España necesitará más epidemiólogos debido a la “complejidad de las amenazas y riesgos para la salud pública” y posibles sindermias

La XLI Reunión Anual de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) y el XVIII Congresso da Associação Portuguesa de Epidemiología (APE) reúne en Oporto a cerca de 800 epidemiólogos

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Redacción
La reciente pandemia de Covid-19 demostró la importancia de la labor de los epidemiólogos, profesionales que salieron reforzados de la crisis sanitaria y cuya labor “será todavía más importante” en las próximas décadas, cuando los expertos esperan que la humandad se enfrente a las sindermias, fenómenos en los que convergen a la vez desafíos como epidemias, cambios en el ecosistema, falta de agua potable, desertificación y migraciones debido a desastres naturales. Y en este contexto, expertos en epidemiología señalan que habrá una mayor demanda de epidemiólogos en España para hacer frente a los factores que ponen en peligro la salud pública.

“Es probable que exista una demanda creciente de profesionales de la epidemiología en España debido al aumento de la complejidad de las amenazas y riesgos para la salud pública”, ha expuesto Pello Latasa, responsable de vigilancia en salud pública de la Dirección de Salud Pública y Adicciones del Gobierno Vasco, durante su intervención en la mesa inaugural de la XLI Reunión Anual de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) y el XVIII Congresso da Associação Portuguesa de Epidemiología (APE), que estos días reúne en Oporto a cerca de 800 personas expertas en la materia.

El número de epidemiólogos que en España vigilan la salud pública es de 1,2 por cada 100.000 habitantes

Pese a que no hay datos oficiales sobre cuántas personas se dedican a la epidemiología en España, el número de profesionales dedicados a la vigilancia en salud es de 1,2 por cada 100.000 habitantes; aunque en pandemia este número creció hasta 3,8/100.000 hab. Para satisfacer esta futura necesidad de más epidemiólogos, el experto aboga por aumentar el número de personas que se forman en epidemiología y por incrementar el número de puestos de trabajo en materia de epidemiología, tanto en el sector público como privado.

Latasa considera que la epidemiología de campo puede ser una disciplina sumamente atractiva y gratificante para los jóvenes. Sin embargo, quienes trabajan en este ámbito se encuentran con salarios más bajos que otros profesionales de la salud, dificultades para acceder a la profesión porque su formación de acceso está poco reglada, y unas condiciones laborales y salariales que varían mucho entre las diferentes instituciones públicas.

Latasa considera que la epidemiología de campo puede ser una disciplina sumamente atractiva y gratificante para los jóvenes, pero se encuentra salarios más bajos y formación poco reglada

También cree que es importante “mejorar la formación del personal que ya está trabajando en este ámbito para que pueda mantenerse actualizado y hacer frente a los retos de salud pública del siglo XXI”, señalando aspectos como las nuevas tecnologías de información y análisis, la inteligencia artificial, el ‘big data’ o la comunicación de riesgo.

De acuerdo con las personas expertas, la epidemiología de campo adquiere una gran relevancia al situarse en la primera línea de la respuesta a las alertas y las emergencias sanitarias. No obstante, para poder cumplir con dicha misión, la epidemiología de campo debe desplegar todo su potencial y aprovechar las oportunidades que le brindan la innovación, las nuevas tecnologías y la multidisciplinariedad. Es decir, debe adaptarse para poder hacer frente al futuro.

Para los expertos epidemiólogoso, la epidemiología del futuro debe ahondar en los determinantes ambientales y sociales de la salud

Además, los participantes en la mesa inaugural del congreso creen que la epidemiología del futuro debe ahondar en los determinantes ambientales y sociales de la salud, mejorar la comunicación de riesgo, desarrollar la capacidad de colaborar y liderar proyectos con otros sectores, así como incorporar nuevos métodos estadísticos y diseños de estudios de investigación.

“La globalización y la digitalización han acercado a los países, haciéndolos más similares e interdependientes. Por lo tanto, los patrones de enfermedades y la distribución de los factores de riesgo también son más similares entre los países”, explica Ana Isabel Ribeiro, del Instituto de Saúde Pública da Universidade do Porto. Recuerda que en los últimos años el planeta ha experimentado varios eventos conocidos como cisnes negros, es decir, eventos poco comunes, pero con profundos impactos sociales. “La imprevisibilidad de estos acontecimientos se reflejó en la falta de preparación a nivel mundial para afrontar estos problemas y sus consecuencias”, añade.

Ana Isabel Ribeiro: “La globalización y la digitalización han hecho a los países más similares e interdependientes. Por lo tanto, los patrones de enfermedades y la distribución de los factores de riesgo también son más similares”

La experta afirma que la epidemiología ha de ser multiescalar, adaptable, inclusiva y sostenible. Multiescalar para poder centrarse en el nivel planetario, pero también local; adaptable para hacer frente a los cambios constantes; inclusiva para tener en cuenta las desigualdades existentes y que las decisiones que se tomen puedan beneficiar a toda la población, independientemente de su nivel socioeconómico, género, edad, grado de discapacidad o nacionalidad; y sostenible para enfatizar en el estudio de las interacciones entre el hombre, los animales y el medioambiente.

Junto a Latasa y Ribeiro, abrieron la nueva edición del encuentro anual Iván Martínez-Baz, investigador postdoctoral Miguel Servet en el Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra – IdiSNA, CIBER de Epidemiología y Salud Pública; e Isabel Aguilar Palacio, del Grupo de Investigación en Servicios Sanitarios de Aragón. La mesa ha estado moderada por João Forjaz, vicepresidenta de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) y Elisabete Ramos, presidenta saliente de la Associação Portuguesa de Epidemiología.

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