya con alta necesidad y escasez de profesionales” y que “resulta difícil justificar ante las familias de nuestros pacientes”, afirman.

Este movimiento de psiquiatras cree que esta situación viene a empeorar la “carencia de profesionales cualificados” en esta área de la psiquiatría, un problema que “es una realidad que está muy presente en nuestros servicios”, lamentan. Hasta dentro de cinco años no finaliza la primera promoción de especialistas formados vía MIR en la nueva especialidad, por lo que creen que la situación no se va a solucionar a corto plazo.

Advierten que las dificultades para obtener la especialidad van a empeorar la “carencia de profesionales cualificados” en las unidades de psiquiatría infantil y juvenil

También señalan que la falta de reconocimiento de la especialización de estos profesionales limita la capacidad de las unidades de salud mental infanto-juvenil para acreditarse como unidades docentes, ya que se exige un ratio de cinco adjuntos especialistas en psiquiatría de la infancia y la adolescencia por cada médico interno residente de la nueva especialidad.

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