Luis de Haro. Director general de iSanidad
El suicidio entre profesionales sanitarios es un tema alarmante y urgente que ha aumentado su notoriedad en los últimos años. Junto a los suicidios hay adicciones con y sin sustancias, hiperactividad, depresión o psicosis, patologías que hay que diagnosticar y tratar. Los profesionales, trabajadores incansables para cuidar de otros, también tienen sus propios desafíos de salud mental. El trabajo en equipo es crucial para abordar este problema y proporcionar el apoyo necesario para prevenir el suicidio entre profesionales como médicos, enfermeras, farmacéuticos y odontólogos. Tienen que entenderlo tanto los propios profesionales como todas las administraciones.
El trabajo en el hospital, centro de salud, farmacia o consulta, a menudo implica situaciones extremadamente estresantes y emocionalmente desgarradoras en el día a día. La presión de tomar decisiones cruciales, el agotamiento físico y emocional, y la exposición constante a enfermedades y la muerte no son poca cosa. Todas estas situaciones pueden tener un impacto significativo en la salud mental del profesional.
El trabajo en el hospital, centro de salud, farmacia o consulta, a menudo implica situaciones extremadamente estresantes y emocionalmente desgarradoras en el día a día
Los compañeros de trabajo, incluyendo jefes y subordinados, pueden ser fundamentales en la identificación de signos en favor de “malos pensamientos”. Estos signos pueden incluir cambios en el comportamiento, el estado de ánimo o la socialización. El trabajo en equipo facilita la comunicación abierta para identificar estos indicadores tempranos. La cultura de apoyo y la comunicación abierta son esenciales para apoyar un ambiente seguro donde los profesionales se sientan cómodos al compartir sus preocupaciones. Los equipos de trabajo también pueden proporcionar un sistema de apoyo crucial en momentos de crisis.
Los equipos de trabajo pueden facilitar la derivación a servicios de salud mental y recursos adecuados para aquellos que necesitan ayuda. Esto asegura que los profesionales de la salud reciban la atención necesaria en el momento adecuado. También fomentar el autocuidado es fundamental. Los equipos pueden recordar la importancia de tomarse el tiempo para cuidarse y apoyarse mutuamente ante los procesos más complicados. Esto puede incluir la gestión del estrés, el equilibrio entre trabajo y vida personal y la promoción de la salud mental en el lugar de trabajo.
El trabajo en equipo facilita la comunicación abierta para identificar indicadores tempranos en los profesionales sanitarios con respecto a alguna tendencia hacia el suicidio
El trabajo en equipo tiene que estar enraizado en la cultura de las instituciones sanitarias. Los líderes deben promover una cultura de apoyo, donde se aliente a los profesionales de la salud a buscar ayuda cuando la necesiten sin temor a represalias. La capacitación en salud mental y la conciencia de los problemas de salud mental son componentes clave de esta cultura.
La inversión en el bienestar de los profesionales de la salud beneficia a toda la sociedad. Las actividades orientadas a la prevención del suicidio entre los profesionales sanitarios es un imperativo ético y de salud pública. Hay que trabajar para que ningún profesional quede fuera de este círculo.