Los dientes pueden preservar anticuerpos de cientos de años y ayudar a investigar las enfermedades infecciosas

Un estudio ha descubierto que los anticuerpos extraídos de dientes humanos medievales de 800 años de antigüedad eran estables y aún podían reconocer proteínas virales

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Redacción
Los dientes podrían ser capaces de conservar anticuerpos durante cientos de años, lo que permitiría a los científicos investigar la historia de las enfermedades humanas infecciosas. Así lo sugiere un nuevo estudio, publicado por iScience, que ha descubierto que los anticuerpos extraídos de dientes humanos medievales de 800 años de antigüedad eran estables y aún podían reconocer proteínas virales. Los anticuerpos son proteínas producidas por el sistema inmunológico como respuesta natural a organismos infecciosos como virus y bacterias. Su trabajo es reconocer esos microbios para que el sistema inmunológico pueda atacarlos y eliminarlos del cuerpo.

El estudio, dirigido por el profesor Robert Layfield y el técnico de investigación Barry Shaw de la Facultad de Ciencias de la Vida de la Universidad de Nottingham, en colaboración con el catedrático Anisur Rahman y el Dr. Thomas McDonnell del Departamento de Medicina del University College de Londres, amplía el estudio de las proteínas antiguas, conocido como paleoproteómica, que potencialmente permitirá a los expertos analizar cómo se desarrollaron las respuestas de los anticuerpos humanos a lo largo de la historia.

La paleoproteómica permite retroceder en el tiempo, pues ya se han recuperado e identificado con éxito proteínas antiguas conservadas en el esmalte dental de un rinoceronte de 1,7 millones de años de antigüedad y en una cáscara de huevo de avestruz de más de 6,5 millones de años. En este nuevo estudio, los autores también han hallado pruebas preliminares de que, al igual que los dientes humanos medievales, los huesos de mamut de casi 40.000 años de antigüedad parecen conservar anticuerpos estables.

Los autores descubrieron que los anticuerpos extraídos de dientes humanos medievales de 800 años de antigüedad eran estables y aún podían reconocer proteínas virales

La paleoproteómica puede retroceder en el tiempo con proteínas antiguas ya recuperadas e identificadas con éxito tras su conservación en el esmalte dental de 1,7 millones de años de un antiguo rinoceronte y en una cáscara de huevo de avestruz de más de 6,5 millones de años. En este nuevo estudio, los autores también hallaron pruebas preliminares de que, al igual que los dientes humanos medievales, los huesos de mamut de casi 40.000 años de antigüedad parecen conservar anticuerpos estables.

Anteriormente, el equipo de Nottingham había aplicado esta ciencia al análisis de otras proteínas asociadas a enfermedades recuperadas de huesos y dientes humanos arqueológicos para permitir la identificación de una forma antigua inusual del trastorno esquelético de la enfermedad de Paget. “En la ciencia de los descubrimientos nos acostumbramos a esperar lo inesperado, pero el descubrimiento de que se pueden purificar anticuerpos intactos y funcionales a partir de restos óseos del registro arqueológico fue bastante sorprendente. Se sabía que algunas proteínas antiguas eran estables, pero solían ser proteínas ‘estructurales’, como los colágenos y las queratinas, que son bastante inertes“, ha indicado Layfield.

Los anticuerpos son diferentes porque podemos comprobar si siguen cumpliendo su función de reconocer virus o bacterias incluso después de cientos de años. En este caso, descubrimos que los anticuerpos de los dientes medievales eran capaces de reconocer el virus de Epstein-Barr, causante de la fiebre glandular. En el futuro podría estudiarse cómo reaccionan los anticuerpos de especímenes antiguos ante enfermedades presentes en esos periodos, como la peste negra”, ha concluido Rahman.

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