Dr. Fernando Mugarza, director de desarrollo corporativo y comunicación (Fundación IDIS)
Desde mi experiencia, los denominados intangibles suponen un aspecto muy positivo en las organizaciones. Tal es así que, sin duda, contribuyen no solo a alcanzar los objetivos globales, sino a conseguir y afianzarse en una posición de liderazgo. En este contexto, las denominadas “soft skills” (competencias sociales e interpersonales), íntimamente vinculadas a los valores y los resultados alcanzados por las organizaciones, se están posicionando como un elemento clave.
El Reconocimiento QH (Quality Healthcare) trata de poner en valor el ingente esfuerzo realizado por las organizaciones sanitarias asistenciales, públicas y privadas, en la compleja y ardua senda de la calidad, la seguridad y el compromiso responsable
Los recursos aplicados a estos entornos cualitativos, intangibles, representan a todas luces una inversión necesaria y no un gasto como a veces se plantea por aquellos que mantienen estructuras y dinámicas más propias de otras épocas, en las que todo estaba muy jerarquizado y primaba lo consustancial con las formas más clásicas y tradicionales de dirección.
En este contexto evolutivo, la calidad se posiciona como uno de los elementos clave de gestión; de hecho, difícilmente podemos ver organizaciones líderes que no tengan bien asentados e implantados todos los criterios vinculados a este término o a otros íntimamente relacionados, como puede ser el de la responsabilidad social y la gestión ética y socialmente responsable.
En el sector sanitario, sin duda que hay múltiples certificaciones relacionadas con la calidad, la seguridad, y los entornos relativos a ese cuádruple resultado del que tantas veces hemos hablado, es decir, de la vertiente financiera y resultados económicos, de la social vinculada al compromiso de las organizaciones con el entorno en el que se enmarcan o en otros afines a sus objetivos, de la medioambiental que tan en boga está a tenor de todo lo que estamos viendo y viviendo relativo a nuestro planeta y de la de gobernanza en cuanto a las buenas prácticas en este contexto clave.
La aportación que realiza la calidad al impacto reputacional como elemento clave organizacional es enorme
De esta variedad y diversidad, desde la Fundación IDIS, hace exactamente 9 años y 10 convocatorias surgió el Reconocimiento QH (Quality Healthcare) que, en sus cuatro segmentos o grados, trata de poner en valor el ingente esfuerzo realizado por las organizaciones sanitarias asistenciales, públicas y privadas, en la compleja y ardua senda de la calidad, la seguridad y el compromiso responsable, sistematizando y contemplando mediante un indicador sintético, las diferentes certificaciones, acreditaciones y reconocimientos que los entornos citados, de carácter público y privado, consiguen, poseen y renuevan de forma reglada.
La aportación que realiza la calidad al impacto reputacional como elemento clave organizacional es enorme y, por lo tanto, es un aspecto extremadamente relevante, esencial, que debe tener en cuenta todo aquel que pretenda ganar en competitividad, posicionamiento y liderazgo.
El reconocimiento QH de la Fundación IDIS contribuye a la mejora continua de las organizaciones y entidades de carácter asistencial de nuestro país
Entre los beneficios que un sistema de gestión relativo a la calidad, la seguridad y el compromiso responsable aporta a una organización como elemento prínceps de reputación, figuran, entre otros, el sentido de pertenencia por parte de los profesionales que colaboran y se integran en ella, lo que incide directamente en la retención del talento y la contratación de los mejores profesionales para alcanzar sus fines. Motivación, colaboración y mejora del clima laboral, lo cual supone nada más y nada menos que una mejor integración de equipos a la hora de desarrollar un trabajo o una tarea de forma conjunta. Incremento de las capacidades de innovación y de creatividad para abordar y aportar soluciones a los problemas simples o complejos del día a día. Mayor atracción y afinidad hacia y desde los usuarios, dada la confianza y credibilidad que generan nuestros procesos, procedimientos y resultados.
Finalmente, un aspecto a tener muy en cuenta en esta breve reflexión es la simbiosis que existe entre calidad y resultados. Sin duda, la mejora continua de procesos y procedimientos procura y consigue una resultante muy positiva que, en el caso de la sanidad, impacta, refuerza y consolida los propios indicadores sanitarios y de salud.
El reconocimiento QH de la Fundación IDIS discurre por la vía y el camino de la excelencia contribuyendo a la mejora continua de las organizaciones y entidades de carácter asistencial de nuestro país, y lo hace sin límites ni barreras, de una forma altruista para todo aquel que quiera presentar su candidatura. Ya son 159 entidades asistenciales públicas y privadas las reconocidas por QH (Quality Healthcare) una marca, un reconocimiento que tras 10 convocatorias se ha asentado ya como un referente en el sector.