Las vacunas del neumococo o el herpes zóster reducen hasta un 30% el riesgo de desarrollar alzhéimer

Un estudio realizado por un equipo de de UTHealth demuestra que algunas vacunas ampliamente distribuidas, como la del tétanos, la tosferina, el herpes zoster o el neumococo, ayudan a prevenir la enfermedad

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Redacción
Dos investigaciones publicadas en 2020 demostraron que las vacunas contra la gripe y la neumonía pueden reducir hasta un 40% las probabilidades de desarrollar alzhéimer.

Ahora, un nuevo estudio realizado por un equipo de UTHealth en Houston (Texas) y publicado en el Journal of Alzheimer’s Disease, ha descubierto que otras vacunas ampliamente distribuidas, como la del tétanos, la difteria, la tosferina, el herpes zoster y la bacteria neumococo, también tienen este beneficio protector y ayudan a prevenir la enfermedad.

Varias vacunas altamente distribuidas tienen capacidad para reducir las probabilidades de desarrollar alzhéimer

Nos preguntábamos si el hallazgo realizado era específico de la vacuna antigripal”, comenta el Dr. Paul E. Schulz, profesor de neurología de la Escuela de Medicina McGovern en Houston y autor principal del estudio. “Los datos revelaron que varias vacunas adicionales para adultos también se asocian con una reducción en el riesgo de desarrollar alzhéimer“, sostiene.

Aunque todavía no está claro por qué las vacunas se asocian con el riesgo de padecer alzhéimer, el equipo de Schultz comparte con otros investigadores la hipótesis de que el sistema inmunitario impulsa la disfunción de las células cerebrales en la enfermedad. “Los hallazgos sugieren que la vacunación tiene un efecto más general sobre el sistema inmunitario que reduce el riesgo de desarrollar Alzheimer”, detalla.

Algunas vacunas muestran efectos beneficiosos que van más allá de la protección contra enfermedades específicas. Esto podría deberse a que pueden mejorar la inmunidad a gran escala“, confirma Svetlana Ukraintseva, profesora de la Universidad de Duke e investigadora del estudio.

Más allá de la vacuna antigripal

Para este estudio, el equipo de investigación analizó a un grupo de pacientes libre de demencia y mayores de 65 años durante de dos años y un periodo de seguimiento de ocho años. Compararon a los vacunados con los que no lo estaban a la hora de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.

Descubrieron que las personas que recibieron la vacuna Tdap para el tétanos, la difteria y la tosferina y la Td para la primera de esas dos enfermedades tenían un 30% menos de probabilidades que sus pares no vacunados de desarrollar la enfermedad (7,2% de los pacientes vacunados frente a 10,2%).

Todavía no está claro por qué las vacunas se asocian con el riesgo de padecer alzheimer pero los expertos creen que su acción potencia la inmunidad a gran escala

Con la vacuna del herpes zóster encontraron una reducción del 25% y el el caso de la antineumocócica la disminución se situaba en un 27%.

Creemos que la reducción del riesgo de desarrollar alzhéimer asociada con las vacunas se debe probablemente a una combinación de mecanismos”, señala el Dr. Avram Bukhbinder,  otro de los autores del artículo. “Las vacunas pueden cambiar la forma en que el sistema inmunitario responde a la acumulación de proteínas tóxicas que contribuyen a la enfermedad de Alzheimer, por ejemplo, mejorando la eficiencia de las células inmunitarias para eliminar las proteínas tóxicas o ‘perfeccionando’ la respuesta inmunitaria a estas proteínas para que se reduce el ‘daño colateral’ a las células cerebrales sanas cercanas”, insiste.

El papel de las vacunas en la salud cerebral

Los hallazgos de la investigación se basan en dos estudios publicados en 2020 en los que se demuestra que las vacunas contra la gripe y la neumonía reducían significativamente el riesgo de padecer Alzheimer. Los resultados actuales confirman que las vacunas no solo son fundamentales para para detener y prevenir brotes mortales de enfermedades infecciosas, sino que algunas también pueden desempeñar un papel clave en la protección de la función cognitiva y la salud cerebral.

Los investigadores consideran que las vacunas pueden desempeñar un papel clave en la protección de la función cognitiva y la salud cerebral

Los autores señalan que la evidencia aportada por este trabajo debe considerarse con cautela, aunque animan a los responsables sanitarios a reforzar la sensibilización respecto al riesgo que presentan las personas con algún tipo de demencia de contraer infecciones y complicaciones derivadas de las mismas.

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