Farmacéuticos de atención primaria recuerdan que no todas las infecciones de dientes y encías se tratan con antibióticos

Se estima que en Europa mueren más de 33.000 personas al año como consecuencia de infecciones causadas por bacterias resistentes

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Redacción
Los Comités de Pacientes y Ciudadanía y Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (Sefap) han elaborado una infografía, en colaboración con el Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN) de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (Aemps), donde recuerdan que no todas las infecciones de dientes y encías deben tratarse con antibióticos.

El mal uso de los antibióticos, tanto por su utilización cuando no son necesarios como por su uso de forma incorrecta, ha dado lugar al desarrollo de bacterias resistentes a los antibióticos, consideradas ya uno de los mayores problemas de salud pública a los que se enfrentan los sistemas sanitarios de todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS), estima que en Europa mueren más de 33.000 personas al año como consecuencia de infecciones causadas por bacterias resistentes y, si no se actúa ya, para 2050 se podría superar la barrera de los 10 millones de muertes anuales en todo el mundo.

A nivel poblacional hablar de infección suele ser sinónimo, de forma errónea, de tratar siempre con antibióticos. Sin embargo, no todas las infecciones son causadas por bacterias, las únicas infecciones para las que los antibióticos funcionan. Además, hay infecciones que son autolimitadas, es decir, que nuestro propio organismo las combate sin necesidad de un antibiótico; o que pueden solucionarse con medidas físicas realizadas por el dentista, como un empaste dental o drenar un absceso”, ha explicado Cristina Casado Reina, coordinadora del Comité de Pacientes y Ciudadanía de la Sefap.

Los Comités de Pacientes y Ciudadanía y Enfermedades Infecciosas de la Sefap han elaborado esta infografía en colaboración con el PRAN de la Aemps

La experta añade que la mayoría de los procedimientos dentales habituales, como el tratamiento de una caries, la extracción de una muela o la colocación de un implante, “tampoco precisan habitualmente de tratamiento con antibiótico”. En este sentido, la farmacéutica de atención primaria recuerda que nunca hay que automedicarse con un antibiótico, ni para una infección de la boca ni para ninguna otra infección de cualquier parte del cuerpo.

Como ciudadanos, no tenemos los conocimientos suficientes para saber cuándo tenemos una infección, ni si ésta ha sido causada por una bacteria, ni cuál es el antibiótico más adecuado en cada caso. Por ello, nunca debemos tomar un antibiótico sin la valoración, indicación y receta de un médico o dentista”, ha apuntado la experta.

Casado Reina también alerta de que las consecuencias de ese uso incorrectovan más allá de la posible generación de resistencias”. Al respecto, indica que los antibióticos, como cualquier otro medicamento, “pueden afectar a nivel individual provocando efectos adversos, entre ellos molestias digestivas, diarrea y fotosensibilidad”.

Cristina Casado: “Nunca debemos tomar un antibiótico sin la valoración, indicación y receta de un médico o dentista”

En el caso de pensar que se podría tener una infección en dientes o encías con síntomas como dolor dental, inflamación, hinchazón o enrojecimiento, Cristina Casado recomienda pedir cita con el dentistalo antes posible“. Se le consultará si hasta ese momento es apropiado tomar algún medicamento para aliviar el dolor y la inflamación, o realizar enjuagues bucales con agua tibia con sal o con colutorios de clorhexidina a bajas concentraciones. “Si hubiera infección, estos enjuagues pueden ayudar a que remita”, apunta.

Si finalmente el dentista determina que existe una infección y receta antibiótico, la portavoz de Sefap recuerda la importancia de seguir la pauta marcada por el profesional sanitario sobre cómo tomarlo y durante cuánto tiempo. “Un error habitual es dejar de tomar el antibiótico en cuanto nos sentimos mejor, a pesar de que la duración indicada sea mayor. Esto, además de favorecer la creación de resistencias, puede provocar que la infección vuelva a intensificarse y que necesitemos un nuevo tratamiento completo con antibiótico”, explica.

Por otro lado, indica la necesidad de desechar el envase del antibiótico en el punto Sigre de una farmacia, sobre todo si al terminar el tratamiento sobra medicación: “Nunca hay que almacenarlo en casa, ni mucho menos volver a utilizarlo antes síntomas similares, ya que como ciudadanos no podemos saber si estamos ante el mismo proceso. Los antibióticos sólo deben tomarse cuando nos lo recete un médico o dentista, nunca debemos automedicarnos con ellos”, concluye.

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