Redacción
La semaglutida, el fármaco inyectable para adelgazar, ha demostrado que, además de reducir el peso, también mejora la calidad de vida y el pronóstico de los pacientes con insuficiencia cardiaca con fracción de eyección preservada, tal y como señalan las conclusiones del estudio ‘STEP HFpEF’, presentado en el Congreso Europeo de Cardiología (ESC Congress) de Ámsterdam.
El estudio ha demostrado beneficio en los pacientes tratados con semaglutida, tanto en mejoría de la calidad de vida como en la reducción de peso
La semaglutida es un fármaco perteneciente al grupo terapéutico de los llamados análogos de la GLP1. Su acción fundamental, y para lo que está indicado en la actualidad, es para el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2; sin embargo, también se ha observado que produce una reducción importante de peso.
“Esta indicación de la pérdida de peso también existe, pero en España la semaglutida solo está financiada por el Sistema Nacional de Salud en aquellos pacientes diabéticos mal controlados con otros fármacos y que, además, tienen obesidad. Para el resto de las indicaciones, lo tiene que pagar el paciente“, explica el Dr. Manuel Anguita, portavoz de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
Al controlar la diabetes y lograr reducir el peso, existían muchas expectativas de se pudiera asociar también a una mejoría del riesgo cardiovascular, algo que hasta la fecha no estaba demostrado.
El estudio ‘STEP HFpEF’ se ha llevado a cabo en pacientes con y sin diabetes, obesidad e insuficiencia cardiaca con fracción de eyección preservada (Icfep). Los resultados han demostrado beneficio en los pacientes tratados con semaglutida, tanto en mejoría de la calidad de vida como en la reducción de peso.
Los pacientes presentaron un menor número de episodios de insuficiencia cardiaca y una disminución de marcadores como NT-proBNP
Asimismo, también se ha demostrado un beneficio en el pronóstico de estos pacientes: número de episodios de insuficiencia cardiaca, disminución de marcadores como NT-proBNP y mejoría en el test de los seis minutos.
“Ha demostrado como la semaglutida, en pacientes obesos, diabéticos y no diabéticos, con insuficiencia cardiaca con fracción de eyección preservada muy sintomáticos, es capaz de reducir el peso de estos, lo que se acompaña de una clara mejoría de la sintomatología, así como de los niveles de NT-proBNP. Esto nos hace pensar que tratando la comorbilidad de la obesidad somos capaces de prevenir la insuficiencia cardiaca“, indica el Dr. Alejandro Recio, presidente de la Asociación de Insuficiencia Cardiaca de la SEC.
“Estos resultados son muy importantes porque van a cambiar la práctica clínica diaria de los cardiólogos, añadiendo este tratamiento a este tipo de pacientes“, subraya la Dra. Rosa Fernández, presidenta de la Asociación de Riesgo Cardiovascular y Rehabilitación Cardiaca.
Recientemente se han publicado también los resultados preliminares del estudio ‘Select’, realizado con semaglutida, en este caso, en pacientes obesos no diabéticos que tienen enfermedad cardiovascular.
Los datos preliminares de un estudio que se está llevando a cabo con pacientes obesos no diabéticos indica que este fármaco también mejora el pronóstico y reduce la mortalidad
Los datos preliminares indican que, en este grupo de pacientes (prevención secundaria de enfermedad cardiovascular), también mejora el pronóstico y reduce la mortalidad.
“Desde la Sociedad Española de Cardiología queremos transmitir que, cuando un fármaco demuestra que es muy eficaz porque mejora la calidad de vida de nuestros pacientes, en este caso con insuficiencia cardiaca, o incluso el pronóstico; es muy importante que en España existan los canales necesarios para que estos fármacos se puedan utilizar lo más rápidamente posible, y que no haya inequidades entre las diferentes comunidades autónomas“, afirma el Dr. Julián Pérez-Villacastín, presidente de la SEC.
El ESC Congress, cuyo lema es ‘Unir fuerzas para proteger el corazón’, ha puesto el foco este año en la insuficiencia cardiaca, enfermedad con una elevada y creciente prevalencia e incidencia, así como una de las principales causas de muerte en el mundo occidental.
En España, afecta al 2,7% de la población mayor de 45 años y al 8,8% de los mayores de 74. Además, es la primera causa de hospitalización por encima de los 65 años y representa entre el 2% y el 3% del gasto sanitario español.
