Redacción
La primera causa de muerte no natural en España es el suicidio y, solo en 2021, se produjeron 4.003 fallecimientos por esta causa, un 1,6% más que en 2020, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Identificar los principales factores de riesgo es clave para su prevención y este es uno de los focos principales de la campaña #StopSuicidios que ha puesto en marcha Lundbeck, coincidiendo con el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que se conmemora el próximo 10 de septiembre.
La iniciativa se centra en tres ejes principales: la identificación de los factores de riesgo de suicidio, las principales señales de alarma, y las pautas de actuación que cualquiera debería conocer y tener presentes si se encuentra ante un caso de riesgo.
Dr. Víctor Pérez Sola: “Los principales factores de riesgo de suicidio son haber realizado una tentativa previa y tener una enfermedad mental como la depresión, la que más se relaciona con la conducta suicida”
“Los principales factores de riesgo de suicidio son haber realizado una tentativa previa y tener una enfermedad mental como la depresión, la que más se relaciona con la conducta suicida, si bien la anorexia, el trastorno bipolar, la esquizofrenia y el trastorno límite de personalidad son las enfermedades mentales con mayor riesgo de suicidio”, explica el Dr. Víctor Pérez Sola, director del Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones del Hospital del Mar de Barcelona.
Por otro lado, se encuentran los factores sociales, “especialmente la relación con la soledad no deseada en mayores, pero también en jóvenes”, destaca el especialista. Además, existen causas sociales estresantes, como el bullying en jóvenes y las enfermedades crónicas e incapacitantes en los mayores. “Estos factores son especialmente de riesgo en las personas que usan sustancias adictivas, la más frecuente, el alcohol”, añade el Dr. Pérez Sola.
Mayores tentativas entre mujeres
En cuanto a la diferencia por sexos, la Dra. Alba Babot, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria en el Área Básica de Salud de La Garriga (Barcelona), comenta que “los hombres cometen más suicidio que las mujeres, pero estas realizan más tentativas, al igual que sucede en mayores frente a jóvenes. Entre la juventud hay que tener en cuenta las redes sociales, por el aislamiento y el factor imitación que provocan, así como el consumo de sustancias, el hecho de que tengan un menor control de impulsos y unas personalidades que aún se están formando, por lo que pueden no contar con las herramientas necesarias para gestionar ciertas emociones”.
Dra. Alba Babot: “Entre la juventud hay que tener en cuenta las redes sociales, por el aislamiento y el factor imitación que provocan, así como el consumo de sustancias”
Ante una situación de riesgo de suicidio, es importante “conservar la calma, evitando una actitud de super-reacción que banalice, culpabilice o invalide lo que siente y nos diga la persona en riesgo. A continuación, llamar a emergencias para que reciba atención profesional, ya que nos preocupa su bienestar y necesita ayuda. Mientras tanto, mantener a la persona alejada de cualquier peligro, escuchando sin juzgar nunca sus razones por las que se siente desesperada, y ayudando a conectar con alguien de soporte y vinculación, como familiares, amigos y médicos”, asegura Cecília Borràs, psicóloga y presidenta de Después del Suicidio – Asociación de Supervivientes (DSAS).
Para Susana Gómez-Lus, directora del departamento médico de Lundbeck Iberia, “la prevención del suicidio forma parte de nuestro compromiso social con la salud de cerebro. Queda mucho por hacer y es necesario que se haga, porque se trata de un asunto de salud pública prioritario. Desde el convencimiento de que la educación y concienciación social son vitales para avanzar en este camino, aportamos nuestro granito de arena con una nueva edición de la campaña #StopSuicicidios”.
